'Downton Abbey', un adictivo drama de época


Pocas series veréis este año que enganchen tanto y tan rápido como ‘Downton Abbey’. Emitida por el canal británico ITV este pasado otoño, y renovada ya para una segunda temporada, la serie ha sido uno de los éxitos indiscutibles de la ficción en las islas en 2010, uniendo los códigos del culebrón con ese subgénero en sí mismas que son las historias en grandes casas de campo inglesas. Los siete primeros episodios han tenido una media de 10 millones de espectadores y han oscurecido el estreno en Navidades en la BBC de la nueva versión de ‘Arriba y abajo’, un clásico de los 70 que mostraba precisamente las vidas de los señores y los criados en una de estas casas aristocráticas a principios del siglo XX, y a la que ‘Downton Abbey’ debe mucho.

La serie de ITV se centra en la propiedad de Lord Grantham y en las intrigas por ver quién herederá el título, las tierras y el dinero. La familia del señor la completan su esposa, que es una rica heredera estadounidense, sus tres hijas y la condesa viuda de Grantham, madre del lord, y en la casa también seguimos las peripecias de los criados, cuyas cabezas son Carson, el mayordomo, y la señora Hughes, que es el ama de llaves. Entre ellos también hay intrigas y secretos de lo más diverso, y la acción se desplaza fluidamente entre el mundo de arriba de las escaleras y el de debajo.

Una cosa que juega a su favor es que las tramas se inicien en 1912, una época llena de cambios sociales y políticos, y la serie va, además, a toda velocidad. En una elipsis en medio de un capítulo han podido pasar meses y, de un episodio a otro, un año entero, pero el trabajo de contarnos rápidamente qué ha pasado en ese periodo de tiempo está muy logrado y ni se nota. Y a pesar de esos giros de guión muy de telenovela, hay más sutileza y pequeños detalles aquí y allá que dibujan mejor a los personajes y que enriquecen todo el conjunto. Y también es posible reírse mucho con algunos de sus personajes (la cocinera, por ejemplo, o la madre de Lord Grantham, una siempre grande Maggie Smith).

Como ya hemos dicho, a priori, la comparación con ‘Arriba y abajo’ es inevitable. Sin embargo, en cuanto empieza el primer episodio, es innegable que su mayor referencia es ‘Gosford Park’, una película dirigida por Robert Altman en 2001 por la que su guionista, Julian Fellowes, ganó un Oscar. Fellowes es el creador y el responsable de los libretos de casi todos los capítulos de ‘Downton Abbey’, así que no es raro ese parecido, y de hecho, la serie nació por la sugerencia de un productor de recuperar el mundo aristocrático y clasista que se retrataba en aquella cinta. Sin embargo, mientras ‘Gosford Park’ usaba la excusa de un crimen para retratar a toda la gente que vivía en aquella casa, en ‘Downton Abbey’ se opta por seguir más los impulsos y la evolución de sus personajes.

El tirón del nombre de Fellowes, que también es un reputado novelista, ha conseguido atraer a un amplio reparto en el que no hay ningún eslabón débil, y en el que las caras más conocidas son la propia Maggie Smith, Hugh Bonneville, Elizabeth McGovern y actores que seguro os sonarán si habéis seguido otras series británicas como ‘Doctor Who‘ o ‘Robin Hood‘. Incluso utilizando a veces recursos muy culebroneros y teniendo algunos personajes que no terminan de sacudirse de encima los clichés, ‘Downton Abbey’ se las apaña para darle una vuelta de tuerca al drama de época y para engancharnos sin remedio a las peripecias de toda esta gente, para la que el mundo estaba a punto de cambiar casi por completo.

P.D.: No, no hay noticias aún de que ninguna cadena vaya a estrenarla en España, de momento. Sí que está editada en el Reino Unido tanto en DVD como en Blu-Ray.

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