'Pelotas' pierde el partido


No va más. Hoy se emite en La 1 el último capítulo de ‘Pelotas’ después de lo que podríamos llamar una travesía en el desierto. Ni las audiencias han sido las esperadas desde el estreno ni los cambios introducidos en la segunda temporada han servido de revulsivo. Con un final abierto, la serie se despide hoy con la cancelación debajo del brazo.

El costumbrismo, que desde mi punto de vista no es una mala práctica, no ha terminado de encajar en las expectativas de los espectadores de la cadena, quizá más habituados a dramas de corte más intenso. La tragicomedia tampoco ha conseguido hacer mella por su parte. La continuidad de las tramas no ha ayudado a la fidelización. Y los personajes, puede que demasiado normales, no han conseguido convertirse en referente.

Mucho se comentó tras la renovación de la serie la temporada pasada el trato de favor que había en Televisión Española hacia El Terrat. No sé si se puede seguir manteniendo esa teoría a estas alturas pero lo cierto es que Corbacho señala como uno de los factores de la cancelación, además de la audiencia, el cambio del equipo directivo de la cadena. Yo creo que una cadena pública debería de poder permitirse el lujo de mantener en parrilla una serie pequeña como ésta.

‘Pelotas’ tenía para mí el encanto de una serie coral bien llevada, con personajes definidos, problemas reales y sin histrionismos. El esfuerzo por realzar la comedia en esta segunda temporada no me pareció idóneo pero eran exigencias de la cadena, que decidió dar una segunda oportunidad. Con este cambio para mí la serie perdió frescura al caer en ciertos componentes de la comedia de situación que no me encajaban en el contexto, pero a pesar de esto siento la cancelación.

Con ‘Pelotas’ se cancela, además de una serie, un proyecto que intentaba hacer una producción distinta contextualizada en entornos reales urbanos, pegada a la cotidianeidad pero distanciándose de los culebrones, con un tono diferente al habitual. Se seguirán produciendo dramedias que es lo que más atrae al público. Qué se le va a hacer, la rentabilidad vuelve a ser la estrella de una industria que es incapaz de reinventarse a sí misma y de una cadena pública que no tiene aspiraciones de ser alternativa.

Vía | El País
Más información | Blog de José Corbacho
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