Diez máscaras de cine

Con motivo de estos días carnavaleros, vamos con una de esas listas que tanto os gustan. El tema es fácil, la máscara en el cine, casi siempre utilizada para cubrir un rostro deforme, y hemos seleccionado diez sin necesidad de hacer un top de mejor a peor o viceversa.

Diez películas en las que una máscara es vital; haciendo un repaso de lo que el cine ha dado en ese aspecto me he encontrado con que esta selección no ha sido nada fácil, pero como siempre vosotros podreis contribuir señalando vuestras máscaras favoritas del cine. A continuación, diez de las más destacables que yo recuerdo:

Darth Vader

No he podido resistirme a ponerla de primera. Sin lugar a dudas la máscara —aunque aquí va acompañada del equipo completo, con casco y respirador artifical, todo un lujo— que más generaciones de espectadores recuerdan y recordarán. Todo el mundo se rinde ante la famosa revelación de 'El imperio contraataca' ('The Empire Strikes Back', Irvin Kershner, 1980), pero yo siempre me quedé impresionado por el instante en el que Luke le quita la máscara a Anakin en 'El retorno del jedi' ('The Return of the Jedi', Richard Marquand, 1983) porque por fin vería el rostro de alguien que me había tenido temblando durante años. Con el tiempo descubrí que la máscara estaba bien donde estaba.

Un hombre anciano

En una de las obras maestras de Max Ophüls, 'El placer' ('Le Plaisir', 1952), uno de los maravillosos espisodios que la componen es el primero titulado precismante 'La máscara'. En él, un hombre entregado al frenesí de la vida pasa sus días de vejez negándose a ser lo irremediable; sus ansias de juventud le llevan a salones de baile en los que baila y baila hasta demayarse, un baile tan llamativo como esperpéntico que funciona como metáfora de su propia vida, patética hasta decir basta. Los plano secuencia de Ophüls alrededor del bailarín son antológicos y de lo más recordado del film.

Batman

Gracias a Christopher Nolan el hombre murciélago se puso más de moda que nunca, incluso entre los que no están acostumbrados a superhéroes. Son varios los actores que le dieron vida con anterioridad, pero no hay duda de que Christian Bale es el mejor de todos, logrando marcar diferencias entre Bruce Wayne y su conocido alter ego. Todas y cada una de las aparaciones de Batman según Nolan están cargadas de emoción, la misma que se oculta tras la máscara que ha salvado Gotham City varias veces.

The phantom

Aunque la imagen que encabeza este post pertenece a la ñoña versión de Joel Schumacher adaptando a Andrew Lloyd Webber, el fantasma de la ópera por excelencia es Lon Chaney, al que no sin razón apodaron el hombre de las mil caras. La versión de Rupert Julian aún no ha sido superada, ni en dramatismo, ni en lirismo, ni en fuerza. Podríamos citar, cómo no, las máscaras que más tarde llevaron Claude Rains y Herbert Lom cogiendo el testigo de Chaney.

El rey Baldwin

La demostración palpable de que la voz es uno de los instrumentos más importantes de un actor. En la correcta 'El reino de los cielos' ('Kingdom of Heaven', Ridley Scott, 2005) Edward Norton se los come a todos con su composición, y nunca llegamos a verle el rostro. Si hubiera justicia en este mundo, Norton habría sido nominado al Oscar por su interpretación.

Christiane Génessier

De la película que sirvió de inspiración al mejor título de Almodóvar, 'Los ojos sin rostro' ('Les yeux sans visage', George Franju, 1960), una desdichada chica está destinada a ocultar su rostro con una siniestra máscara que le confiere aspecto de muñeca de porcelana. Su padre, con la ayuda de la gran Alida Valli, asesinará a jovencitas a las que les robará la cara para recomponerla a su hija. Un clásico del cine francés y del terror en general, con ecos de Cocteau entre otros. Una joya que caerá en cierto especial.

The Mask

Cuando a Jim Carrey le da por no querer ser actor, suele excederse en gestos y tics, pero hay que reconocer que en títulos como 'La máscara' ('The Mask', Chuck Russell, 1994) le queda muy bien. Un divertimento de primera muy superior a los blockbusters coetáneos de la época, que nos descubrió además a una bella Cameron Diaz que luego fue hacia abajo en todos los aspectos. La máscara es un personaje en sí, y cuando se la pone el perro es desternillante. Humor sano e inofensivo para una película más buena de lo que parece.

Darkman

Ahora estoy en todas partes y en ninguna, soy cada uno de vosotros y ninguno, podéis llamarme Darkman

Antes de que muchos se sorprendieran de ver a Liam Neeson en productos de acción de dudosa calidad, y años antes de que Sam Raimi se hiciese cargo del hombre araña, juntos habían participado en 'Darkman' (id, 1990), aún uno de los mejores trabajos de su director. Más que una máscara son vendajes que le proporcionan una especie de máscara, y más tarde un avance científico de primer orden le proporciona lo que hubiera sido un milargo para los protagonistas de 'Los ojos sin rostro'. Una gozada de película.

Michael Myers

John Carpenter logró personificar el mal en la figura de Michael Myers en un tíulo ya mítico e imprescindible del cine de género. Sus influencias del giallo son evidentes y también del clásico, logrando crear un icono mil veces imitado y prostituido en el cine posterior. Soy de los que piensan que a Myers no le hace falta un enorme cuchillo para meter el miedo en el cuerpo, su sola presencia llega.

Henry Jarrod

'Los crímenes del museo de cera' ('House of Wax, André De Toth, 1953) es una película que de pequeño me tenía completamente muerto de miedo, cuando no tebía ni idea de quién era Vincent Price, y mucho menos André De Toth. Un clásico, que curiosamente no está entre lo mejor de su director —siendo una buena película—, y por supuesto, la presencia de Price ayuda mucho. Ecos del fantasma de la ópera, of course.

Su turno, damas y caballeros, y si hoy salen disfrazados a tocar las narices al personal, sean originales.

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