'Boardwalk Empire', caída y renacimiento de Nucky

Los domingos de principios de temporada se han convertido en días imprescindibles para todo el seriéfilo que se precie, con al menos media docena de propuestas de seguimiento casi obligado. Y uno de estas propuestas ha sido la tercera temporada de ‘Boardwalk Empire‘ serie que sigue a Nucky Thompson (Steve Buscemi), magnate de Atlantic City y sus negocios no demasiado legales. Esta temporada venía con el lema de “no se puede ser medio gangster” y la promesa de que grandes problemas vendrían a Atlantic City, como así ha sido.

Tras los hechos de la segunda temporada nos encontramos con un Nucky restablecido en su posición, siguiendo en sus negocios prácticamente donde lo dejó. Gillian intentando lidiar con la desaparición de su hijo y todo lo que ello conlleva. Van Halden con una nueva vida en Chicago como vendedor de planchas… y, por supuesto con nuevos movimientos en las mafias locales de Chicago, Nueva York y, por supuesto, Atlantic City… todo esto en una temporada de lo más vibrante.

Un vistazo a…
LAS 10 MEJORES SERIES DE LA DÉCADA (2010-2019)

La temporada de Harrow

Es curioso el tema de que si obviamos la trama que rodea a Nucky Thompson y compañía, el gran personaje, la otra gran historia de la tercera temporada de ‘Boardwalk Empire‘, es la que gira en torno a Richard Harrow (Jack Huston). Harrow, el tirador desfigurado, es un personaje que desde el inicio de la serie me ha venido fascinando. Y durante la segunda temporada, con su fijación en la esposa de Jimmy, como guarda pequeños recuerdos en un cuaderno y los “trabajitos” a los que se dedica (principalmente como el hitman de Jimmy) ya empezó a despuntar.

Tras la muerte de Angela y la “desaparición” de Jimmy, Harrow pasó a vivir como canguro del hijo de estos y “ayudante” de Gillian, la madre de Jimmy, que en la mansión ha puesto en marcha un nuevo modelo de negocio, mitad burdel mitad ateneo, donde no solo se ofrece servicios sexuales sino sesiones y recitales culturales. Harrow se ve como un pez fuera del agua, sin saber muy bien cómo ha acabado donde está. Sin embargo siempre es agradable tener la certeza que tienes un plato y una cama esperándote.

En este momento de “soledad” es cuando vemos evolucionar más a Harrow, sobre todo tras terminar su camino de venganza contra quien eliminó a su amada Angela (soberbio el momento en el que habla sobre sus motivaciones con Nucky). Richard inicia su propia búsqueda de la felicidad, de sentirse realizado e incluso iniciar una familia. Puede que el desfigurado (que ya de por sí me parece robaescenas) haya protagonizado algunas de las escenas más memorables de esta tercera temporada de ‘Boardwalk Empire’, incluyendo el apoteósico final. Me atrevería a decir que es el personaje mejor escrito (o escrito con más mimo) de toda la serie.

La prisión de Margaret

Casi en el otro extremo nos encontramos a nuestra querida Margaret (Kelly McDonald). El otro extremo en cuanto a la forma de exponer su evolución esta temporada, que ha tenido pasajes que a simple vista parecían muy de rellenar para completar la duración del episodio (recordemos que en HBO sus episodios no bajan de los cincuenta minutos). Sin embargo, la escapada de Margaret en año nuevo para ver pasar a una intrépida y pionera aviadora ya nos da una pista de los sentimientos de Margaret, latentes durante la segunda temporada y que se verán explorados en esta tercera.

Como mujer “atrapada”, o más bien insatisfecha ante la falta de atención de un hombre como Nucky, Margaret encuentra una primera válvula de escape via la organización de unos cursillos sobre todo lo relacionado con la zona íntima femenina. Esto, y la continuación de su affair con Owen han sido los principales conductores de la trama con momentos espoleadores como el descubrimiento de la amante de Nucky y la consciencia total de cómo es su marido.

Gyp: el malo, la bestia

Sin duda gran parte del magnetismo de esta temporada de ‘Boardwalk Empire’ radica en Gyp Rosetti (Bobby Cannavale), el villano de esta temporada. Ya en su primera escena vemos a qué nos vamos a enfrentar: es un matón venido a más, altamente susceptible y dado en deshacerse de lo que le moleste él mismo. En lo que queda de episodio recibimos prácticamente el resto de información que necesitamos saber: es simple, algo bestia, un pelín falto de inteligencia, pero sabe perfectamente dónde está, qué quiere, y no cesará en conseguir su propósito.

En dos escenas y con no más de tres o cuatro pinceladas ya sea en forma de diálogo o en los gestos, miradas de Gyp tenemos perfectamente perfilado al personaje. Y el resto de la temporada le vemos evolucionar, aprender y como pasa de una mera rabieta por no conseguir de Nucky lo que pretendía a una guerra abierta que hará caer hasta el averno a nuestro gangster protagonista.

Nucky: como un fénix

Y, por fin, llegamos a Nucky Thompson. Parece mentira, pero si ya llevábamos veinticuatro episodios con sus andanzas, ha sido en los doce siguientes (los que conforman la tercera temporada de Boardwalk Empire) en los que hemos conocido realmente al magnate de Atlantic City. Es lo que se suele decir, que no conoces realmente a nadie hasta que se encuentre en sus horas más bajas. Durante el intento de “golpe de estado” de la segunda temporada Nucky parecía, aun teniendo media ciudad en contra y un par de intentos de asesinato, intocable.

Pero en esta tercera temporada hemos visto como los negocios turbios y toda la mafia que lo controla pasa de algo que es dirigido por caballeros a otra cosa capitaneada por gente que no tiene remilgos a la hora de actuar. Que cree que la letra con sangre entra y que no hay trato imposible siempre que no te importe mancharte las manos. Es una situación, una filosofía por llamarlo de otra manera, que supera con creces a Nucky.

Aquí vemos a un Nucky que más necesita de sus afectividades, pero no del cariño de Margaret, sino de su nueva querida, la actriz y artista Lillian “Billie” Kent (Meg Chambers Steedle). Una relación que recuerda en el fondo a lo vivido con Margaret cuando Nucky estaba con Lucy Danziger (Paz de la Huerta), la única diferencia es que Margaret supone una carga mayor… pero también una gran relaciones públicas. También vemos como en los momentos en los que más necesita a los suyos es cuando se da cuenta de que está tan absorbido por sus negocios que apenas sabe nada de sus más fieles compañeros y ayudantes.

La tercera temporada de ‘Boardwalk Empire’, más y mejor

Yo siempre he sido bastante crítico con ‘Boardwalk Empire’ y, de hecho, nunca me ha parecido merecedora de mi top 5 personal de series de hoy en día (y quizás top 10, depende del día que tenga). Sí, es muy buena. Sí, técnicamente es impecable. Sí, la dirección de actores y la dirección en general es excelente. Pero su mayor deber pendiente sigue siendo el guion y la historia.

Y no, el mantra este que se repite casi religiosamente de “siempre tarda media temporada en ir colocando poco a poco las piezas” no es excusa para que ‘Boardwalk Empire’ llegue a aburrir en su primer tramo de cada temporada. Y en esta tercera no ha sido una excepción, no tanto en las escenas concernientes a la trama principal sino en las centradas en las secundarias.

Es algo que deberían estudiar seriamente Terence Winter y Howard Korder, los principales responsables del guion de la serie, sobre todo el primero en su calidad de showrunner. En una serie que, en el fondo, es bastante coral con una decena de personajes altamente interesantes, uno tiene la sensación de que muchos de los que pululan por la serie están o bien estancados o bien desaprovechados. En este sentido nos encontramos con el prófugo Van Alden (Michael Shannon) y el ya tratado Richard Harrow como lo único destacable en cuanto a secundarios.

Ya no hablamos de lo que es la trama secundaria en sí, que sirve de vehículo para ver la evolución de los personajes y vista en conjunto lo ves todo claramente. Hablo más bien de la parte “costumbrista” de la serie, del seguimiento del día a día de sus personajes. Estas escenas chirrían por completo fruto de la dejadez de los guionistas que realizan tramas completamente anodinas (no me digáis que por muy grande que fuera cierto momento de Gillian Darmody y “su hijo” su trama en general ha sido de lo más prescindible).

Un problema que hace que el tramo final de cada temporada peque, por momentos, de efectista. Un “soltemos toda la artillería de golpe” que no hace sino hacernos olvidar del resto. Pero claro, estos últimos episodios, maravillosamente escritos, eclipsan el resto de la temporada haciendo que nos olvidemos de los defectos.

Son esos defectos, ese metraje malgastado, lo que hace que ‘Boardwalk Empire’ se quede de nuevo lejos de ser la serie redonda que está llamada a ser. Lo que hace que parezca más pretenciosa que ambiciosa, lo que no termina de hacer justicia a lo gran serie que es. Quizás estoy siendo algo duro, pero son los sentimientos encontrados que siempre tengo a la hora de ver (y posteriormente valorar) esta magnífica serie. Eso sí, ni de lejos pienso perderme la ya confirmada cuarta temporada… con un Nucky completamente renacido en el terreno mafioso, pero solo en lo demás.

En ¡Vaya Tele! | ‘Boardwalk Empire’, arrinconando a Nucky Thompson

Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com

VER 21 Comentarios

Portada de Espinof