'Damien', un anticristo de pacotilla para una serie que apesta a bodrio satánico

No falta mucho para que las adaptaciones televisivas de películas de éxito empiecen a ser muy numerosas, o al menos así debería ser si recordamos la cantidad de proyectos de esas características que se han ido anunciando durante los últimos meses. Por suerte, aún no hemos llegado a un punto de saturación tal que me haría simplemente ignorar propuestas como ‘Damien’, la tardía secuela de la notable ‘La profecía’.

He de confesar que en todo momento observé con recelo los progresos de una serie que a priori parecía totalmente innecesaria. ¿Una continuación 40 años después pero en la que en realidad su protagonista es un apuesto treintañero que ha olvidado que estaba destinado a convertirse en el Anticristo? Muy bien había que hacerlo para superar su endeble premisa, y no ha sido el caso de su paupérrimo piloto.

Los graves errores de ‘Damien’

A partir de aquí encontraréis algunos spoilers del piloto de 'Damien'.

Primer error de ‘Damien’: la situación actual de su protagonista nos importa tres pepinos, ya que todos tenemos claro que pronto va a dejar de lado esa conciencia suya como fotógrafo y que sólo van a volver sobre ello para mostrarnos cómo duda sobre si dar el salto y abrazar el malo o no hacerlo. Además, van a hacerlo tan a menudo que ya de entrada estás cansado de ello.

La cuestión es que no hay serie sin eso… pero es que tampoco hay mucho por donde avanzar si finalmente se decide a ello, así que todo va a ser ponernos el caramelo en la boca para luego quitárnoslo. Les va a tocar seguir la estrategia de ‘Bates Motel’ -no creo que sea casual que compartan canal-, serie que abandoné ya en su segunda temporada por lo frustrante que se estaba volviendo.

Segundo error de ‘Damien’: los personajes no tienen el más mínimo interés. De hecho, hace apenas un par de días que he visto el episodio y a duras penas recuerdo a nadie más que no sea el propio protagonista -bastante soso Bradley James- y su protectora, la encargada de devolverle al lado oscuro de la fue… espera, que no es esa saga, la que tiene que hacer que se convierta en el Anticristo y acabe con todo. El resto… pues ahí estaban.

Tercer error de ‘Damien’: la ambientación resulta de lo más monótona cuando era esencial que se lograse un clima de suspense interesante para dar una mayor entidad a la transformación emocional de su protagonista. Aquí todo ha sido semioscuridad impostada -insípido el ataque de los perros, seguramente una referencia a cierta escena de ‘La profecía’- y suspense de baratillo para intentar complicarlo todo un poco más.

Cuarto error de ‘Damien’: el piloto ha sido increíblemente aburrido, dejándonos además con la sensación de que su techo es ser una propuesta mediocre en la que en ocasiones muy puntuales suceda algo que anime el cotarro. Tampoco ayuda mucho que hasta nos recuerde directamente ‘La profecía’ con el uso de breves flashbacks que hacen que las odiosas comparaciones sean aún más inevitables.

Quinto error de ‘Damien’: no hay nada que te deje con la más mínima curiosidad por ver lo que está por venir -o al menos los detalles concretos para llegar a donde tiene que llegar si no la cancelan antes-. Está claro que querían jugar la baza de la fuerza simbólica de la escena en la que se viene abajo una estatua de Jesucristo en la cruz, pero además de no tenerlo, está a dos pasos de resultar simplemente ridícula.

Por lo demás, rutina de la mala, por lo que la lección que extraigo del piloto es que ‘Damien’ lo tiene fácil para ir a mejor, pero mejor que sean otros los que comprueben si es el caso, que yo ya leeré con atención la reseña de quien lo haga si llega a suceder. Por mi parte, cada vez tengo más problemas de tiempo para ver todas las series que me llaman la atención, así que con un piloto que roza el ser un bodrio es suficiente para dejarla de lado.

En ¡Vaya Tele! | 'Damien', tráiler de la tardía e innecesaria secuela televisiva de 'La Profecía'

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