Lisa Cuddy, Avon Barksdale y Melvin Udall

De cuando en cuando, te pones a revisar alguna buena película en la tele, quizá alguna estrenada la pasada década, o incluso de principios de esta, y te llevas algunas sorpresas que te dejan atónito, y con las que te das cuenta de que el cine norteamericano, sobre todo a nivel de actores y de movilidad laboral, le da sopas con onda a prácticamente todos los demás, sobre todo a España.

La cosa es como sigue: cambio de canal y me encuentro conque en el canal TNT están volviendo a poner la excelente comedia de James L. Brooks, ‘Mejor…imposible’ (‘As Good as it Gets’, 1997), comedia que ya he visto una cincuentena de veces, y llega el momento, tan divertido, en que Melvin Udall (impagable Jack Nicholson) echa de la que considera su mesa del restaurante a dos judíos parlanchines.

Y me quedo de piedra. De la pareja judía ella es inconfundible. Se trata de Lisa Edelstein, que a los amantes de la buena televisión no les será un nombre desconocido. Por supuesto, interpreta a Lisa Cuddy en la ya mítica serie ‘House M.D.’. Por aquel entonces, hace ya doce años, contaba con 31, y su aspecto era muy diferente al de hoy, claro está. Reconozco que siento debilidad por esta elegante mujer y gran actriz.

También la hemos podido ver en un papel destacado de ‘El ala Oeste de la Casa Blanca’, en la que trabajó cinco episodios y que dejó una indeleble huella en la memoria. No dice una palabra en su breve primer plano de ‘Mejor…imposible’, pero hubiera dado igual que la dijera, porque no la hubieramos escuchado, ya que nos quedamos de piedra al ver quién es su compañero de mesa. Nada menos que un jovencísimo de 32 años, y todavía con pelo en la azotea.

De modo que Lisa Cuddy está comiendo con el doctor Chris Taub varios años antes de participar juntos en una leyenda de la televisión como ‘House’. Este intérprete de mirada huidiza y ademanes suaves es uno de esos rostros que uno retiene en el cuarto trastero de la memoria, sin poder fijar del todo dónde se le vio por última vez, aunque ahora seguro que nos resulta a todos más fácil.

Pero no acaba todo ahí, falta el clímax. Porque aunque a Melvin le sale bien la treta, no mucho después ve cómo le echan del restaurante, por impertinente y borde. Pero acude al repartidor del restaurante, para averiguar la dirección de su camarera preferida. Y un chico negro, que por entonces no tenía ni 28 años, por nombre Wood Harris, se la da. Nada menos que Avon Barksdale en persona, el despiadado narcotraficante de ‘The Wire’, una de las más grandiosas series de la historia.

Harris, por cierto, tuvo una aparición estelar en una de la cuarta temporada de ‘House’, con lo que el círculo se cierra también para él pasando por una serie ineludible. Pero así, de golpe, vemos a tres intérpretes que por entonces no conocía nadie y que años después son historia (dorada) de la televisión. Lo que son las cosas. Y como ellos quizá otros que ahora se contentan con aparecer fugazmente en alguna película importante, y quién sabe si dentro de unos años harán algo grande.

Esto viene a demostrar dos cosas, para mí: primero la gran preparación de los actores estadounidenses, su versatilidad y su técnica, demostrados en el hecho de que muchos de ellos pueden responder a retos futuros; y segundo la gran movilidad de la industria audiovisual norteamericana, capaz de dar oportunidades, en la medida de lo posible, a casi cualquiera.

Comparen esto con la preparación de algunas estrellas televisivas españolas.

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