'Mad Dogs', malentendidos y crimen bajo el sol

La cadena británica ITV ha estado bastante activa esta temporada en cuanto a estrenos de ficción propia. En otoño tuvieron el gran éxito de 'Downton Abbey', ahora mismo están emitiendo la cuarta temporada de 'Law & Order UK', hace unas semanas finalizó la emisión de la interesante miniserie 'Marchlands', pero no ha sido la única que ha estrenado series, porque Sky 1 casi empezó el año con una miniserie que les ha granjeado mucha atención, 'Mad Dogs'. La atención y la curiosidad venían, sobre todo, porque es la reunión en pantalla de John Simm y Philip Glennister años después del final de 'Life on Mars', que los hizo muy famosos a los dos, y además la serie nace del interés de Glenister y de otro de los actores, Marc Warren, por hacer algo diferente sobre hombres que sufren una pequeña crisis al ir haciéndose mayores.

Los cuatro protagonistas de 'Mad Dogs' son amigos desde hace muchos años, y todos conocen los problemas que han tenido con el dinero, sus esposas o el alcohol a lo largo de ese tiempo. Además, la vida los ha ido distanciando, pero deciden volver a reunirse, por los viejos tiempos, después de que otro viejo amigo, Alvo, al que ven muy poco, los invite a pasar una semana en su casa de Mallorca. Los cuatro llegan a la isla con ganas de pasarlo bien y olvidar sus problemas, pero empiezan a ver algunas cosas en Alvo que no están muy claras y, una noche, toda su vida se pone del revés por culpa de un tipo muy bajito con una careta de Tony Blair.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

A partir de ahí, cada uno de los cuatro episodios nos muestra una historia de gente corriente metida en un lío que les supera completamente que tiene algunos ecos de películas como 'Very bad things' o 'Tumba abierta'. Los cuatro amigos se ven de lleno en una trama de mafiosos y drogas de la que no saben nada, y al mismo tiempo que intentan salir de ella más o menos sanos y salvos, tienen que evitar a una persistente, y misteriosa, policía española, interpretada por María Botto. Por supuesto, conforme les van pasando más cosas, y las decisiones que toman no salen todo lo bien que esperaban, su desesperación se va haciendo mayor, y el asunto se va embrollando hasta un punto en el que resulta difícil que se pueda cerrar satisfactoriamente.

Los cuatro protagonistas principales (Philip Glennister, Marc Warren, John Simm y Max Beesley) están muy convincentes como los cuatro cuarentones que han dejado atrás los mejores momentos de su vida, pero que aún intentan que el peso de todos sus fracasos no los aplaste. Parte de ellos disfruta de todo el jaleo en el que están metidos. Sin embargo, el ambiente entre ellos también se va enrareciendo y acaban saliendo a la luz los secretos y las pequeñas rencillas que han ido acumulando a lo largo de los años. Durante buena parte de la miniserie, encontramos un humor a veces pasado de rosca, que casa con la desesperación que van sintiendo sus protagonistas, y resulta también sumamente divertido ver cómo Ben Chaplin lleva un look que le hace parecer, a veces, Antonio Banderas.

Como suele ocurrir con estas temáticas, mientras se está planteando el problema y la trama se empieza a liar, la serie mantiene el interés y el gancho, para después perderlo al final, en el que parece que no sabían muy bien por dónde salir. Toda la acción está rodada en Mallorca y está muy lograda la sensación de calor agobiante. Y a pesar de ese cierre, resulta muy entretenida.

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