Por qué nos gusta... Ben Linus (Perdidos)

Ben Linus ha empezado la cuarta temporada de Perdidos atado de pies y manos, pero todos sabemos que encontrará la forma de que alguien lo libere. Eso es. No usará la fuerza para cortar las cuerdas, utilizará su inteligencia para convencer al que tenga más cerca de que soltarlo es una buena idea. Y lo conseguirá. Porque tiene entre sus labios un veneno mucho más poderoso que unos brazos musculosos o un cuchillo afilado. Tiene la capacidad de la empatía. Ben no es el líder de los Otros por ser el más fuerte, si no porque sabe leer las cartas que hay encima de la mesa y avanzarse a tu jugada.

Sus palabras son certeras y astutas, como dardos que se clavan en tus puntos más débiles. En tus miedos, tus preocupaciones, tus inseguridades. Puedes tener todos los motivos para desconfiar de él, pero te hará cambiar de opinión con su retorcida retórica, sus ojos entornados encima de ti, el tono monótono de su voz que se mete en tu cabeza cambiando tus ideas de lugar.

Ben Linus va a envenenar tu razón e invertir tus valores, aún cuando lo tengas de rodillas y desangrándose contra el suelo. Tu único error será escuchar. No te darás cuenta y estarás haciendo justo lo que él quiere. Creerás que todo se te ha ocurrido a ti pero ha sido él, manipulando hábilmente tus emociones hasta convertirte a ti mismo en tu propio enemigo. Ben Linus es el tipo de hombre que puede cambiar el mundo. Provocar guerras, traer paz, ordenar la muerte con un susurro, crear vida si así lo desea. El destino le pertenece.

Con poder o sin él, el mundo siempre ha estado en manos de hombres como Ben Linus. Todo lo que ocurra en la isla, sucederá porque será su voluntad, no la de nadie más. Ni la de Jack, ni la de Locke. Él escribirá el final.

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