Por qué nos gusta... La isla (Perdidos)

La isla de Perdidos deja de ser un paisaje para convertirse en un personaje más. La isla actúa. Se protege a si misma tomando la forma de humo negro, te provoca visiones para que encuentres el camino en la profundidad de la jungla, juega con tus emociones y te acorrala entre sus árboles. Hace de tus sentimientos un laberinto en el que sólo tú puedes encontrar la salida. Te hace libre si quieres escucharla, puede cambiarte la vida si dejas de luchar contra ella. No es una casualidad que hayas llegado hasta su costa. Ella te ha atraido hacia si, con la poderosa fuerza del mismo destino.

Cuando dicen que la isla tiene propiedades curativas se refieren a un sentido literal del término. No se trata sólo de que Locke vuelva a andar. La isla cura tu cuerpo y también tu mente, ambas cosas están unidas. Te somete a tus peores miedos para que puedas volver a empezar, te obliga a enfrentarte a tus insegurades, a la voz de tu propia conciencia. Seguir al viento que susurra es empezar tu propio vision quest, iniciar el camino hacia la redención. Si tu avión estalla en mil pedazos y cae envuelto en llamas en esta isla no estás perdiendo tu vida, sinó encontrando una segunda oportunidad para ser feliz.

Los supervivientes no están perdidos en la isla; están perdidos antes de ella. La isla es el lugar en el que se encuentran. Ella es uno de esos momentos en los que la vida te exige que te descubras, una circunstancia que te obliga a superarte, cuando rompen tus esquemas para que puedas construirlos de nuevo. Tras la destrucción siempre se encuentra el nacimiento. A veces ruge la tormenta y crees que no vas a salir de ésta, pero cada vez que caes al suelo es una nueva oportunidad para resolver lo que hiciste mal.

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