‘The Handmaid's Tale’: trascendente, salvaje e imprescindible

Mi desnudez ya se me hace extraña. (…) ¿De verdad llevaba bañadores, en la playa? Los llevaba, sin pensarlo, entre hombres, sin importarme que mis piernas, mis brazos, mis muslos y espalda estuvieran a la vista. Sin vergüenza, sin modestia. Evito mirar a mi cuerpo, no tanto por vergüenza o modestia sino porque no quiero verlo. No quiero mirar a aquello que me condiciona completamente.

La frase sobre estas líneas es un pasaje de ‘El Cuento de la Criada’, lanovela de 1985 de Margaret Atwood que ha servido de inspiración para la serie homónima que Hulu estrenó en su plataforma la semana pasada, ‘The Handmaid’s Tale’.

Es una distopía que tiene lugar en un Estados Unidos totalitario y teocrático llamada Gilead en el que la mujer ha sido completamente sometida. Es una esclava literal del sistema. No pueden leer o trabajar por dinero, no son poseedoras ni de su propio cuerpo debido a una epidemia de infertilidad provocada por contaminación ambiental.

Las mujeres jóvenes y presuntamente fértiles son subyugadas y entrenadas como Criadas para servir a los comandantes de la élite y tener los hijos que sus mujeres no pueden. Offred es la protagonista, y a través de su rutina como una de estas Criadas vivimos las atrocidades que conlleva formar parte de esta sociedad.

Elisabeth Moss hace un trabajo espléndido interpretando a Offred y llevando la narración a través de una voz en off con la que el relato juega a menudo, mostrando el contraste entre la fachada que debe mantener y la mujer que hay detrás. Su relato abre también una ventana al pasado, a cómo se vivió ese cambio hacia la dictadura a la que le han arrastrado.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

No tan distópica

‘El Cuento de la Criada’ se antoja, tras unos pocos episodios emitidos (Hulu colgó los tres primeros el día del estreno y ya ha anunciado su renovación), como un drama imprescindible del panorama actual por muchos motivos. El principal: la denuncia a través de la visibilización violenta.

Es un universo que se presenta como una distopía, una realidad en la que casi todo se vive como un ritual. Hasta la violación se lleva a cabo como rito y las conversaciones que pueden mantener las criadas están prácticamente guionizadas. Ese aspecto litúrgico de la rutina puede crear una sensación de distanciamiento entre lo que se muestra y la realidad, pero todos los aspectos más denunciables de la historia –desde los detalles más superficiales hasta los más terroríficamente íntimos- están sucediendo ahora mismo en algún lugar.

Cosificación de la mujer, acoso a homosexuales o cualquier identidad que traicione lo heteronormativo, ablación, sometimiento y despersonalización de la mujer, control del gobierno de nuestras posesiones y de la privacidad… Son unos pocos ejemplos de factores que definen el discurso, y que son una realidad que solemos anular con argumentos fatuos como que algo tan exagerado nunca puede llegar a ocurrir. Argumentos que no conocen nuestra historia ni nuestro presente.

La trascendencia y relevancia de su discurso no es el único factor que la convierte en imprescindible. Las ideas de Atwood se trasladan a lo audiovisual con una narrativa estimulante cargada de simbolismo y con una fotografía de claroscuros tal que en ocasiones parece que Offred se ha escapado de un cuadro de Vermeer.

Es un relato fragmentado en el que la atmósfera opresiva consigue atrapar al espectador, transmitiendo todo ese horror y haciéndolo partícipe emocionalmente de las salvajadas que se muestran. Destaca también cierta sorna a través de las sutilezas en la interpretación de Moss, una burla a modo de juicio incisivo de los principios que rigen esa sociedad.

Cada capítulo hasta ahora se ha revelado como un relato contundente que asfixia al que lo ve, aunque no tanto como Gilead oprime a esas mujeres y a todos aquellos que no encajan en la definición que alguien ha hecho de lo que supone ser una persona merecedora.

No queremos entrar en detalles en este texto sin spoilers porque merece mucho la pena asomarse a todo lo que ‘The Handmaid's Tale’ ofrece. Es un drama atrevido y potente que no se amilana a la hora de mostrar su cruda realidad y que invita constantemente al espectador a que reflexione sobre la moral, la ideología y la política que hay detrás del universo que plantea.

Estamos en un momento de producción de ficción demencial en el que es difícil seguir la pista a los títulos que son verdaderas joyas y este es uno de ellos. Se emite en Hulu y está disponible en España a través de HBO.

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