'Velvet', añoranza dulce como la miel

Una de las grandes propuestas de Antena 3 en las últimas temporadas ha sido 'Velvet', una serie que cumple a la perfección su cometido. Primero, le da unas audiencias magníficas y después, consigue el reconocimiento también de la crítica, que ha alabado la producción de Bambú por sus tramas, sus personajes pero, también, sobre todo, por cómo una cuidada puesta en escena ha conseguido hacer brillar el mundo de la moda.

A veces, nos parece que 'Velvet' juega en un terreno confuso. Nos ha presentado un universo en los años 50 que no sabemos muy bien si se corresponde con lo que sucedía en aquel tiempo. El reflejo de inocencia, esperanza y oportunidad de muchas de sus escenas no es realista. Ni lo pretende, 'Velvet' ha hecho bandera de una añoranza por un tiempo que, realmente, nunca existió, pero que sabe llenarnos de música y vapor.

Aviso: Cuidado con los spoilers

Saltos en el tiempo

Ahora, 'Velvet' se despide para siempre, y lo hará por todo lo alto, contra una poderosa 'La Voz' a la que no logra vencer en audiencias pero sí intimidar. 'Velvet' tiene su público, aquel al que le gustan las historias ligeras, entretenidas, con buenos y malos, con momentos de humor, que consiguen hacernos pasar un rato divertido pero también lleno de un glamour que se desliza como un sueño.

La historia ha dado un importante salto hacia adelante y los personajes se han tenido que habituar a los nuevos cambios. Tenemos mucha bondad hacia quienes han sido nuestros protagonistas. Así, Ana se ha convertido en una diseñadora de fama internacional que no tiene problemas para compaginar su trabajo con la crianza de su hijo.

En 'Velvet' siempre han predominado las ganas de que los personajes no sufran demasiado. Tal vez porque se embarcan en conflictos que por muy graves que se presenten, siempre son ligeros. Tal vez porque la solución está en manos del clásico individuo que parece riguroso pero no lo es o tal vez porque el tono familiar y blanco predomina sobre todas las cosas.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

Protagonismo coral

Una de las fortalezas de 'Velvet' es su rica amalgama de personajes, con la que logra construir un protagonismo coral que le sienta muy bien para dar equilibrio y dinamismo a sus tramas. Así, aunque hemos echado de menos a Miguel Ángel Silvestre, metido de lleno en esa aventura allende los mares, la participación de otros actores y la inclusión de nuevos personajes ayuda a que no tengamos que echarle demasiado de menos.

Mientras Ana conserve a un galán con el que tener un tira y afloja sexual, nos podemos dar por servidos. En esta temporada, a la espera del regreso triunfal de Alberto, han aparecido varios guapos para que salten esas chispas amorosas. El problema de todo esto es que dé la sensación de que los mecanismos se repiten, como nos ha podido pasar con el reencuentro de los personajes de José Sacristán y Concha Velasco, que podía recordar a la llegada de Ángela Molina. Y es que Sacristán, con ese aire tan serio que tiene, se ve que fue todo un conquistador en su juventud.

'Velvet' es dulce y nunca demasiado trágica aunque, para esta temporada, nos reservan momentos de angustia protagonizados por uno de nuestros personajes favoritos. Rita, interpretada brillantemente por Cecilia Freire, dejará de lado esa vis cómica que nos ha conquistado y se enfrentará a una enfermedad demasiado dolorosa. Nuestra esperanza es que la bondad de los creadores consiga salvar a la rubia, por muchos calvarios que tenga que pasar.

En ¡Vaya Tele! | 'Velvet', al calor del romanticismo

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