Ciencia-ficción: 'El terror del más allá', de Edward L. Cahn

Hay filmes que, por sus innatas cualidades artísticas o porque las circunstancias del momento en que se estrenaron fueron propicias, ostentan desde el primer día una incuestionable posición de relevancia en la historia del cine que el tiempo casi nunca termina erosionando —al menos no del todo—. Otros, en cambio, habiendo pasado desapercibidos por las salas, ganan adeptos con el paso de los años, convirtiéndose en objetos de culto de esos que, supuestamente, todo cinéfilo que se precie debería ver al menos una vez en su vida.

Y después están las cintas como 'El terror del más allá' ('It!, the Terror from Beyond Space', Edward L. Cahn, 1958), arquetípica producción de serie B de los años cincuenta que pasó sin pena ni gloria por la taquilla y cuyos valores cinematográficos no han adquirido lustre con el transcurrir de las décadas pero que, sin embargo, tienen una importancia capital en la historia del séptimo arte en general y del género de ciencia-ficción en particular ya que fueron el germen que terminó fecundando la imaginación de algunos espectadores de la época que, convertidos en cineastas lustros después, tendrían la posibilidad de emular las fórmulas de aquellos títulos del pasado para construir sus propias pesadillas.

De regreso a la Tierra la tripulación de una nave espacial comienza a ser diezmada por la presencia de un ente hostil. Y no, no estoy hablando de 'Alien, el 8º pasajero' ('Alien', Ridley Scott, 1979) sino del guión que sirvió a Edward L.Cahn para rodar 'El terror del más allá' y que, dos décadas más tarde inspiraría a Dan O'Bannon para, reconfigurando ciertos elementos, sentar las bases de una de las mejores cintas que ha conocido en su historia el género de ciencia-ficción.

Escrito por Jerome Bixby, autor entre otros del guión de 'It's a good life', el conocidísimo episodio de 'Twilight Zone' que revisó Spielberg para 'En los límites de la realidad' ('Twilight Zone, the Movie', Steven Spielberg, John Landis, George Miller y Joe Dante, 1985) o de la historia que después se convertiría en 'Viaje alucinante' ('Fantastic Voyage', Richard Fleischer, 1966), el libreto de 'El terror del más allá' no deja de responder al esquema de "película con tío disfrazado de monstruo" que tanto abundó en los años 50 —algunas de las cuales hemos ya analizado en este ciclo que estamos llevando a cabo sobre el género—, y su originalidad radica en enclaustrar a los personajes en el confinado espacio de una nave sideral y enfrentarlos a una criatura que campa a sus anchas por el interior de la misma y parece, a todas luces, indestructible.

Completamente implausible desde el punto de vista científico del género, la cinta abunda en sonrojantes detalles de esos que uno termina perdonando porque es de la década que es y porque no está en la voluntad de los responsables del filme posicionarse desde un puesto de circunspecta seriedad técnica para impartir enseñanzas a los espectadores. Sólo así se explica el arsenal armamentístico que los astronautas llevan en el cohete y el ligero uso que hacen del mismo, atacando a la criatura sin ningún tipo de consecuencias para la frágil estructura de la nave con pistolas, fusiles, granadas ¡¡¡y hasta un bazoka!!!.

Forjado en las labores de edición y con una carrera que arrancó en los años 30, la llegada al género de Cahn en la década de los cincuenta fue una decisión lógica de quien supo rendirse a la evidencia de aquello que el público de la época exigía. Con más de un centenar de producciones en su haber —tan sólo en 1961 llegaría a firmar ¡¡once!! películas— el tránsito del realizador por el género fantástico y de ciencia-ficción dejó como resultados desiguales títulos que se mueven entre lo infumable de 'The She-Creature' (id, 1956), lo irreverente del humor inherente a las cintas de la época que expuso en 'La invasión de los hombres del espacio' ('Invasion of the Saucer-Men', 1957) o esa historia de alienígenas provenientes de la Luna llamada 'Invasores invisibles' ('Invisible Invaders', 1959) que tan obvia relación guarda con 'La noche de los muertos vivientes' ('Night of the Living Dead', 1968) de Romero.

Resulta incuestionable que la sobria dirección de Cahn —de quien recomiendo se rescate 'Law and Order' (id, 1932) su segundo filme y un pequeño pero espléndido western adaptado de la novela homónima por John Huston en torno al duelo en el O.K.Corral— y la correcta labor de montaje llevada a cabo sobre el material filmado ayuda a sobrellevar mejor las libertades que va tomándose el relato, y ya no sólo desde el punto de vista de la plausibilidad científica sino que, adscritas como están éstas a la mentalidad de la época, no deberá extrañar al espectador que se acerque ahora al filme el hecho de que las dos tripulantes femeninas del cohete sean meros muebles puestos allí para cocinar, servir café a sus compañeros masculinos y funcionar, al menos una de ellas, como el discreto interés romántico de uno de los protagonistas.

El discreto carácter de 'El terror del más allá' y el interés que sin duda suscitará siempre por ser la semilla de la que germinará 'Alien' son razones suficientes no sólo para justificar su visionado, sino para valorarla como una de esas pequeñas joyitas del género que, revisada con buen talante y mirada benevolente sirve para exponer lo determinante que fueron los años cincuenta de cara al proceso de moldeado que se llevó a cabo desde el séptimo arte hacia un género que, en muchos aspectos, quedaría marcado para siempre por la desorbitada cantidad de títulos que el cine de hace seis décadas nos legó a los amantes de la ciencia-ficción.

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