Ciencia-ficción: 'Japón bajo el terror del monstruo' de Ishiro Hônda

Ahora que se ha estrenado en medio mundo ‘Godzilla’ (id, Gareth Edwards, 2014), un blockbuster que está levantando tantas pasiones como odios, he creído conveniente repasar el clásico que todo lo comenzó y que entre nosotros se tituló ‘Japón bajo el terror del monstruo’ (‘Gojira’, Ishirô Honda, 1954), que era la película más cara jamás hecha en el país en ese momento. La producción del presente film más ‘Los siete samuráis’ (‘Shichinin no samurai’, Akira Kurosawa, 1954) pusieron a Toho Films al borde de la bancarrota.

Sin embargo el origen de que ahora anden todos encantados — muy cabreados, dadas las viscerales opiniones de algunos— con el monstruo japonés Gojira —que es una unión de las palabras gorira (gorila) y kujira (ballena)— no es realmente el film de Honda, sino la producción estadounidense ‘El monstruo de tiempos remotos’ (‘The Beast from 20,000 Fathoms’, Eugène Louirè, 1953) que cuando se estrenó en Japón tuvo un enorme éxito, animando a los productores a realizar una película similar.

El film americano contenía unos efectos visuales del gran Ray Harryhaussen, realizados con la técnica stop motion, que enseguida se desestimó para el film nipón. Dicha técnica retrasaría la producción y con ello la fecha de estreno, así se decidió utilizar maquetas y un hombre embutido en un traje para los planos generales. A día de hoy, y con todos los adelantos en el campo de los efectos visuales, es evidente que para muchos los efectos visuales de esta película serán cutres o directamente malos.

Lo cierto es que, viendo el film con la necesaria perspectiva, los efectos visuales son más que decentes y tienen algo que la CGI no es capaz de conservar ni una sola vez desde que el efecto digital hizo el primer acto de presencia: encanto, personalidad. A ello hay que sumar las intenciones de sus artífices al hablar de la energía atómica a través de un film de ciencia-ficción con monstruo. Si en los USA el miedo del pueblo hacia el comunismo estaba representado en muchas películas, en ‘Japón bajo el terror del monstruo’ habla sin piedad del reciente pasado del país en la segunda contienda mundial.

Que el monstruo de Godzilla sea el resultado de las pruebas atómicas que los estadounidenses hacen, y en cierto momento uno de los personajes centrales diga “Ya tuve bastante con Nagasaki” es algo que no deja lugar a dudas. La sociedad japonesa estaba renaciendo de sus cenizas cual ave fénix, tras los destrozos que el país que presume de ser el mejor del mundo hizo en el mismo con dos bombas atómicas, y dicha recuperación se estaba plasmando en el cine. Una “venganza” artística, por así decirlo, que ideológicamente no tiene nada de reprochable.

Un momento del rodaje de 'Japón bajo el terror del monstruo'

Un monstruo para la posteridad

Honda dejó con esta película ciertos elementos utilizados mil y una veces en películas posteriores, cuando no influyó directamente en muchos importantes cineastas. George Lucas confesó haberse inspirado en los efectos con maquetas para los que utilizó en la primera trilogía galáctica, y está claro que Steven Spielberg también la tuvo muy presente para su primer gran hit ‘Tiburón’ (‘Jaws’, 1975) en la que aplica el mostrar muy poco al monstruo al principio para crear más suspense y dar rienda suelta al espectáculo en su segunda mitad. Son innumerables las películas de ciencia-ficción con monstruo que utilizan dicho esquema.

Al margen de las influencias y posteriores interpretaciones en otros films, Honda realizó un film bastante estimable, en el que conjuga con mucho sentido el puro espectáculo —hay que citar el ataque de Godzilla a la ciudad, y también el clímax final en el mar— con el drama puro y duro. Las secuencias en las que vemos los efectos de los destrozos del monstruo, con gente calles desoladas y gente muriendo en hospitales son bastante sobrecogedoras, y poseen cierto tono pesimista y descorazonador que rara vez se vio después.

De marcado lirismo en muchos de sus instantes, sobre todo con los que sin duda ponen al hombre como el peor enemigo de sí mismo, ‘Japón bajo el terror del monstruo’ aún sobrevive al imperdonable paso del tiempo como una estimable monster movie. Provocó innumerables secuelas, incluso se remontó, filmando nuevas secuencias con Raymond Burr y dirigidas por Terry O. Morse, para su exhibición en Estados Unidos con el título de ‘Godzilla, King of the Monsters!' (1956), quedando un film bastante distinto.

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