'¿Quién quiere casarse con mi madre?' o cómo repetir la fórmula no tiene por qué ser negativo

Frikis, tróspidos, raros... muchos adjetivos se le ha dado a la serie de programas que han salido a raíz del estreno hace dos años (parecen más) de la primera de edición de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' y ninguno ha sabido calificar correctamente este y el resto de programas que han aparecido después del primero. Un casting particular, una presentadora magnífica y una edición muy creativa e imaginativa son las características que diferencian a esta familia de programas del resto.

Ayer lunes se estrenó un nuevo compañero de aventuras: '¿Quién quiere casarse con mi madre?'. Este nuevo miembro de la familia tróspida nace con la intención de cambiar los roles en el programa. Ahora son los hijos los que tienen que analizar los pretendientes de sus madres y estas, a su vez, tomar el papel de los hijos y soltarse la melena ante los múltiples pretendientes que tienen a su disposición. ¿Ha estado a la altura de la calidad tróspida esta revisión de la idea original? Pues ya os adelanto que sí, pero con ligeras diferencias y variaciones.

Un cásting adecuado

El casting es uno, si no el que más, de los elementos más importantes en un programa de este tipo. En esta ocasión el departamento de casting tenía la misión de encontrar a las mejores parejas de madre e hijo que pudieran encontrar. Era complicado, todo hay que decirlo. Tan sólo había que echar un poco la vista atrás para darse cuenta del difícil trabajo que tenían en esta edición, teniendo en cuenta un añadido: ahora lo importante son las madres.

¿Por qué digo esto? Muy sencillo. Es mucho más sencillo, al menos a mi modo de ver, encontrar a un chico soltero que busca pareja y que tenga el espíritu tróspido que encontrar a una madre con las mismas características. Las personas que pueden cumplir el perfil suelen pasa de los treinta y tantos, tener la vida asentada de una u otra manera y muchas aventuras a su espalda. Por estas razones el casting de '¿Quién quiere casarse con mi madre?' era, para mi, algo más complejo que el de los programas originales.

¿Qué ha ocurrido con el cásting de esta primera versión maternal? Pues que es correcto, sin más. El fichaje de Toñi con Gabi (un ex-tróspido) es todo un acierto, sobre todo porque Gabi sigue teniendo esa personalidad con la que se come la pantalla. El resto de parejas, pues no tanto. Blanca y Paulina (las pijas remilgadas) son normalitas, no generan demasiado interés y tienen poca chispa en pantalla. Mar y Javi (los culturetas) son demasiado etéreos, sobre todo la madre, y lo único que divierte es ver como Javi intenta ligar con Luján. Tere y Nico son divertidos, más por la madre que parece que no ha salido de Getafe en su vida que por el hijo, el cual está cortándose todo el rato y finalmente, Charo y Kike (la motera repugnante y el hijo cansado de ella) parecen tener potencial por lo que se les puede dar un voto de confianza.

En donde han acertado de lleno es en el elenco de concursantes. En esta primera edición de '¿Quién quiere casarse con mi madre?' nos encontramos a los frikis más tróspidos de avanzada edad que te puedes echar a la boca. Tenemos para todos los gustos, desde el asturiano que habla más bable que castellano, el motero vikingo de ojos azules o el obsesionado por las MILF. Las presentaciones han servido para presentarnos muy correctamente a todos los concursantes, mostrándonos sus puntos fuertes y todo lo que pueden dar a lo largo del programa.

Realización y presentación como siempre, excelentes

Poco nuevo se puede decir de la realización de este tipo de programas. Es excelente, punto. El montaje de todos los cortes es adecuado sin llegar a ser exagerado (como ocurría en 'Un príncipe para Corina'), los efectos están bien puestos y no están de más, consiguiendo que el ritmo no caiga en las casi dos horas que dura el programa. También cabe destacar que casi no se nota el guión que hay en todas las situaciones, algo que se agradece ya que en otras ediciones y programas cantaba demasiado.

A riesgo de parecer el mayor fan de Luján Argüelles no puedo si no alabar, una vez más, su gran conducción del programa. Luján ha hecho suyos los programas de temática tróspida y se ha subido ella misma a un altar del que nadie va a ser capaz de bajarla. Sus miradas, sus gestos, sus cambios de tonalidad hablando y sus reacciones rápidas son perfectas y dignas de admirar. Es muy buena y ella lo sabe, ya que se nota que se gusta presentando las miles de situaciones cómicas y extrañas que se presentan a lo largo del programa. Un diez para ella, sin más.

Un tono ligeramente diferente

Con el estreno de '¿Quién quiere casarse con mi madre?' Cuatro corría un riesgo importante: explotar demasiado la temática tróspida. Con los hijos tróspidos, los granjeros y Corina llevamos ya unos cuantos programas a nuestros espaldas que tratan, básicamente, de lo mismo y lo cuentan de maneras muy similares. Después del primer programa parece que ese riesgo se ha esfumado, y es que el programa ha sabido cambiar lo justo para conseguir un espíritu y personalidad propia. Un ejemplo claro es que parece que el tono va a ser más pausado, alejándose así de las locuras de los hijos que hemos vivido en el último programa. También parece que vamos a tener menos improvisación y que todo va a estar mucho más planeado y estructurado, claro ejemplo son los poderes de las madres, los cuales darán seguramente mucho juego a lo largo de todo el programa.

Para finalizar decir que '¿Quién quiere casarse con mi madre?' es un programa notable... para quien le guste este tipo de televisión. Por supuesto, al que no le agrade la temática tróspida o el ya conocido trash TV le seguirá sin gustar. A los que si, este programa le seguirá dando su ración tróspida semanal de muy buenas maneras con un único cambio, el generacional.

En ¡Vaya Tele! | Diez personajes tróspidos sacados de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?'

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