'Quiero ser monja' demuestra que se puede hacer un buen reality sin recurrir a la trospidez

Hay producciones que de primeras dan miedo: ¿un reality sobre vocaciones religiosas? ¿Qué se han tomado en los despachos de turno? Enseguida no pude evitar una ola de escepticismo causada, en parte, por mis propias creencias. Y es que, teniendo en cuenta que la religión suele ser blanco de todo tipo de controversias y de comentarios jocosos, podría salir cualquier cosa de 'Quiero ser monja'.

Afortunadamente, el formato estrenado por Cuatro el pasado domingo se aleja de toda sombra de banalidad para presentarnos el relato de cinco jóvenes chicas cristianas, cada una viviendo de una manera distinta su fe, que sienten la vocación para consagrarse al Señor. Estas chicas vivirán distintas experiencias en varias congregaciones religiosas para ver si quieren o no tomar los hábitos y convertirse en monjas.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

'Quiero ser monja' comienza con las cinco chicas (Juleysi, Jaqui, Janet, Fernanda y Paloma) llegando por separado al Monasterio del Santísimo Sacramento en Granada y siendo acogidas por las hermanas de la congregación. Allí ya empezarán a experimentar lo que significa estar en un convento, con sus normas y disciplina.

Al igual que con otros realities de Cuatro en 'Quiero Ser Monja' tenemos otro ejemplo de buen hacer solo que reduciendo a la nimiedad ese toque "tróspido" tan característico de la cadena. Claro que es inevitable que salga ese toque cómico con algunas de las perlas que en solo una hora nos han dejado estas chicas.

Cogiendo de modelo el original 'The Sisterhood: Becoming Nuns' Warner Bros. crea una serie interesante, con un casting bastante variopinto y con inquietudes similares pero distintas. Inquietudes que se ven sobre todo en esos testimoniales en donde se suceden tanto estamentos serios e íntimos como momentos hilarantes (ese "la cruz es super elegante" de Juleysi pasará a la posterioridad).

De hecho yo creo que la mayor sorpresa que me ha dado 'Quiero ser monja' es el alejarse del modelo tróspido para mostrar con respeto la vocación de estas chicas y la vida consagrada. Y siento que es precisamente esa la clave de que haya llamado la atención (1,39 millones de espectadores; 7,1% de share y 11,5 entre público de 25 a 34 años). A mí, de momento, me tienen convencido para las próximas entregas (son seis en total), veremos cómo sigue.

En ¡Vaya Tele! | Quiero ser monja llega el domingo 10

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