Muere Larry Cohen, creador de ‘Maniac Cop’ o ‘Última llamada' y uno de los directores de culto más radicales y divertidos

Hoy es un mal día para los aficionados a la serie b, las sesiones golfas y el cine sin el que sería impensable seguir disfrutando del fantástico más desenfadado, radical y divertido. Larry Cohen, leyenda del cine, ha muerto a los 77 años.

King Cohen

Rey de la guerrilla cinematográfica y con una amplísima experiencia televisiva en series tan prestigiosas como 'Los Defensores' o 'El fugitivo', Cohen saltó al cine a principios de los setenta con una trilogía blaxploitation (a la que volvería más tarde) que, como toda su obra, va de más a más. 'Bone', 'El padrino de Harlem' y 'Guerra en Harlem', tres películas en año y medio, fueron su puesta de largo hasta comenzar a labrar su propia leyenda.

'Estoy vivo' acaparó todos los focos del panorama fantástico y buena parte de los cinematográficos a secas. La historia terminaría prácticamente en chiste a través de dos secuelas demenciales, pero eso era la esencia de Cohen. No hay más que ver la que rodó del Salem's Lot de Tobe Hooper.

Además de director valiente, Cohen fue un guionista de altísimo nivel, y ahí están sus colaboraciones con el no menos mítico William Lustig en 'Maniac Cop' o 'Muerto el 4 de julio' y algunos brillantísimos trabajos para mayor gloria de otros. No olvidemos que los excelentes guiones de 'Última llamada', 'Cellular' o la versión de los secuestradores de cuerpos de Abel Ferrara llevan su firma, así como el alucinante 'El cóndor' de John Guillermin.

Entre mediados de los setenta y mediados de los ochenta, Larry Cohen fue lo más grande que tuvimos en el videoclub. Sus obras maestras 'Demon' y 'The Stuff. In-Natural', son hoy piezas aún inclasificables y rotundas. La primera, una cumbre de lo referente a si estamos solos en el universo y al mal que dirige el mundo desde que el hombre es hombre.

La segunda, una increíble denuncia socio-consumista-intergaláctica que llegó un poco antes que la que Carpenter ideó a través de unas gafas de sol. Antes de Nada estaba el yogur de Larry Cohen. 'The Stuff. In-Natural' es una muestra ideal de la capacidad de síntesis de un tío que te marca todo un primer acto de fábula y le sobran diez minutos.

Larry Cohen llevaba unos años viviendo en nuestro recuerdo sin necesidad de rodar material nuevo desde que formase parte de la primera tanda de 'Masters of horror', donde solo había sitio para los más grandes. Él era uno de ellos. 'La serpiente voladora', descerebrada epopeya urbanita de otra época y la desconocida y muy depalmiana 'Efectos especiales' son dos títulos a recuperar de inmediato.

Esperemos que con su triste desaparición alguien se moleste en distribuir por territorio nacional el entrañable documental que recorría su obra y que pudimos ver hace un par de ediciones de Sitges.

Hasta siempre, maestro.

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