'Saber y Ganar', las claves de quince años de entretenimiento cultural

Tal día como hoy, hace 15 años, se estrenaba en televisión un nuevo concurso cultural llamado ‘Saber y Ganar’ que presentaba un Jordi Hurtado por el que no parecen haber pasado los años. Corría 1997, y desde entonces hasta ahora se han producido más de 17.000 horas de emisión, han pasado 1.711 concursantes y se han contestado a más de 150.000 preguntas.

Y para celebrar esta fecha, el concurso se viste de aniversario tanto en el programa emitido hoy viernes como los dos de este fin de semana. En esta conmemoración vuelven al plató 15 ex concursantes, algunos de los centenarios (en total sólo nueve han conseguido este honor de jugar más de 100 programas) y de los magníficos (aquellos que superaron los 7.000 euros de premio).

La otra sobremesa

El veterano concurso de La 2 se ha posicionado como una alternativa para las sobremesas televisivas, y donde otros ofrecen telenovelas o marujeo, el programa da una opción diferente, la del entretenimiento cultural. Porque no hay mejor manera de definir ‘Saber y Ganar’, cultura y entretenimiento. Y es que aun siendo el concurso con el nivel cultural más alto de la televisión (no, no es ‘La Ruleta de la Suerte’) no deja de ser ameno verlo por muy pocas preguntas que sepas contestar.

La manera en que está hecho resulta muy divulgativa, y siempre se aprende viendo el programa. Hacen falta más programas así en La 2, como también haría falta que los concursantes del programa ganasen más dinero por sus logros, que para tener el nivel que tienen ganan cantidades muy modestas.

‘Saber y Ganar’ ha conseguido hacer frente a muchas propuestas de la competencia a lo largo de su historia y ha sabido mantener a sus fieles. Ni el éxito de ‘Aquí hay tomate’, ni los realities de Telecinco, ni ‘Fama’, ni ‘Sé lo que hiciesteis…’ ni las muchas telenovelas de La 1, ni Ana Rosa con su ‘Sabor a ti’. Nadie supo minar los espectadores de ‘Saber y Ganar’, que aunque no lidere tiene una legión de seguidores que supera tranquilamente el millón y le hace conseguir una audiencia en torno al 10% de share, un dato altísimo tratándose de La 2.

Las claves de un formato que sigue funcionando

El dúo (casi cómico) que forman Jordi Hurtado y Juanjo Cardenal funciona como un reloj, se nota la química y el compañerismo entre ellos y hacen partícipes a la audiencia de un ambiente relajado y agradable. Y se nota tras la pantalla. Hasta vamos queriendo a Pilar por muy artificial que parezca.

Las pruebas son interesantes y variadas, y el programa ha sabido cambiarlas y renovarlas cuando han mostrado síntomas de desgaste. La última llamada le ha dado mucha vidilla al juego últimamente, echamos de menos algunas como La superfrase o Siguiendo la pista, y rara vez somos capaces de acertar La parte por el todo sin siete enciclopedias a mano o La calculadora humana si somos de letras… Pero para letras la mejor prueba es El reto, mi favorita.

Otra punto importante a tener en cuenta del programa son los concursantes, que aportan un gran valor humano al producto. Como en ‘Saber y Ganar’ los concursantes tienen la oportunidad de permancer muchos programas con nosotros, se les acaba cogiendo mucho cariño y simpatía, y cuando tienen que irse algunos da bastante pena. Hay gente que no te esperas que vaya a durar mucho tiempo y duran, otros que creías infalibles y caen pronto, y algunos que parecen muy sositos y con el paso de los programas te empiezan a hacer sonreir.

Ahora nos tiene encantados Mercè Gil, una señora informática muy peculiar, con su lágrima fácil, sus comentarios graciosos y su rosario. Pero no podemos olvidar a muchos otros, como Manolo Romero que fue uno de los primeros concursantes de larga duración y a quien hemos visto en otros concursos televisivos, Victoria Folgueira, Ana Pérez o Victor Castro. Y cómo no, Roberto Sánchez, con quien Jordi Hurtado se marcó el mítico rap en el programa 100 del concursante.

‘Saber y Ganar’ no hace uso de grandes presupuestos, tiene una puesta en escena simple y correcta y no ha tenido que recurrir a golpes de efecto para mantenerse en parrilla. Lo suyo es una carrera de fondo, de no quemarse gracias a ser un programa bien hecho y cuidado, con un equipo de guionistas que sabe a qué público se dirige y que crea un ambiente amable y alejado de la crispación de otros programas de la competencia. Media hora al día para sentirse entre amigos, jugar y aprender. Y esperamos que siga así, al menos, otros quince años.

En ¡Vaya Tele! | Lo mejor de 2010: Mejor concurso

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