Ana Asensio: "En Most Beautiful Island quise recuperar el espíritu libre del cine independiente de los años 70"

Al fin llegó a los cines españoles 'Most Beautiful Island', la ópera prima como directora de la actriz Ana Asensio. La película venía precedida por su triunfo en el South by Southwest (SXSW) del año pasado y Asensio no ha dudado en visitar su Madrid natal para promocionarla. Con motivo de ello tuvimos la ocasión de mantener una extensa charla en exclusiva con ella que a continuación os reproducimos:

  • Empezaste a escribir la película en 2011, pero ¿cómo surgió el proyecto, qué te llevó a querer hacer una película?

Sobre todo yo quería continuar creando cosas por mi cuenta. Hasta ese momento había sido actriz y había producido mis propios espectáculos de teatro, one woman shows. Con eso había descubierto que me gustaba tener un poco el control de tu carrera. Esto surgió de ahí, querer hacer una película con un personaje que sea perfecto para mí. Me lo voy a escribir yo y la voy a dirigir.

Surgió de una motivación profesional. Luego surgió ya qué haría, qué historia quería contar. Quería contar una historia que no había visto en cine, la historia de este tipo de inmigrantes en Nueva York, que viven la experiencia de la ciudad de una manera muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Y luego también que allí está muy estereotipada la idea del inmigrante. Inmediatamente se imaginan a un mexicano, sobre todo si eres hispano.

Un poco para abrirles la mirada a otro tipo de inmigrante que, en mayor o menor medida, todos tienen un común denominador: no tienen referentes culturales, están allí sin familia. Muchos no controlan el idioma y también son ilegales, como el personaje de mi historia.

  • ¿Nos podrías hablar un poco del proceso desde que empezaste el guion hasta que lo tuviste listo para rodar la película?

La idea así general de cómo quería la película la tenía visualizada en el sentido de que desde el primer momento pensaba “esta escena pasará aquí, la cámara estará en esta esquina…”. Todo eso antes de empezar a escribir el guion. Yo sabía que quería que pasará esto, que luego daba un giro y nos encontramos en otra historia.

Una de las cosas que yo tenía clara también era que quería que fuera una película momento a momento, que lo que descubriéramos fuera lo mismo que el personaje está descubriendo. Que el espectador nunca supiera más, ni por la música que le estás poniendo, ni por ninguna otra información que la cámara apuntara pero que el personaje no viera. Para mí eso era súper importante.

Desde ahí empecé a diseñar, a tejer la historia y cada escena, eligiendo cuánto tengo que contar de ella en esta primera parte de la película para que en la segunda al público le interese, esté invertido. El guion era bastante más grande, porque en las revisiones de guion quité escenas y en la edición también porque estaban como rellenando tiempo.

Tener una película de 90 minutos en vez de 77, que es la que tengo, pero es que esas escenas no estaban empujando la película a donde yo quiero. Está rellenando. Entonces las quité. Aprendí mucho porque yo no he estudiado guion, soy autodidacta, analizando película y pensar cómo las han podido hacer.

Todo esto fue una labor de ir pensando y luego arreglando. Una de las cosas que me parecen interesantes es que la historia de Luciana cuando le pasa lo de los niños inicialmente es que ella se había olvidado con todo el caos del día. Eso se rodó y el editor es padre y al verlo me dijo “Yo ahí le digo a Luciana adiós. A mí me da igual lo que le pasa a la niñera si me dice eso”.

Le di la razón y lo cambié en post-producción y ahora era que a la madre caprichosa se le había ocurrido algo. Eso ayudaba a empatizar más con el personaje, a hacerla más víctima de sus circunstancias y eso yo en el guion no lo tenía. Lo aprendí después mostrándoselo a alguien que tuvo esa reacción.

Luego los planos secuencia introductorios de la película lo decidí al final de todo. No está en el guion y al tener la película editada yo vi que le faltaba algo para cerrar, para concluir. Y que precisamente para eso lo que me faltaba era el principio. Entonces me lancé a la calle y rodé esos planos. Es como una introducción a la ciudad y a estas mujeres invisibles.

Ha sido ir aprendiendo en el proceso y como no había dinero y tuve que hacerla a trozos pude madurarla y reposarla. Creo que eso no es habitual, normalmente te dan x dinero y tienes unos plazos hasta el estreno. Mi manera de hacer cine es un poco más artística, como lo hacían Andrei Tarkovsky o John Cassavettes.

  • ¿Cómo fue el proceso para conseguir el equipo y la financiación? He leído que rodaste una escena de prueba para que pudiera saberse el tono que buscabas.

Sí, rodé la escena del baño porque pensé que era emblemática un poco para mostrar qué tipo de película iba a ser y eso ayudó un poco con el guion. Pero eso lo hice en mi casa con el director de fotografía, que es mi amigo desde hace muchos años, y éramos solo los dos. Compré las cucarachas por Internet, vino una amiga y me ayudó a soltarlas. Todo los demás lo hicimos nosotros dos.

La verdad es que ayudó a entender el estilo. Luego aparte de los inversores privados, que al final fue una producción totalmente privada, a la productora de Larry Fassenden, Glass Eye Pix, les enseñé el guion, les encanto y dijeron que ellos ponían la logística y reagrupaban a todo un equipo. Y es que Larry cogía el teléfono y decía “¿Quién quiere trabajar en mi siguiente película?” y bueno, tiene muchísimos fans y mucha gente está ilusionada de trabajar con él.

Fue muy fácil en ese sentido conseguir un equipo muy bueno. Yo tenía al director de fotografía, que era mi mano derecha, pero el resto vinieron a la llamada de Larry.

  • Luego él tiene un pequeño papel en la película, ¿cómo se concretó eso?

Bueno, él es director primero, actor, productor… Él es muy padrino de directores noveles. En este sentido hay muchos directores que estamos muy agradecidos porque nos apadrina de alguna manera. Luego es gracioso que a todos nos diga “Oye, yo soy actor, ¿qué papel hay por ahí?” Yo le dije que el único que había era ese y él “Perfecto, me lo quedo.”. A él le encanta actuar y creo que tiene un papel en prácticamente todas las películas que produce.

  • La película tiene una carga autobiográfica, ¿hasta qué punto coincide realmente con tu vida?

Sobre todo una inspiración en una etapa en mi vida en la que estaba en una transición entre papeles y estaba indocumentada. Aparte se me acabaron los ahorros y no podía salir del país porque te sugieren que puedes perder la oportunidad. Era resistencia, tenía que aguantar.

Yo había ido inicialmente a estudiar interpretación y no había sido todo muy bonito pero bueno, de repente me veía pasándolo un poco mal. Tenía que buscar trabajos en los que ni siquiera sabía hacer nada, que yo hasta entonces había sido actriz y mi inglés era aún muy malo. Era búscate la vida y a ver de qué manera. Encontraba anuncios en el periódico y hacía de niñera, daba clases de español.

Eso está incorporado en la película en este personaje que tiene que hacer mil trabajos para poder pagar el alquiler. Es algo que no solamente m pasó a mí, también a muchos artistas que van a buscar un camino diferente.

Luego la parte más tremenda es ficcionada pero tiene una génesis en algo que me pasó a mí. Por no entender muy bien lo que decían, y porque además la mujer que me contó de qué iba a ser el trabajo me mintió, llegué a una fiesta que iba a ser de Halloween y no era eso. Era un lugar ilegal en el que yo me asusté y dije que me quería ir, pero me dijeron que no me iba a ir a ningún sitio, tú te quedas aquí.

No me pasó nada físico ni dramático emocionalmente aparte del miedo de lo que podría pasar. Estaba pensando que no tenía móvil y que nadie sabía dónde podía estar, no lo sabía ni yo. ¿Y si pasa algo, y si desaparezco? ¿Cómo he llegado aquí, estoy tan loca de que he perdido la perspectiva de por qué vine a Nueva York? Eso sí que fue más un impacto al pensarlo.

De ahí surge la idea de cómo alguien lleva a ese momento. Los pasos previos y también las circunstancias. Un poco explicar que a veces las malas decisiones vienen porque hay una situación de vulnerabilidad extrema, y si no estuvieran en esa situación jamás aceptarían pese a no enterarse muy bien de qué era el trabajo.

  • ¿Qué fue lo que te hizo desear tanto ir a Nueva York hasta el punto de quedarte allí casi a cualquier precio?

Yo nunca había pensado en Nueva York, para nada. No sabía hablar inglés, pero cuando estaba en la escuela de interpretación había leído el libro del Actor’s Studio y me había emocionado cómo se hacían las cosas. Lo había idealizado. El Actor’s Studio ni siquiera existía ya como tal cuando yo llegué, pero fue la idea romántica de ir a Nueva York a descubrir cómo se hacía el teatro de verdad.

Por otro lado, sentí como una llamada, como muchos jóvenes que se van a otros países a estudiar de Erasmus. Yo no estaba estudiando ya en la universidad y sabía que eso no iba a existir, y es una experiencia, al final te vas a eso y no a estudiar. Tenía mucha curiosidad sobre vivir en otro país y vivir esa experiencia. Se me ocurrió Nueva York por eso del libro, pero luego pensé que ojalá se me hubiese ocurrido otro sitio más cerca y más fácil porque eso era una locura.

  • ¿En el rodaje tuviste problemas en algún momento para compaginar tu labor como directora y actriz?

La primera parte de la película como es una especie de carrera que no sabemos hacia dónde va y está rodada de una manera muy libre… había un guion, sí, pero también mucha libertad para la improvisación, sobre todo por los escenarios donde rodábamos. Ahí me sentí muy cómoda y no sentí el conflicto porque casi todo era yo con personajes que entraban y salían.

Pero cuando llegamos a la segunda parte, en la que cambia el estilo de rodarla y entran muchos personajes, es cierto que el desdoblarme me pareció mucho más difícil. Creía que era muy importante prestar atención a todas las personas que estaban ahí para que se sintieran que los estaba atendiendo como se merecían. Que no iba a atenderles menos por ser yo la protagonista. Esa parte fue más complicada.

Y la parte más difícil fueron las últimas escenas de la película. Son momentos muy íntimos y vulnerables del personaje y eran rodar y empezar a dar órdenes al momento en que se corta. Me sentía un poco bipolar, en un momento estoy casi llorando y al siguiente estaba diciendo “¿Qué ha pasado? Que me he dado cuenta de que esa luz se ha ido…”

  • Durante años se ha estado diciendo que las directoras tienen pocas oportunidades, ¿en algún momento te ofrecieron hacer la película pero con otro dirigiéndola?

Me pasó algo con un inversor que tampoco entendía mucho de cine, la verdad. Le atraía y sí, me lo dijo, pero no sé tanto por si fuera mujer como por experiencia. Él me dijo “Sí, yo te compro el guion, me parece increíble, pero que lo haga otro director porque así nos garantizamos que tiene éxito”. Es verdad que cuando dice director se suele generalizar a que va a ser un hombre.

No sé muy bien qué tendría en la cabeza, pero ese inversor no terminó invirtiendo en la película, así que fenomenal. Esa fue la única ocasión, porque yo como que entraba un poco en el paquete. Si quieres uno, te entra todo. No les daba mucha opción.

  • Llama mucho la atención que en lugar de rodarla en digital hayas optado por el Super 16, ¿qué era lo que buscabas con eso?

Estéticamente me parece que es mucho más bonito visualmente y me encantaba lo que representaba, el espíritu libre del cine independiente de los años 70. Un poco como se había retratado ese Nueva York de antes, el cual ha cambiado mucho y ya no tiene ese encanto. Creía que con el Super 16 se lo devolvía un poco.

Era una opción principalmente estética, porque es cierto que lo complica todo. Es más caro y necesitas a tres personas en el departamento de cámara. Era una cosa casi suicida en una producción tan pequeña, no teníamos casi dinero ni para un monitor. Pero me parecía mágico hacerlo de esta manera. Tenía un riesgo grande, como muchas cosas en la película, así que era otro más. También pensaba que así podía desmarcarse de otras películas indie que estamos acostumbrados a ver.

  • También noté que hay muchos planos cerrados sobre ti, tanto en la primera mitad como en la segunda, siendo eso lo que da una cierta unidad al conjunto, ¿fue eso algo buscado o surgió así?

Estaba pensado así desde el principio. La verdad es que cómo se iba a rodar lo pensé con mucho tiempo. Luego había improvisación y a veces querías poner la cámara en un sitio y no era posible, no podíamos cortar el tráfico ni hacer nada. Tenía que repensarlo en el mismo momento. Pero saber qué y cómo quería contarlo, si la cámara iba a estar cerca o lejos, si iba a ser un plano secuencia…

Que estén muy marcadas las diferencias entre la primera y la segunda mitad, y la unidad que entra al final me parecía importante. Una de las cosas que se me criticaba cuando yo exponía este concepto era que iban a parecer dos películas diferentes y esto no se va a entender. Yo decía que luego todo iba a encajar al final, con ese plano que lo redondea. Al final ha funcionado pero costó entrar en las mentes.

  • ¿Nos podrías hablar un poco más del rodaje con los insectos reales, cómo fue la experiencia?

Inicialmente yo había hecho esa escena de prueba y luego cuando lo hice de verdad contacté con un hombre que tiene un pequeño zoo de reptiles en Connecticut y le encontré en un vídeo en Youtube en el que te enseñaba sus especímenes. Me pareció increíble y él sale en la película, es Brian.

Él fue quien trajo las cucarachas, que eran criadas. Yo le pedí que fueran los más reales posibles porque a veces en las series de televisión americanas te traen estas cucarachas de Madagascar que tú dices que esas nunca han estado en mi casa. En Nueva York se convive con las cucarachas vivas donde vivas. Todo el mundo las ve. Era importante que estuvieran en la película y que parecieran reales.

Éstas son de criadero, pero son las mismas que te encuentras en los apartamentos de Nueva York. Son grandes y asquerosas.

  • Antes mencionabas que tuviste que cortar algunas escenas porque estiraban el metraje sin aportar nada, ¿nos podrías hablar de alguna de ellas?

Había una escena en la que Luciana estaba llegando a su casa después de ir al médico. Estaba subiendo las escaleras y se encontraba con un vecino, un señor muy mayor, con un perro muy viejito. El perro no puede bajar las escaleras y el señor lo lleva en brazos. Era una escena que llevaba su tiempo porque él iba muy despacito, era una escalera muy estrecha y Luciana le está como esperando.

Me encantaba la escena porque conceptualmente y en guion rompía esa prisa que la estaba llevando a ella de un lado para otro. Aquí se para y no le importa porque hay empatía con esa otra persona. Me parecía muy bonito y que te decía algo del personaje, pero en el montaje no encajaba. Era una sensación de sí pero no, cortaba el ritmo.

Luego había otra escena que me costó mucho cortarla, me parecía que aportaba mucho. Pero hice algún pase de prueba y muchos apuntaban esa escena en concreto. Me pareció revelador que ya más de dos personas apunten que no se lo terminan de creer. Sucedía cuando Luciana se había comprado el vestido y se lo va a poner al baño, se tropezaba con las prisas con un señor trajeado y el café que llevaba él se le caía por encima.

Ella se sentía tan mal entonces que le dice que venga para limpiárselo en el baño. Con esta ingenuidad de limpiarlo, pero él interpreta que una mujer desconocida me está llevando al baño y me está poniendo agua con una toallita. A mí me encantaba porque él en un momento dado le pone la mano en la rodilla, ella se intenta ir, él bloquea la puerta pero al final se marcha.

También era un poco un antecedente a lo que viene después, a esa prepotencia de este señor en traje. Era un poco mostrar esa diferencia de clases y además al final de la escena él se sale del baño corriendo y le da su tarjeta por si necesita algo en algún momento. Lo más terrible de todo es que después de haberse sentido así ella se llevaba la tarjeta.

Esto generaba mucho conflicto. A mí me parecía que era otro ejemplo de su lucha por la supervivencia, que él era un capullo pero igual en el futuro tenía un trabajo o algo. Eso igual habría funcionado, pero se lo estaba mostrando a mentes americanas con una moral muy contrastada y no se lo creían. Sin embargo, se lo contaba a otras mujeres como yo y me decían que sí, claro, esto es así y es real. Me costó mucho quitarla porque creía en ella.

  • La película triunfó en el festival SXSW, ¿qué tal fue la experiencia allí?

Se estrenó mundialmente allí y yo estaba muy nerviosa. No sabía cómo iba a reaccionar el público y la sala no estaba llena. Para ser un estreno mundial y en competición…. Claro, había otros que competían en popularidad, así que no vino tanta gente. Pero fue increíble, se estrenó, salieron unas críticas buenísimas ese mismo día y los siguientes llenos. Se corrió la voz muy rápido.

Fue muy revelador. Es un festival en el que tienes antecedentes de qué ir a ver y por eso a lo mejor te vas a ver lo de otro director, pero están allí para ver cine y descubrir talentos. Fue muy especial, ir sin ninguna expectativa y según iba avanzando el festival ver que todo el mundo te dice que les ha encantado. Al final una sorpresa igualmente, porque no te imaginas que vaya a ganar.

  • ¿Estás trabajando en alguna nueva película?

Sí, estoy desarrollando ahora un guion nuevo que forma parte de un proyecto del Sundance Institute. Ojalá lo pueda rodar. Es un thriller que se desarrolla también en Nueva York protagonizado por una mujer. Ella es accidentalmente secuestrada y de ahí empieza un misterio que se desenlaza al final de la película y entendemos quién era el secuestrador y quién era ella, pero inicialmente no sabemos nada.

Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com

VER 1 Comentario

Portada de Espinof