'Encarcelados', la crudeza de la cárcel vista desde dentro

A estas alturas, todavía parece increíble la manera en la que 'Encarcelados' nos ha enseñado el día a día de algunas de las cárceles de Latinoamérica. Semana tras semana, hemos visto una de las caras menos amable de países como Colombia, Bolivia o Brasil, a través de una serie de reportajes que han centrado su objetivo en dar a conocer cómo es la vida en lo que son auténticos centros de almacenamiento de personas. El resultado ha sido satisfactorio para laSexta, que dio luz verde a un programa que ha destacado notablemente en términos de audiencia.

'Encarcelados' comenzó como una apuesta fuerte en el prime time de los jueves, cuando los jueves aún no eran del todo fuertes y no contaban con la competencia de 'Tu cara me suena' o 'Hay una cosa que te quiero decir' en la misma franja. Con el paso de las semanas, el programa de laSexta ha acusado la programación que la competencia ha ido haciendo en sus parrillas, aunque esto no ha evitado que 'Encarcelados' siguiera superando la media de laSexta. Se trata de algo comprensible si tenemos en cuenta el interés que ha levantado un programa como este, que hoy se despide de su primera temporada realizando un especial que se centrará en las vidas de aquellos que, sin permanecer recluidos en esas cárceles, sufren las consecuencias de que sus seres queridos sí lo estén.

'Encarcelados' se ha centrado en localizar a esos españoles que viven en las cárceles de países latinos, intentando conocer cómo se encuentran y analizando los motivos que les llevaron a estar ahí dentro. Ha sido en esos momentos cuando ha surgido uno de los temas que ha aparecido en todos los reportajes. El telón de fondo de la crisis siempre ha estado presente, mostrando cómo algunos quisieron tirar por la vía rápida y peligrosa del mundo del narcotráfico, viviendo como resultado una realidad infinitamente peor de la que tenían en España.

Las escenas sobrecogedoras se han ido repitiendo a lo largo de cada programa, donde el espectador ha descubierto la horrible realidad que se encuentra tras los barrotes de estas cárceles. Ha sido duro observar el estado en el que muchas personas pagan su pena con la justicia, pero también necesario para poder denunciar esa situación. 'Encarcelados' ha acentuado una cruda realidad que ha conseguido traspasar la pantalla en algunos casos con la puesta en marcha de iniciativas para mejorar el estado de algunos de los presos españoles.

Todo ello con la conducción de dos periodistas que se han armado de valentía a la hora de enseñar y denunciar lo que ocurría en lugares que pocas veces se ven en la televisión. Alejandra Andrade y Jalis de la Serna han sido los encargados de describirnos esas escenas, a través de un trabajo que ha demostrado que en esto del reporterismo hay vida más allá de nombres como Jordi Évole, Samanta Villar o Adela Úcar. Es una buena noticia observar que la familia de reporteros con nombres propios va aumentando cada día en nuestra televisión, aunque en este caso tenemos que comentar que 'Encarcelados' ha pecado de un excesivo uso del morbo a la hora de describir algunas de las escenas que se iban mostrando.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

Una imagen vale más que algunas palabras

Pese a que las imágenes captadas en 'Encarcelados' hablan por sí solas, existe una voz en off, dependiendo de a quien pertenezca cada reportaje, que da una detallada descripción de todo lo que vamos viendo en pantalla, donde a veces se hace hincapié en la peligrosidad de personas o en el riesgo de determinadas situaciones, algo que demuestra una excesiva e innecesaria intención que parece dirigida a expandir un morbo que va en contra del propio programa. En el uso que se hace de la música, por ejemplo, seguimos viendo ese intento de estremecer a toda costa al espectador pese a que, insisto, con las imágenes grabadas y el testimonio de los presos hay material de sobra para que el impacto y la denuncia de 'Encarcelados' quede bien reflejada.

Los testimonios son más enriquecedores que algunas de las descripciones de los reporteros. Hay ocasiones en las que incluso ellos han estado cerca de convertirse en protagonistas de la escena al presenciar una determinada situación, un recurso que no debería tener lugar en un programa como 'Encarcelados', que dice buscar ese énfasis en el día a día de las prisiones y, especialmente, en la vida de los españoles en ellas. Pese a estos riesgos, el aporte de 'Encarcelados' es especialmente notable, sobre todo porque ha conseguido expandir la programación de laSexta tocando un tema poco habitual y que a la vez se complementa con la filosofía que tiene como cadena de televisión.

El resultado final ha sido positivo y abre la puerta a que la cadena decida dar luz verde a más reportajes que tengan un corte parecido. Al fin y al cabo, a laSexta le faltan programas nuevos para su prime time que funcionen como los que ya tiene consolidados que, aunque efectivos, siguen siendo escasos para una cadena que necesita fortaleza en el horario de máxima audiencia durante toda la temporada. En esa búsqueda, un programa como 'Encarcelados' ha sido una oferta interesante, que se separa de lo ofrecido normalmente en la parrilla pero que permanece ligado a esa línea de actualidad que tan bien define hoy en día a laSexta.

En ¡Vaya tele! | 'Encarcelados': "Me marcho que tengo que ir a ver si sobrevivo" | FesTVal 2013

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