'BuenAgente', un aprobado raspado para una gran apuesta

Los que aventurábamos la llegada de algo nuevo en el panorama televisivo nacional con el estreno de ‘BuenAgente’ tendremos que seguir esperando. La comedia de Globomedia y el intento de laSexta por demostrar que hace los deberes de la asignatura de ficción nacional no nos ha regalado nada que no hayamos visto antes. Y, si a este hecho le sumamos los incontables errores que ha cometido la cadena a la hora de programar cada nuevo episodio, no nos extrañamos si vemos como la audiencia que aspiraba consolidar ‘BuenAgente‘ se ha ido perdiendo por el camino.

Puede que hayan sido los mismos nervios por la arriesgada apuesta que suponía este estreno los que han causado tanto baile en la programación. Y, por consecuencia, los que han provocado que la ficción cierre su primera temporada antes de tiempo, emitiendo sólo ocho de los trece capítulos que nos prometieron en la presentación de la serie. Sabemos con seguridad que la ficción volverá a la parrilla de la cadena, ya que con una sencilla resta comprobamos que aún quedan cinco capítulos por emitir, aunque no sabemos si estos se convertirán en una reducida segunda temporada o si laSexta seguirá apostando por la comedia protagonizada por Malena Alterio y Antonio Molero más allá de los episodios que ya están grabados.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

Unos recursos poco innovadores

Observando el desarrollo de su trama, se entiende perfectamente que en un principio se bajarara ‘Cuatro Puertas’ como nombre para ‘BuenAgente’. La ficción transcurre en torno a cuatro casas situadas en la misma planta y en las que la vida de sus inquilinos se entremezclan entre sí, ya sea debido a las relaciones familiares, laborales o amorosas que se dan. Pero, si seguimos observando, nos damos cuenta de que ‘BuenAgente’ recurre a varios tópicos y situaciones encontradas y explotadas en nuestra ficción durante los últimos años. Y es precisamente en este punto donde la serie comienza a flaquear.

Porque el consultorio que abre Agus en el edificio nos recuerda irremediablemente al que Judith tiene montado en ‘La que se avecina’; la amistad de las compañeras de piso, una haciendo de guapa y la otra de fea, es parecida a la que matenían Alicia y Belén en ‘Aquí no hay quien viva’; o la actitud de la madre de Lola podríamos decir que, aunque sin gracia, es una revisión tirando a la derecha del personaje de Sole en ’7 vidas’ o, si queremos algo más reciente, una versión femenina de Mauricio en ‘Aida’. Así, no podemos afirmar que el cóctel que nos presentan sea novedoso, aunque no es esta una cualidad que abunde en la ficción nacional de nuestros días.

Para colmo la base de ‘BuenAgente’ se ha centrado en los líos amorosos que mantienen sus protagonistas. Todos están enamorados de todos y mantienen la actitud de esconderlo y alargar su agonía de enamorado en la sombra lo máximo posible. Y este elemento, además de hacernos creer que estábamos viendo lo mismo una y otra vez, ha provocado que algunos de sus personajes pierdan la fuerza que esperábamos de ellos en un principio. Algo así le ocurre a Teo, del que no hemos observado nada más que las babas que ha ido soltando por Ana, un hecho que se ha alargado durante todos los episodios que se han emitido hasta la fecha, cuando creíamos que su inclusión en la serie iba a dar más juego.

La química del trío protagonista

Y pese a que nos quejemos de los líos amorosos, es precisamente el que mantiene el trío protagonista el mejor elemento de los que encontramos en ‘BuenAgente’. Aunque Malena Alterio y Antonio Molero recuerden a papeles pasados, continúan demostrando que son dos grandes en el mundo de la comedia y siguen provocando algunas risas, que aumentan de intensidad con la aparición en el juego de un Arturo Valls en estado de gracia. El personaje de Agus es el que mejor resuelto aparece y consigue hacernos pasar los buenos ratos que esperábamos con esta serie, complemetándose y en varias ocasiones superando a su novia y a su mejor amigo.

Es esa especial relación que se establece entre los tres la que da una vuelta de tuerca a lo que estamos acostumbrados a ver en la pequeña pantalla cuando de un trío amoroso se refiere. En este aspecto sí que encuentro algo de riesgo y ganas de innovar por parte de los creadores de la serie, algo que se agradece teniendo en cuenta de qué está hecha el resto de la pasta que rodea a la ficción. Así, ‘BuenAgente’ aparece como una comedia decente, que no llega a brillar pero que tampoco aburre y que está por encima de algunas comedias que se han estrenado esta temporada. Quizá le falte, como a toda serie que no encuentra su fórmula en sus primeros capítulos, algo de tiempo para asentarse y comprobar cuáles son los caminos que debe explotar para seguir funcionando.

El reto de volver a levantarse

De lo que podemos estar seguros con la “primera” temporada de ‘BuenAgente’ es que laSexta no ha quedado satisfecha con los datos obtenidos. No sabemos qué hubiera pasado si la serie no hubiera cambiado tantas veces de día y ya no tiene sentido reflexionar sobre ello. Sobre todo porque laSexta tiene ahora un mayor problema: conseguir que la serie despunte a partir de septiembre. La experiencia nos dice que es más difícil que una ficción reflote tras una primera temporada discreta que lograr que la audiencia se interese por ella antes de su estreno, por lo que laSexta tendrá que trabajar duro en verano para que los espectadores no se olviden de ‘BuenAgente’, algo que tampoco sería tan extraño que sucediera.

Tras los estrenos de ‘Los Quién’, ‘Vida loca’ y ‘BuenAgente’ parece que vamos a tener que llegar a la conclusión de que la ficción de corta duración no tiene aceptación en nuestro país o, al menos, en el mundo de la comedia. Pero es este hecho uno de los más gratificantes que encontramos en ‘BuenAgente’, una serie cuyos capítulos no están alargados hasta la eternidad y que aún así es entretenida y ofrece motivos para pasar un buen rato y para esperar de ella cosas buenas en un futuro. Eso sí, necesita una revisión en el taller si quiere mejorar pero también que la cadena la trate con mayor respeto que con el que ha demostrado hasta la fecha.

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