'Parks and recreation' se asienta de forma definitiva

Resulta curioso ver cómo 'Parks and Recreation' ha tenido el mismo rumbo en su recorrido que 'The Office'. A una primera temporada que sólo puedo calificar de bazofia insufrible (vale, a lo mejor me he pasado un poco, pero es bastante mala) le siguió una segunda que fue subiendo progresivamente de nivel, y a mitad de emisión ya se había convertido en una serie imprescindible. Y todo ese camino ascendente se ha visto confirmado en esta tercera temporada, en la que todos los personajes se han encontrado, se conocen a sí mismos y saben perfectamente cuál es su humor.

'Parks and Recreation' sigue siendo la vida de Leslie Knope intentando mantener y sacar adelante su Departamento dentro del Ayuntamiento de Pawnee, pero es innegable que la serie se apoya cada vez más en sus secundarios. Han sabido encontrar el punto definitivo a todos y cada uno de ellos, tanto a los antiguos que no se sabía muy bien que hacían como a los nuevos de los que, en mi caso particular, tenía tantas dudas. Despedir a Marc Marc Brendanawicz y recibir con los brazos abiertos a Chris Traeger y Ben Wyatt han sido definitivos para una serie que se ha vuelto inmensa en sus nuevos capítulos.

La crisis también llegó a Pawnee este año, y entre los recortes presupuestarios que afrontaba todo el Ayuntamiento han tenido que sacar adelante el Festival de la Cosecha, ese gran evento que fue la guía durante los primeros capítulos de la (corta) temporada y que nos trajo más elementos que incorporar a la "mitología" de la serie; me refiero a las disputas personales de Leslie para sacar adelante su proyecto o a la aparición de Lil Sebastien, ese poni al que todo el mundo adoraba y que sólo Ben veía como a un simple poni más. Un Ben que ha sido el único capaz de poner la nota de cordura entre tanto personaje ido de la olla, y que por fin ha supuesto un pretendiente serio para la señorita Knope.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

La tercera temporada de 'Parks and Recreation' ha sido la temporada del amor, ya que ha sido ahora cuando se han asentado las parejas de la serie. Por un lado, la de Leslie y Ben, que ha ido a paso lento pero firme y terminando en unos episodios finales de infarto. Fue divertidísimo ver cómo escondían su amor al resto de compañeros, y habrá que ver cómo sigue la cosa ahora que Leslie se presenta a un cargo mayor. También saltaron chispas entre Chris y Ann ("Ann Perkins!"), y aunque finalmente no llegó a buen puerto también nos dejó grandes momentos. Finalmente, la relación entre Andy y April también se ha consolidado, teniendo su momento álgido en esa boda que no tenía ni pies ni cabeza. Lo cierto es que son dos personajes felizmente encontrados, complementarios y a la vez con muchas cosas en común, y han sabido encontrarles el punto definitivo que quizá les faltaba al principio.

Dejo un lado a Tom, que personalmente no me hace demasiada gracia, y a Jerry y Donna, que siguen siendo meros figurantes (muy mal, sobre todo por parte de Donna), y me centro en el REY: Ron Swanson. Nunca un bigote y una cara de circunstancia dieron tanto de sí, no se puede decir más con menos palabras, y no se puede ser más definitivo y lapidario que él y su odio hacia todo lo que tenga que ver con la política y las relaciones sociales. La pirámide Swanson de la Genialidad, su miedo al regalo de cumpleaños de Leslie o el auténtico terror que le tiene a encontrarse con su ex-esposa (la genial Megan Mullally) han creado a un Ron duro e inaccesible, pero también débil y apaciguado. El cliffhanger del final de la temporada, además, tiene que ver con él, con la aparición de su primera esposa a la que parece temer incluso más que a la última. 'Parks and Recreation' ha dado el salto definitivo en su historia, se ha asentado y sabe darnos lo mejor de sí misma en cada capítulo. La nominación al Emmy (y quién sabe si la victoria) es sólo un ejemplo de ello. ¡Larga vida a 'Parks'!

En ¡Vaya Tele! | 'Parks and Recreation' regresa por todo lo alto

Portada de Espinof