'Person of Interest', la imparable corrección tecnológica

No descubro nada a nadie cuando digo que 'Person of Interest' probablemente sea mi serie favorita de entre todas aquellas que aún continúan emitiéndose, pues es algo que ya comenté al finalizar su espléndida tercera temporada. Además, la cuarta tanda de episodios empezó elevando aún más el listón, logrando mantener un nivel impresionante hasta que sus guionistas se vieron obligados a tener que improvisar ante un hecho que les obligó a alterar sus planes.

No me cansaré de decir que una de las grandes virtudes de 'Person of Interest' es que sus responsables han conseguido transmitirme tal confianza en que saben perfectamente lo que están haciendo y cómo van a abordar lo que está por venir que ya ni siquiera merece la pena dudar sobre si tienen todo perfectamente atado o no. El problema es que en esta cuarta temporada sucedió algo que fue la base de quizá el mejor episodio de la serie hasta la fecha, pero luego la serie había bajado un poco el nivel y creo que finalmente no ha logrado mejorar a la tercera temporada pese a su excelente último capítulo.

El camino hacia el final de temporada

Ya el desenlace de la tercera temporada nos dejó claro que el poder de Samaritan no iba a dejar de ir a más y que nuestros protagonistas difícilmente iban a poder hacer algo más que sobrevivir en la sombra. Eso fue algo que no tardó en matizarse, primero con la aparición de una nueva amenaza humana con Dominic -sin olvidarse tampoco de la siempre agradecida presencia de Enrico Colantoni como Elias- y luego con los primeros enfrentamientos con las fuerzas de Samaritan.

La no muerte de Shaw fue el primer toque de atención y desde entonces se han alternado tramas más personales -El dolor de Root, la casi muerte de Reese, etc.- con el lento pero implacable avance de Samaritan para dar con la máquina de Finch con el objetivo de destruirla y asegurarse la supremacía total. Una gran idea sobre el papel, pero el bagaje final no ha transmitido la envidiable consistencia que la serie llevaba tiempo manteniendo hasta entonces por mucho que sus responsables digan que esto fue siempre su plan.

Personalmente creo que Greg Plageman y Jonathan Nolan han estado bastante más finos abordando lo primero que lo segundo, ya que dichas tramas reflejaban muy bien el estado emocional de los protagonistas y cómo les han afectado los hechos que han ido sucediéndose, mientras que en lo segundo es cuando más he notado cierta sensación de tener que pensar algo sobre la marcha para integrar a Shaw de alguna manera.

Por ejemplo, no voy a negar que me gustó mucho la tensión que se logró transmitir cuando Finch amenazó a Root con quitarse la vida y es que cada episodio ha tenido varios momentos de gran nivel, pero ha habido algo que no terminaba de encajar en lo referente a sus progresos respecto a Samaritan e incluso por momentos me dio la sensación de desatender un poco a algunos de los protagonistas -pienso sobre todo en Reese y Fusco-. No fue nada realmente grave, pero sí lo suficiente como para bajar un poco el nivel.

Samaritan toma el control

Se avecinan tiempos -aún más- oscuros para nuestro protagonistas. Esa es la principal conclusión de un final de temporada que nos ha demostrado que Samaritan no se estaba tomando nada a la ligera, sino simplemente esperando a poder asestar el golpe definitivo, algo perfectamente subrayado a través de una línea de diálogo pronunciada por el siempre enigmático Greer. Sin embargo, reducir los méritos del episodio a las ganas que te deja esa última escena de ver cómo Reese, Finch y Root van a conseguir rearmarse para poder hacer frente a Samaritan sería un error.

Lo primero que me gustaría destacar es la impecable utilización del montaje paralelo para ir ofreciéndonos información sobre todos los ejes dramáticos de lo que estaba sucediendo. No es algo que me sorprendiera, pues 'Person of Interest' ya había demostrado ser capaz de ello en otras ocasiones, pero no por ello hay que dejar de mencionar algo en lo que lo único que me falló un poco es que Dominic no se oliera el pastel sobre lo que tramaba Elias.

En lo puramente argumental, 'Person of Interest' ha demostrado que no duda en tomar cualquier decisión necesaria para que la trama avance de forma orgánica y en esta ocasión se ha traducido en varias muertes -voy a echar mucho de menos a Elias, pero justo es reconocer que malamente iba a poder aportar nada más que no hubiésemos visto ya con anterioridad- y en una escena extraordinariamente emotiva basada en meras líneas de texto que van escribiéndose en una pantalla. Pura emoción cerebral.

La serie ha vuelto a demostrar con este final de temporada que sabe reflejar lo humano con inesperada eficacia y que la guerra las máquinas es una trama de fondo que aún puede dar mucho de sí. Y es que puede que no haya superado a la tercera temporada, pero eso poco importa rayando a tan alto nivel. ¡Larga vida a 'Person of Interest'!

En ¡Vaya Tele! | 'Person of interest' da el siguiente salto

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