‘The Walking Dead’ 8x16, finaliza espiritualmente la serie con valentía pero poca épica

Las buenas intenciones a veces no son suficiente. Quizá el momento en el que la serie confía en un golpe de efecto final más que en una gran batalla, jugando en contra de las expectativas, es digno de elogio, porque al fin y al cabo lo que demuestra este ‘Ira’ estaba pensado desde el principio. El gran valor de esta temporada 8 es cómo se ha ido ejecutando un plan maestro que empezaba en el episodio ‘Misericordia’ y acaba con las mismas imágenes con las que empezó.

En los primeros compases de aquel episodio veíamos a Rick, lloroso, imaginando algunas imágenes que no tendrían respuesta hasta el midseason. Pero no es hasta este momento en el que no hemos entendido el sentido final de sus palabras. “Mi misericordia prevalece sobre mi ira”. Un arco de temporada que supone un cambio para el Rick que habíamos ido observando cambiar a lo largo de la temporada, con un momento crítico en el episodio ‘Todavía tiene que significar algo', en el que le vimos convertirse, casi literalmente, en un villano.

El resto del artículo contiene SPOILERS del episodio 8x16 de ‘The Walking Dead’

El truco final

Sin embargo, el último episodio deja colgando demasiados flecos y acusa una falta de espectacularidad que, si bien tiene cierta lógica en cuanto al mensaje con que nos quiere dejar la serie, suena insuficiente en el conjunto de una temporada que triplicó la acción de la anterior. No hay tanto una gran batalla como la resolución de un golpe de efecto que, por mucho que llene a un nivel estratégico deja resuelta la contienda en un minuto, dejando el peso de la lucha en el esperado enfrentamiento de Rick y Negan.

Una de las principales teorías, la traición de Eugene a Negan, se lleva a cabo tal y como se había predicho. Las balas fabricadas por el mismo están alteradas de tal manera que saltan en las manos de los salvadores en el momento de llevar a cabo la matanza que tienen preparada. El concepto es satisfactorio emocionalmente en cuanto Eugene, alguien que había perdido la simpatía del público, demuestra su lealtad a sus antiguos amigos, a pesar de que Rosita no termine de perdonarle del todo.

Este resorte de la trama deja cojo el episodio por dos motivos. Primero, la ejecución del momento es un poco apresurada. Todo sale al milímetro, no hay fallos ni grietas en el plan de Eugene, todos los salvadores disparan al mismo tiempo, muchos mueren de golpe. Un escenario ideal que queda, en última instancia, poco creíble. Por otra parte, esta resolución priva al episodio de una gran batalla satisfactoria. No hay un gran intercambio de disparos, no hay demasiada acción, ni siquiera las muertes de personajes importantes que habían prometido por enésima vez.

Faltan minutos, zombies y épica

Para ser un borrón y cuenta nueva en la serie se podía esperar algo más de épica para los grandes personajes con los que hemos compartido tantas temporadas. Una contienda cruel que dejara a algunos por el camino o que hiciera a otros más importantes. Pero se ha jugado todo a una carta y el resto de personajes son meros espectadores, como nosotros. Si ese era el final que se pensaba estrenar en el cine es un tanto ingenuo por su parte. Es más, su duración no es ni siquiera algo más larga que el episodio medio.

En la temporada 7 tuvimos episodios de más de una hora para una gran cantidad de momentos irrelevantes que no aprovechaban el minutaje para nada. Desde luego, esa fue una de las razones por la que se considera la más aburrida temporada de toda la serie, porque el relleno era en ocasiones infame. Puede que ese detalle haya limitado ese tipo de decisiones creativas, que ‘The Walking Dead’ ya no sea la niña bonita de AMC y no pueda arriesgar en ese aspecto, pero si había un solo episodio en la serie que necesitara más metraje era este.

Se echa en falta contienda, tiros, zombies y sangre. Incluso la caballería está a medias. No aparecen en un momento desesperado ni aparece Aaron. Se deja notar el carácter chapucero. Si logramos perdonar esta especie de coitus interruptus, al menos, se puede apreciar una voluntad narrativa que tiene un sentido global que nunca había aparecido en la serie. No solo por el momento circular que ofrece el principio de la temporada y el final, sino en el aspecto del primer episodio. La conversación de Morgan con Rick complementa al episodio 14 como una forma de hacer relevante el cambio de los dos personajes.

Conciencia no reaccionaria

Es bonito ver como estos dos padres a los que les han arrebatado todo aprenden a lidiar con su rabia y canalizarla de una manera que imprime un aura de redención en sus caminos separados en este final espiritual de la serie. El momento en el que Rick perdona a Negan cambia todo, en cuanto su personaje deja de luchar pegando al aire y permite a su gran némesis seguir con vida. Ese detalle le reconcilia con el espíritu de su hijo y le hace caminar en su recuerdo por un camino que tenía toda la pinta de haber sido un cielo para Rick en alguna versión del guion.

Ese perdón quizá era demasiado arriesgado como para tomar el paso final y dejar que el hombre muriera en el árbol, que habría dado verdadero significado a su gesto. Sin embargo, aparece más tarde explicando que le pasará a Negan, prisionero de ahora en adelante, en el nuevo mundo que Rick quiere construir. La serie podría acabar aquí, efectivamente, pero el borrón y cuenta nueva no parece que vaya a ser tan dramático. Desde luego la misericordia de Rick cabrea de lo lindo a Maggie y es la brecha que parece que decidirá el futuro de la serie.

Durante la primera mitad de la temporada hubo muchos guiños a la división del grupo, tomando como materia de discordia la indulgencia o no de los pecados enemigos, el hecho de evitar la muerte de unos prisioneros ha tenido relevancia en todos los episodios, siendo esta recta final elocuente y coherente con el tema. Esto ha sido así, de tal forma, que puede ser la primera temporada que tome un nuevo sentido al repasarla, ya que su carácter circular va dejando pistas sobre su significado último. En ese aspecto puede haber callado muchas bocas.

El final de un bloque coherente

Especialmente al respecto de que la serie se va haciendo sobre la marcha o con guiones algo arbitrarios. Todo parece haber sido pensado desde el inicio, e incluso el gesto final de Negan ha ido siendo preparado con la paulatina nueva carga de humanidad del líder. Por ello, es difícil hablar de un mal episodio final, puesto que en esencia da una coda digna a su protagonista principal, dejando el recado de que, tal vez, podría tomarse esto como una especie de cierre de su arco para siempre. Al menos para el que decida apearse de la serie.

La temporada 8 es un punto y aparte. No sabemos cómo o cuando (¿un alto de dos años como el del cómic?) veremos a los protagonistas en la siguiente ronda de episodios, pero por lo que respecta a Rick y Negan todo habría terminado. Si no apareciera Maggie conspirando con Jesús y Daryl conspirando contra Rick y Michonne podría darse por terminada y tal vez para muchos acabe siendo así. Todo lo que pase a partir de ahora es un borrón y cuenta nueva. Una pena que no hayan llevado su elección a las últimas consecuencias y haber echado el resto en este solo correcto capítulo final.

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