Cinco puntos por los que 'Gran Hermano' sigue funcionando

Es uno de los programas más criticados de la historia de la televisión española y no sólo por su naturaleza, sino también porque si llevas trece ediciones a tus espaldas, es normal que más de un río de tinta haya corrido gracias a ti. ‘Gran Hermano’ fue el primer reality que tuvimos en España: la vida en directo, personas vigiladas las 24 horas del día, un espectáculo consistente en ver cómo se relacionan unos humanos con otros.

Algunos lo odian, algunos lo aman, lo cierto es que en su nueva edición (12+1, hay que ver qué juego le están sacando a esta suma) la madre de todos los programas de telerrealidad está demostrando que sigue en forma y que puede plantar batalla en prime time como el que más. Es difícil para cualquier producto mantenerse fresco después de tantos años en emisión y mucho más en un tipo de formato en el que se explota al máximo aquello que nace de las entrañas. ¿Cómo es que sigue funcionando tan bien? ¿A qué debe su renovado éxito? Éstas son algunas de sus claves.

1. Mercedes Milá

La Milá es una veterana, un, como dirían algunos, animal televisivo. La presentadora de ‘Gran Hermano’ sabe cómo dirigirse a cámara, cómo meterse a la audiencia en el bolsillo (no en vano, presume de que en su plató no hay animadores para el público asistente), tiene labia, presencia y oficio. Pero eso no es todo. Mercedes Milá es la fan número uno del programa que presenta.

Desde su vehemencia, defiende este concurso a capa y espada y se burla de cualquiera que mencione la palabra telebasura. Presume de ser seguidora del 24 horas y, conocer bien los entresijos. Los telespectadores agradecen que la persona que conduce este espacio crea en lo que hace y le ponga todas las ganas (y aquí es inevitable recordar a Pepe Navarro que presentó la tercera edición como el niño que se tiene que comer un plato de judías verdes).

2. El casting y sus reajustes

Cuando los miembros del equipo de ‘Gran Hermano’ elige a los concursantes que entrarán en la casa (este año, más de 70.000 aspirantes) deben de sentirse como unos pequeños dioses creando un universo en el que colocan a éstos porque se amarán, a éstos porque se harán amigos y a éstos porque se llevarán a matar. Pero como el ser humano es impredecible (o eso dicen) una vez están todos juntos en el programa, no es raro comprobar que las cábalas saltan por los aires.

Tal vez por eso, se sacaron de la manga que en cada programa entraría un concursante nuevo. Guardarse ases bajo la manga es algo que puede resultar muy útil, y si la primera semana expulsan a A, que tenía todas las papeletas de emanomarse de B, pues rápidamente vamos a introducir a C, que además, por lo que ya hemos visto, va a ser íntimo de D y E.

3. Las redes sociales


Algunas personas se consideran seguidores de ‘Gran Hermano’ porque ven las galas nocturnas e incluso los resúmenes. Algunos están más fanatizados porque siguen la actualidad que comentan en los programas de Telecinco. Pero nadie es un auténtico-auténtico forofo de ‘Gran Hermano’ si no sabe lo que se cuece en las redes sociales.

Desde la web del programa se puede ver el 24 horas, se puede leer el minutado que hacen los redactores y, sobre todo, se puede criticar, comentar y hacer teorías de la conspiración con otros granhermanoaficionados. Grupos de apoyo en facebook, en Twitter, familiares y amigos de concursantes nominados que pactan entre ellos para salvar a sus respectivos protegidos. Internet es el verdadero campo de batalla y nunca duerme.

4. La corte de Mediaset

‘Gran Hermano’ es el programa que se sale de su propia franja para invadir el espacio natural de otros programas. En cualquier magazine de la cadena, en cualquier momento, se forma una mesa de “debate” en el que comentaristas de toda índole analizan las vicisitudes del concurso. ‘Gran Hermano’ se beneficia de la publicidad que le hacen sus compañeros de cadena y los otros programas se aseguran el interés de los aficionados al reality.

Las entrevistas a familiares, a ex-concursantes, a personas relacionadas con los individuos que permanecen dentro de la casa permiten abarcar un universo que no tiene cabida en el transcurso de la gala (un programita de apenas cuatro horas de duración). Existe una retroalimentación de contenidos que Telecinco ya está acostumbrada a emplear en otros ámbitos: los piques entre sus programas, los intercambios de colaboradores… son sólo un ladrillo más en el complejo mundillo de Mediaset.

5. El eterno encaje de bolillos

La dinámica de ‘Gran Hermano’ siempre es igual y siempre es diferente. Los propios conductores del espacio repiten con orgullo que es un programa que siempre sorprende y del que nunca se sabe por dónde va a soplar el viento. Las repescas, el concursante que compra su plaza en eBay, las nominaciones que no son tales, los novios que viven en otra casa, los intercambios con otros grandes hermanos internacionales…

‘Gran Hermano’ tiene la intención de superarse a sí mismo cada año y de dejar con la boca abierta a unos espectadores que están ya más que curados de espantos. Pero aún así, todavía lo consiguen. El equipo que diseña el mecanismo del programa planea casi semanalmente nuevos giros, nuevas estrategias que a veces despistan o son criticadas por los seguidores más puristas pero que les permiten seguir haciendo un programa altamente competitivo.

En ¡Vaya Tele! | ‘Gran Hermano’ hace triplete en Telecinco, ¿una buena táctica?

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