'Daredevil' lleva al límite a sus personajes en la extraordinaria tercera temporada, la mejor hasta ahora

Da la sensación de que Netflix está soltando lastre en su universo de superhéroes Marvel con las cancelaciones de ‘Iron Fist’ y ‘Luke Cage’, dos series muy alejadas de la popularidad de ‘Jessica Jones’ y ‘Daredevil’ por mucho que existe cierta unanimidad al señalar que mejoraron en sus segundas temporadas.

Está por ver cuáles son exactamente los planes de la compañía, pero lo que sí parece claro es que confían mucho más en la serie liderada por Charlie Cox cuya tercera temporada estrenó este pasado viernes 19 de octubre. Ya tuve la ocasión de daros mis primeras impresiones sobre ella, pero es que una vez vista entera hay que considerarla un claro paso adelante y la mejor temporada de ‘Daredevil’ con diferencia.

La apasionante rivalidad con Kingpin (y Bullseye)

A partir de aquí encontraréis spoilers de toda la tercera temporada, incluyendo su final.

Una de las bases de la primera temporada fue la rivalidad entre Matt Murdock y Wilson Fisk que derivó en el encarcelamiento del segundo. El personaje ya apareció de forma breve pero intensa en la segunda, pero es aquí cuando alcanza su cénit como mente maestra capaz de doblegar a prácticamente cualquiera, aunque eso no suponga dejar de lado los momentos de furia física que respaldan aún más la amenaza que representa.

En esta tercera temporada, los dos personajes van más por separado, por lo que los guionistas han potenciado el recurso de las visiones de Matt para incidir en ello cuando la ocasión lo requería con grandes resultados. Sin embargo, llega un punto en el que las acciones de ambos están encaminadas a acabar con el otro, con Fisk usando todo lo que tiene a su disposición para aniquilar al demonio de Hell´s Kitchen.

Ahí era donde ‘Daredevil’ podría haber sufrido de los habituales bajones en las series de Marvel en Netflix para llegar a los 13 episodios habituales, pero aquí encuentra una energía renovada con ese aluvión de ataques de Fisk, salvando de forma rotunda los diferentes peligros que se ponen su camino. A ello ayuda la aparición de un nuevo villano que aquí ejerce como sicario de Fisk pero que todos los entendidos saben que está encamino a convertirse en la nueva némesis de Daredevil.

En el párrafo anterior me refiero a Bullseye, un enemigo aún en fase de formación -no es casualidad que la última escena de la temporada se centre en la operación a la que somete para recuperarse tras el tremendo ataque de Fisk- pero que ya nos ofrece unas dosis de violencia que funcionan de maravilla y además un puñado de inolvidables peleas con el protagonista. Ninguna llega al nivel de la extraordinaria secuencia de la cárcel, pero es que eso sería algo milagroso.

De esta forma, la tercera temporada funciona al mismo tiempo como el punto álgido de Fisk como amenaza -ahora ha quedado preso, tanto figurada como literalmente, por su amor por Vanessa- y la introducción de un enemigo potencialmente más peligroso. De hecho, en parte puede verse como la historia del origen de Bullseye, aunque será en el futuro cuando lo conozcamos así -en ésta ha sido Fisk el que pasaba a ser conocido como Kingpin, su característico mote criminal-.

La reconciliación de Matt, Foggy y Karen

La amistad entre Matt, Foggy y Karen estaba prácticamente rota al inicio de esta tercera temporada y la reaparición del primero, al que daban por muerto, no alivia precisamente la situación de entrada. Estos trece episodios también han servido para que los tres personajes crezcan por separado y para que la relación entre ambos vaya sanando paulatinamente hasta llegar a la reconciliación definitiva en el último episodio.

En cierto modo, esto cierra un arco en su historia, ya que todo queda más o menos como estaba al principio. Sin embargo, Karen se ha enfrentado a sus miedos, estando a punto de hundirse sin remedio por lo sucedido con su hermano y posteriormente con Wesley -un gran acierto recuperar este punto para provocar la ira de Fisk-, Foggy ha demostrado que podía volar libre y jugado un papel esencial en la caída de Fisk y Matt ha comprendido que necesita a los demás, incluso cuando te hayan hecho un daño injustificable o simplemente quieras protegerlos a toda costa.

El regreso de ‘Daredevil’

Tras unos primeros episodios en los que Matt tuvo que demostrar hasta qué punto era capaz de volver a ejercer como Daredevil -plantándose además las semillas sobre la gran revelación personal que lo atormentará aún más, hasta el punto de llegar a la conclusión de que la única forma de deshacerse de Fisk es asesinándolo-, no tarda en tener que volver a ejercer como el héroe de Hell´s Kitchen.

Aquí he agradecido ver a un Daredevil más violento y al mismo tiempo frágil, algo que ha permitido a Cox llevar un paso más allá una interpretación ya de por sí impecable. Lo curioso es que al mismo tiempo sea la temporada más personal para él y también en la que el protagonismo está más compartido, ya que también entra en escena un agente del FBI que tendrá un gran peso en la trama y que a su manera servirá para que nuestro protagonista recupere su brújula moral.

En definitiva, la tercera temporada de ‘Daredevil’ ha sido extraordinaria, sabiendo cómo dar en la diana en todos los frentes y sin dar en ningún momento la sensación de estar alargando la historia. Los héroes se han lucido, los villanos nos han impresionado y la historia nos mantiene enganchados en todo momento, tanto cuando llegan las excelentes peleas como cuando los personas se enfrentan a decisiones que van desde la vida o muerte hasta el simple estado de la relación entre ambos personajes. Bravo.

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