La secuela secreta de ‘Top Gun’: cuando Tom Cruise y Tony Scott volvieron a hacer exactamente la misma película cambiando aviones por coches

Top Gun: Maverick’ sigue arrasando en la taquilla desde que este fin de semana, estableciera un nuevo récord recaudando 160 millones a nivel nacional en su primer fin de semana de cuatro días, marcando un hito para Paramount y el propio Tom Cruise, que lidera la secuela del éxito de 1986 retomando su papel más icónico como Pete Mitchell, sin embargo, ya en su día hubo una secuela algo más que “espiritual” a su épica de aviones.

Dias de trueno’ (Days of Thunder, 1990), que puede alquilarse en Apple tv, volvió a reunir a Cruise con el director Tony Scott bajo la supervisión de los productores Simpson/Bruckheimer en otra película sobre la velocidad en la que el actor interpreta a Cole Trickle, un piloto de carreras de coche monoplaza que espera ganar en la categoría NASCAR. Una de las diferencias con ‘Top Gun’ es que contaba con el guionista ganador del Oscar Robert Towne, conocido por ‘Chinatown’, y la partitura de Hans Zimmer. Aunque de nuevo su banda sonora estaba llena de éxitos.

Paralelismos hasta en la duración

En su disco CD cabían desde John Waite, Tina Turner, Chicago, Cher o Elton John a una excelente versión de Guns N' Roses de ‘Knockin' on Heaven's Door’ de Bob Dylan, pese a que nada era tan icónico como el uso de ‘Danger Zone’ el tema principal de Zimmer tiene el mismo ADN que los punteos melosos de la anterior y también se repite sin cesar, al igual que la icónica melodía de Kenny Loggins. No tenemos a Val Kilmer, pero un divertido Michael Rooker hace las veces de Iceman como el campeón de NASCAR que se convierte en rival y amigo de Cole.

Cruise volvió a reunir a un equipo clave para contar esencialmente la misma historia, un joven intrépido con problemas paternos enterrados que se transforman en ira y velocidad a bordo de una máquina. Al igual que Maverick es un poco arrogante desde el momento en que aparece por primera vez en pantalla, de nuevo en una moto como el tipo más cool de la tierra, y la película, en esencia, nos va contando también cómo es domesticado y va dejando de ser un cretino integral.

El conflicto entre dos pilotos está intacto y vuelven los veteranos que le enseñan a Cruise secretos de la vida y la responsabilidad mientras consigue a la chica, gana la carrera y calla a todos los que le han cuestionado en algún momento. En verdad ese podría ser el argumento de cualquier película de deportes centrada en un solo personaje, pero lo cierto es que hay algunas similitudes con ‘Top Gun’ que convierten ‘Días de Trueno’ en prácticamente una secuela, o al menos hace lo que hacían otras de su época respecto a la original, como ‘Cazafantasmas 2’.

Ganar no es lo importante, pero al final sí

Si en ‘Top Gun’, el padre de Maverick era un piloto que murió en acción aquí es un tipo que le utiliza, circunstancias diferentes, pero el mismo resultado, los dos pilotos viven para escapar de las sombras de sus padres, y mientras Mitchell encuentra en Viper (Tom Skerritt) una relación paternal que llena ese hueco, Cole la encuentra en su jefe de equipo Harry Hogge (Robert Duvall). Por supuesto Cole se enamora de una mujer fuerte y profesional, la Dra. Claire Lewicki (Nicole Kidman), que le permite ninguna de sus bobadas pero cae rendida a él a pesar de ellas.

Prácticamente un reflejo de la relación con la instructora Charlie Blackwood de Kelly McGillis, quien tampoco toleraba las bravuconadas de Maverick. La relación Rowdy/Iceman tiene el mismo matiz, es él quien insiste en que su conducción es rápida pero imprudente y expone el problema de los dos personajes de Cruise, dos grandes pilotos que tratan de ser el mejor, pero son demasiado impulsivos y temerarios.

Si en ‘Top Gun’ ese pilotaje agresivo se tomaba como víctima a su amigo Goose, en ‘Días de Trueno’ la rivalidad entre Cole y Rowdy acaba en un terrible choque que les deja graves lesiones cerebrales a ambos. Cole se recupera, pero Rowdy no, aunque no muere, nunca más volverá a correr, lo que sacude a Cole de la misma manera que la muerte de Goose a Maverick, lo que rompe su confianza de la misma forma, que aquí solo se soluciona por la insistencia de Rowdy para que Cole conduzca su coche en las 500 Millas de Daytona.

Acción ultraestilizada a toda velocidad (de nuevo)

El nuevo villano es un engreído Cary Elwes, que en realidad sustituye a la amenaza militar de los Mig, porque la mayor diferencia es que técnicamente ‘Top Gun’ es cine bélico y ‘Días de Trueno’ de deportes. Quitando eso, es un vehículo (jé) para el esplendor de Cruise y el de Scott, que de nuevo convierte la acción en la protagonista absoluta, logrando un nuevo desafío técnico en las increíbles escenas de las carreras de NASCAR con formas de usar las cámaras para capturar el movimiento cada vez más difícil de ver hoy.

‘Días de trueno’ respira en un mundo sin CGI, y el riesgo de la velocidad se nota en cada plano, dejando una revolución visual tras su paso que quizá solo ha sido superada enLe Mans '66’ (2019). Sin embargo, el mayor abismo con ‘Top Gun’ es numérico, ya que los 15 millones de dólares de presupuesto se multiplicaron hasta los 55 millones, aunque tenga las mismas dosis de combustible, melodrama, romance e imágenes hiperestilizadas a ritmo frenético.

La película nos descubrió a John C. Reilly en el equipo de boxes de Cole, en un ensayo de su Magic Man Cal Naughton Jr. en ‘Pasado de vueltas’ (2006) y fue la presentación de Kidman en la vida de Cruise. La pareja se casó ese mismo año y tuvieron dos hijos, antes de hacer dos películas más juntos. ‘Días de Trueno’ comenzó a solidificar el estatus de Simpson y Bruckheimer como productores de gran espectáculo que acabaría por pulirse con su trabajo junto a Michael Bay en la década que llegaba. Pero si la película debería ser recordada es por ser un verdadero eslabón perdido entre la primera 'Top Gun' y la secuela oficial.

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