Todas las películas y series que han adaptado a Philip K. Dick, ordenadas de peor a mejor

Pese a su muerte en 1982, y a no haber formado parte de las tendencias que transformaron la ciencia-ficción literaria a partir de entonces, la obra de Philip K. Dick resulta hoy tan moderna, poderosa y sugestiva como en el momento de su publicación. El autor de la novela que inspiró 'Blade Runner' es mucho más que el creador de los Replicantes, y su obra ha sido adaptada al cine en múltiples ocasiones.

En sus 44 novelas y más de cien cuentos desde los años cincuenta, Philip K. Dick trufó obras como 'Ubik', 'Ojo en el cielo' o 'El hombre en el castillo' de paranoia, corporaciones amenazadores, confusión entre realidad y ficción y una muy moderna plasmación en su obra de las obsesiones que le atenazaban en el día a día. Es decir, preocupaciones que el paso del tiempo y la evolución de la sociedad no han dejado atrás, sino más bien todo lo contrario. Decir que el autor de 'Valis' o 'Una mirada a la oscuridad' fue un visionario es quedarse muy cortos.

Philip K. Dick fue pionero en la utilización de los códigos de la ciencia-ficción no como un intento de adivinar cómo será el futuro, sino como una disección de qué nos hace humanos. Por eso sus libros están llenos de inteligencias artificiales que no saben que lo son, hombres y mujeres en inconcebibles entornos artificiales y drogas que convierten la realidad en una demencia líquida y mutante.

Ya superado desde hace años el erróneo tópico de que Dick es un escritor de grandes ideas pero prosa deficiente, el autor de 'Fluyan mi lágrimas, dijo el policía' se ha convertido en inspiración recurrente para películas y series de televisión. Aprovechamos el estreno de la secuela de 'Blade Runner' y el arranque de la serie 'Philip K. Dick's Electric Dreams' para revisar todas las películas inspiradas en Dick, un autor que por su prosa altamente subjetiva y su preferencia por describir sensaciones antes que acciones lo convierte en un hueso duro de roer a la hora de ser adaptado.

Preparaos para un viaje rebosante de drogas, distopías, futuros deprimentes e identidades confusas. Y recordad: el futuro ya no es lo que era.

Confessions d'un Barjo (1992)

Esta rarísima adaptación de la novela semiautobiográfica de Dick 'Confesiones de un artista de mierda', escrita antes de centrar su atención en la ciencia-ficción, es interesante por ser la única que no entra en terrenos del género, aunque sí en cierta fantasía cotidiana. Cuenta las peripecias mundanas de un artista muerto de hambre (Hippolyte Girardot) que se va a vivir con su hermana y el marido de ésta.

La adaptación pasa de la ambientación original de California en los años cincuenta a la Francia contemporánea, y suaviza notablemente el tono nihilista del original, creando un antihéroe por el que es más sencillo sentir compasión. El resultado no es excesivamente memorable, pero es justo reconocer que como adaptación de Dick es una auténtica rareza.

Next (2007)

Un divertido disparate aderezado con la presencia de un Nicolas Cage, como de costumbre, en llamas, que interpreta a un mago de Las Vegas que puede ver unos minutos en el futuro y que es perseguido por el FBI para que detenga un ataque nuclear. A partir de ahí, la película se orienta a la acción con un toque de fantasía y el eterno argumento de hombre perseguido por fuerzas del orden omnipresentes (muy dickianas, eso sí)

Se distancia así muchísimo del relato original de Dick, 'El hombre dorado', muy distinto desde el mismo planteamiento, que nos sitúa en un futuro post-apocalíptico donde un mutante de piel dorada con el poder de ver el futuro es perseguido sin descanso por los humanos. 'Next', mucho más mundana, es diversión sin complicaciones, y ayuda la inventiva visual de Lee Tamahori (¿os acordáis cuando era la gran esperanza del cine comercial?).

Infiltrado -Impostor- (1991)

Gary Sinise, Madeline Stowe y Vincent D'Onofrio protagonizan una adaptación que si bien es cierto que parece de Dick, también es verdad que más aún se parece a toda la ralea de thrillers futuristas de principios de siglo con un montón de sótanos tenebrosos, pasillos metálicos y planos generales de ciudades sableados de 'Blade Runner' (sí, todavía con esas).

Sigue con relativa fidelidad el cuento original de Dick en el que se basa, eso sí, en el que el miembro de un equipo de humanos que se dedica a construir un arma contra unos extraterrestres es acusado de ser, en realidad, un androide saboteador. En principio 'Infiltrado' iba a ser parte de una película de episodios que acabó estirándose hasta duración de largometraje, lo que da una idea del convulso resultado, que no arregla ni siquiera un estupendo y muy dickiano final.

Paycheck (2003)

Un desastrito especialmente doloroso por venir de quién viene, un John Woo en la peor fase de su etapa americana que arranca siendo fiel al relato 'La paga', contando la historia de un ingeniero cuya memoria es borrada y solo tiene a su alcance un puñado de objetos que le deben servir de pista para averiguar quién es.

Pero la película pronto se convierte en una aventura levemente futurista de factura visual pochísima, con un Woo muy poco elegante intentando convertir en héroe de acción a un soporífero Affleck, acompañado aquí de una Uma Thurman despistadísima. Su gran problema, sin embargo, es que se distancia del original de Dick, que era una intrigante disquisición sobre la identidad, para convertirse en un thriller con amnésico más.

Destino oculto (2011)

Para incluir elementos románticos ausentes en el cuento original 'Equipo de ajuste', esta adaptación incluye nuevos personajes y situaciones, respetando la idea base de Dick: la existencia de un equipo que vigila todas las realidades posibles y que se asegura que todo transcurra según un complejísimo plan. El resultado es una película de acción que presta más atención de la conveniente al idilio entre Matt Damon y Emily Blunt, y que contiene alguna idea visual de interés.

El cuento de Dick entra en cuestiones mucho más políticas y paranoicas, pero para 'Destino oculto' la cosa (tratada más en términos de fantasía romántica que de ciencia-ficción) versa más bien acerca de una policía del amor que quiere impedir esa relación porque Damon podría ser un futuro presidente. Sin duda un enfoque mucho menos interesante y comercial que la más abstracta y árida visión de Dick.

Radio Free Albemuth (2010)

En 1974, Dick tuvo una serie de visiones y experiencias sensoriales que le hicieron replantearse la naturaleza de la realidad, un tema que siempre había rondado su trabajo. Su conclusión fue que había sido contactado por una inteligencia extraterrestre y mística llamada VALIS. En 1976, Dick escribió una novela que tituló 'VALISystem' basada en la experiencia: era tan extraña que su editor le sugirió cambios para hacerla más digerible.

Esa nueva versión se titularía 'VALIS', que junto a 'La invasión divina' y 'La transmigración de Timothy Archer' constituyen la conocida como 'Trilogía de VALIS'. Pero la novela original llegó a publicarse también, de forma póstuma y bajo el título de 'Radio Libre Albemuth': una novela compleja y muy difícil de adaptar, donde una inteligencia extraterrestre, VALIS, comanda una resistencia anti-gubernamental. El propio Dick es uno de los personajes, aunque es el protagonista el que tiene una revelación similar a la que tuvo Dick.

La adaptación es una película que actualiza de forma muy fiel la novela de Dick, aunque con severas limitaciones presupuestarias. Produce, dirige y escribe John Alan Simon, que puede enorgullecerse de haber rubricado quizás la película más fiel a la letra y el espíritu de Dick a base de insistir muchísimo en los endebles límites de la percepción y la realidad.

Pero el libro no está entre los mejores de Philip K. Dick, y su interés es sobre todo para los estudiosos de la personalidad de su autor. Algo similar pasa con la película: con sus rudimentarios efectos especiales de CGI pocho y un argumento casi ininteligible, es más un testimonio de la complejidad alucinatoria de Dick que una película que se sostenga por sí misma.

The Man in the High Castle (2015-)

Una de las novelas más complejas y áridas de Philip K. Dick es 'El hombre en el castillo'. Está considerada una ucronía fundacional (relatos que transcurren en mundos desarrollados a partir de un punto en el pasado en el que algún acontecimiento sucedió de forma diferente a la realidad), ya que fue escrita en 1962.

Sin embargo, pese a narrar una ucronía clásica (las potencias del Eje ganaron la II Guerra Mundial), la novela no se centra en las circunstancias históricas o políticas del tema sino, una vez más, en las endebles barreras entre distintas realidades. La adaptación de Amazon, que ya prepara su tercera temporada, es todo un despiegue visual que sí presta más atención a la intriga ucrónica.

Los espectadores fascinados con la historia alternativa tienen aquí una buena cantidad de suspense político y aventuras de espionaje, con unos aterradores nazis triunfales pero poca ciencia-ficción. Ésta va introduciéndose muy poco a poco en la serie a través de unas películas (en la obra de Dick era un libro) que muestran una historia alternativa en la que vencieron los aliados, y que abre la puerta a futuras temporadas donde se hable de universos alternativos.

Asesinos cibernéticos (1995)

'Segunda variedad' es un cuento de Dick ambientado, como tantos otros suyos de los años cincuenta y sesenta, en una Tierra arrasada por una guerra nuclear. En ella aparecen unos agresivos seres artificiales que aprenden a repararse, fabricarse a sí mismos y mezclarse con los humanos. 'Asesinos cibernéticos' manda ese punto de partida a una colonia terrestre en otro planeta, pero básicamente sigue esas líneas generales.

El resultado es una serie B simpatiquísima y efectiva gracias al buen hacer de Dan O'Bannon, también guionista de 'Desafío total'. Peter Weller encabeza el reparto de esta película de acción modesta y sin pretensiones, irregular y de mucho menos calado que el más politizado cuento original, pero que enlaza con monster movies tipo 'Temblores' y se adentra en su segunda mitad en temas afines a Dick, pero en variante ruidosa y agradablemente intrascendente.

A Scanner Darkly (2006)

Quizás no la mejor -como en casi cualquier película fundamentada en alucinaciones psicodélicas, tiene algún problemilla de ritmo y tono-, pero desde luego sí una de las más fieles y, a la vez, personales adaptaciones de Dick. Richard Linklater emplea de forma muy inteligente la textura de la animación -y el hecho de que reconozcamos a Keanu Reeves, Robert Downey Jr. o Woody Harrelson tras ella- para dar forma a una realidad líquida y poco fiable.

La base es la novela 'Una mirada a la oscuridad' -prácticamente autobiográfica, y cuyos elementos de género fueron añadidos por Dick a posteriori a sugerencia de su editor-, adaptada de forma tremendamente fiel. Por eso la descomposición de lo tangible tiene mucho que ver con el consumo de drogas, sustancias que aquí entran en la trama pseudo-policiaca que sostiene el film: un detective encubierto trabaja en un caso relacionado con una potente droga alucinatoria mientras navega por una sociedad en la que la vigilancia es constante.

Minority Report (2002)

La película que devolvió a Dick al mundo de los blockbusters tras 'Desafío Total' es esta sensacional película de Steven Spielberg que adapta con muy buen gusto un breve relato acerca del jefe de un departamento policial que predice crímenes antes de que se cometan y que se ve envuelto en uno que le afecta y que aún no se ha cometido, y que en realidad obedece a posibles futuros alternativos.

Trepidante y llena de momentos narrativos y estéticos mucho más influyentes de lo que se le ha reconocido (desde las persecuciones por la ciudad a la ya asumidísima idea de las pantallas "táctiles" de información), Spielberg y Cruise forman un equipo muy sólido para facturar una película de acción perfecta y muy fiel al espíritu de Dick, ahondando en uno de sus temas fetiche: el libre albedrío. Todo eso pese a un fallo casi imperdonable: un happy end incomprensible que traiciona el resto de la película y al escritor.

Blade Runner (1982)

Antes de que nadie se eche las manos a la cabeza porque 'Blade Runner' no está coronando la lista, la apreciación de rigor: aunque Dick pudo ver un montaje casi final de la película antes de su muerte y le dio su aprobación, 'Blade Runner' simplemente tomó como punto de partida remoto una novela breve suya, '¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?' (lejos de estar entre las mejores, además). La idea de las inteligencias artificiales que no saben que lo son es dickiana, pero el film-icono de Ridley Scott atiende a muchas otras cosas.

Más memorable como símbolo y más interesante por la huella que ha dejado en la cultura pop que por sus propios valores, 'Blade Runner' habla de un tema que es puro género: la toma de consciencia de las inteligencias artificiales. Desde '2001' a 'Terminator', es una idea que vertebra el cine de ciencia-ficción desde los sesenta, pero Philip K. Dick siempre se ha centrado en cuestiones más relativas a la humanidad y su naturaleza, incluso desde una perspectiva metafísica.

'Blade Runner' merece su consideración de clásico con todos los honores (aunque se le pueden poner unos cuantos peros: su obsesión por retratar un futuro que no se cumplió ha acabado haciéndola envejecer más de lo debido; no hay más que compararla, en ese sentido, con otra película previa del propio Scott, 'Alien'). Pero como adaptación de Dick, sería injusto adjudicarle el podio, sobre todo teniendo a nuestra disposición un film tan dickiano como...

Desafío total (1990)

La película de Paul Verhoeven no es solo una de las mejores de su director y de su estrella: es la mejor adaptación de Dick hasta la fecha. Como casi todas las demás, solo puede coger el cuento original del autor ('Podemos recordarlo todo para usted') como punto de partida en lo relativo a la implantación de recuerdos, y se pliega a lo que se espera de una película de acción de Schwarzenegger. Muy afín, además, a las nihilistas ideas de Verhoeven sobre la violencia y su forma de visualizarla.

Verhoeven consigue el equilibrio entre una película de acción a medida de su protagonista, sus propias obsesiones acerca de la violencia y el universo literario de Dick.

Pero por el camino, elabora una serie de disquisiciones sobre los endebles muros de la realidad en una aventura de espionaje intergaláctico donde nunca está del todo claro si estamos asistiendo a la peripecia de un hombre descubriendo la realidad o enterrándola en una fantasía de poder. Entre sensacionales efectos especiales ('Desafío total' es una de las grandes últimas muestras de efectos prácticos, antes de la imposición del CGI) y explosiones de violencia delirantes, la película juega a la confusión de realidades con una sensibilidad altamente europea, y el mejor ejemplo de su inteligentísimo juego está en la escena más dickiana del film: la del doctor, la píldora y los sueños que sudan.

No nos detenemos en el remake de 2012 porque, además de no tener demasiado interés, es más una aparatosa reformulación de la película de Verhoeven que una nueva versión del cuento original. Al carecer de la finísima puesta en escena de su precedente, sus juegos para confundir al espectador se difuminan en una avalancha de ruido sin demasiada sustancia. Y sustancia, precisamente, es de lo que siempre anduvo sobrado Philip K. Dick.

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