'La casa de papel', un gran comienzo con un futuro dudoso

Antena 3 está jugando un papel esencial en la renovación de la ficción televisiva española gracias a series como ‘Sin Identidad’, ‘Mar de plástico’ o ‘Vis a Vis’. No todas ellas tienen el mismo interés -yo me quedo, de lejos, con la tercera-, pero sí que muestran el camino a seguir para que pueda haber propuestas para todos los gustos en lugar de apuestas demasiado genéricas en su intento de agradar a todo tipo de público, de las cuales también hay en la cadena de Atresmedia.

‘La casa de papel’ es otro paso adelante en términos generales, sin importar realmente cuál sea su interés individual. Por suerte, su primer episodio sí que ha rayado a un gran nivel, presentado a sus protagonistas y exponiendo la situación a la que han de hacer de frente con bastante soltura. El problema está a la hora de pensar en su futuro, pues cuesta creer que vayan a lograr mantener el nivel durante los 18 o 20 capítulos con los que va a contar.

Una premisa potente y una estupenda introducción

A partir de aquí habrá algún spoiler del primer episodio.

Un grupo de ladrones liderados por un misterioso criminal decide robar la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Una misión aparentemente imposible en el que multitud de pequeños detalles pueden hacer que todo se vaya al traste, de ahí que la capacidad de El Profesor para adelantarse a todos los acontecimientos resulta clave. Eso fomenta que ‘La casa de papel’ eche mano de forma constante de los flashbacks explicativos, muy efectivos hasta ahora, pero que pronto podrían resultar redundantes.

Seamos claros, en el episodio piloto de ‘La casa de papel’ prácticamente todo está medido con tal detalle que no hay espacio para ese temido relleno para estirar artificialmente la historia. Sí, hay algunos detalles quizá innecesarios -el algo excesivo uso de la voz en off-, pero todo encaja con lo que parece buscar. Por un lado definir lo mejor posible a sus personajes, para que así nos importe lo que pueda ser de ellos, y por otro sentar las bases de un juego de ingenio entre la policía y los criminales.

Ahí mi gran duda era ver hasta qué punto iba a ser capaz Úrsula Corberó de liderar un reparto por otro lado bastante coral y equilibrado. No han sido pocas las veces que sus personajes le requerían poco más que lucimiento físico, algo que aquí no se obvia, pero eso no se convierte en la única excusa para justificar su presencia. De hecho, su Tokio ha sido el punto de referencia para el espectador y también el elemento sorpresivo al no cumplir a rajatabla el plan -aunque sea por motivos un tanto absurdos-.

Más virtudes

El resto de personajes también ha cumplido con buena nota, desde Miguel Herrán, en su primera aventura televisiva tras ser descubierto por Daniel Guzmán en ‘A cambio de cada’, hasta Itziar Ituño, protagonista de un triste intento de boicot por su ideología política. Es verdad que no todos han sido perfilados igual de bien en el guion, pero sí que sus personalidades están bien asentadas y ahora la clave está en ver cómo juegan con ellas.

El acabado visual es otro de los atractivos de la serie, optándose por una fotografía que recuerda a la de ‘Vis a Vis’, algo que también se extiende a otras muchas facetas técnicas e incluso a la forma de avanzar lo que nos espera la semana que viene. Cambiando, eso sí, el amarillo por el rojo, pero por lo demás se nota una continuidad formal que aleja a la serie de ese realismo desatendido de algunas series españolas para acercarla a un look más cercano a ciertos thrillers cinematográficos españoles.

El preciso trabajo de dirección también juega a su favor, aunque no tanto como un impecable montaje que consigue mantener en tensión al espectador sin la necesidad de crear una sensación de urgencia que la serie no iba a ser capaz de sostener. Su cometido es realzar lo que sucede y ahí pocas pegas se le pueden poner, aunque todo ello no impide que en todo momento sobrevuele la duda de si serán capaces de mantener el nivel.

¿Será capaz 'La casa de papel' de mantener el nivel?

Hace ya tiempo que me quedó claro que lo difícil no es pensar una situación emocionante con la que atrapar la atención del espectador, sino la necesidad de desarrollarla de una forma coherente y que su desenlace encaje con lo visto hasta entonces en lugar de ser una solución apresurada para quitarse el muerto de encima.

Esto último es el gran reto al que se enfrenta ‘La casa de papel’, ya que los 80 minutos de su primer episodio se pasan volando, lo cual en sí mismo ya tiene un mérito asombroso -a ‘Las chicas del cable’ se le pueden poner muchas pegas, pero no cuesta nada señalar lo mucho que agradecí su duración de corte más americano que español-, pero, ¿de verdad esta historia va a dar para esos 18 o 20 episodios ya anunciados?

Está claro que tener una extensión tan acotada debería ser una ventaja, pero es que ‘La casa de papel’ plantea un escenario en el que la única posibilidad que veo es que la primera mitad de temporada se centre en mostrarnos cómo logran salir de allí con el botín y la segunda en sus intentos para salirse con la suya. De esta forma, lo segundo parece que va a ser interminable, pero es que lo primero tampoco se puede estirar demasiado, que no quiero que esa presencia notable de los flashbacks acabe convirtiéndose en un recurso cansino.

Dicho esto, ‘La casa de papel’ me ha dejado con ganas de más y tampoco debería desconfiar, pero sus responsables tienen que tener muchos ases escondidos en la manga y que todos funcionen bien para que la serie no baje sus prestaciones de forma más o menos acusada. Eso sí, por ahora disfrutemos con lo que ya tenemos.

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