'Los ojos de Tammy Faye': la oscarizada actuación de Jessica Chastain no redime a una película ya disponible en Disney+

En 1974, muchas cosas estaban cambiando en la televisión estadounidense: se estrenaban series que después marcarían época como ‘Happy days’ mientras que otros clásicos más bienintencionados como ‘La tribu de los Brady’ llegaban a su fin. Por su parte, Lucille Ball terminaba sus 23 años de sitcoms encadenadas con la cancelación de ‘Here’s Lucy’, dejando clara la tendencia del público, al mismo tiempo que Richard Nixon daba por acabado uno de los mayores escándalos de la historia de Estados Unidos proclamando su dimisión en directo tras el Watergate.

Y en este ambiente en el que por un lado se podía oler el fin de la pureza en una televisión hasta entonces conservadora y poco arriesgada, por otro, en un pequeño estudio de Carolina del Norte se grababa el primer programa católico presentado por Tammy Faye y Tim Bakker. Y, para lo bueno y para lo malo, hicieron historia.

Alabado sea el señor

‘Los ojos de Tammy Faye’ tiene mucho de donde escoger: la historia de la caída en desgracia de The PTL Club y sus dos presentadores, los telepredicadores americanos y su paso al mainstream, un matrimonio ultraconservador destruido por la codicia, el machismo de la época que relegó a un segundo plano injusto a Tammy Faye, mercantilizada por su marido… Y de alguna manera, se las arregla para contarlo de la manera menos interesante posible. No hay riesgo, no hay interés y, al final, se queda la sensación de que un documental habría sido mucho más interesante.

No estaríamos hablando ahora de ‘Los ojos de Tammy Faye’ si no fuera por Jessica Chastain: la actriz no solo se mimetiza con el personaje, sino que además es capaz de mostrar todas las capas que la envuelven. Su mirada y una sonrisa pasan de la felicidad naïf en los primeros compases de la película a la tristeza amarga de una vida llena de arrepentimiento en su ocaso. Chastain no se centra en, simplemente, replicar los modos y maneras de Tammy Faye: hace escalar su interpretación y, con ella, la película.

Es fácil despreciar su actuación y comentar que si parece buena es gracias al mérito del equipo de peluquería y maquillaje. Y efectivamente, ayuda a que Chastain mejore y parezca más real, mientras que en otras manos diferentes podría acabar pareciendo poco más que un Celebrities de Joaquín Reyes. Dos Óscar muy merecidos, pero… ¿Merece la pena ver la película solo por una buena actuación acompañada de un buen maquillaje? ¿Qué más puede ofrecernos ‘Los ojos de Tammy Faye’?

Aleluyas conservadores

Lo cierto es que, tristemente, esta película se fía demasiado de que la curiosa historia real es suficiente para aguantar por sí misma sus más de dos horas de metraje, y el guion ni siquiera intenta salirse del biopic más prototípico. Es curioso que en un momento en el que el cine parece tratar de evadirse de las biografías de personajes reales al estilo más clásico, tratando de innovar con películas como ‘Aline’ o ‘Rocketman’, el libreto de ‘Los ojos de Tammy Faye’ parezca profundamente anacrónico, conservador y, desgraciadamente, aburrido.

Ni tan siquiera un Andrew Garfield en racha tras su éxito el año pasado con ‘Tick, tick… ¡Boom!’ y esa película que vosotros sabéis es capaz de conseguir levantar una obra cimentada por la simple exposición de datos, como si de la adaptación de una página de Wikipedia se tratara. Te cuenta lo que ocurrió, pero no deja el poso suficiente para sacar conclusiones más allá de los datos. Es un cascarón vacío, el envoltorio de un regalo que promete ser increíble pero no esconde nada en su interior.

Se esperaba más de Michael Showalter, un director hasta ahora siempre interesante en obras ya icónicas como ‘La gran enfermedad del amor’ e incluso en algunas menores como ‘Los tortolitos’. Esta es la segunda película que no guioniza ni produce, y cualquiera diría que o bien se le ha ido de las manos la seriedad o no ha tenido un control real sobre su obra. Lo cierto es que ‘Los ojos de Tammy Faye’ podría haber estado dirigida por cualquier persona. Es una obra tristemente plana que basa toda su existencia en la interpretación de Chastain. Y ojalá no fuera así.

En resumidas cuentas

‘Los ojos de Tammy Faye’ daba mucho de sí, y tristemente se queda solo en la promesa. La interpretación de Jessica Chastain es espectacular, el cénit de su carrera, pero toda una película no puede sostenerse sobre los hombros de un buen papel. El guion es blando y típico, la dirección es muy poco creativa, y al final unos ojos tristes y una sonrisa tan dura como agria no pueden sostener dos horas de película conservadora y biopic excesivamente típico, más propio de otra época de Hollywood. Una pena.

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