'Padre no hay más que uno 3' da lo que promete: una comedia familiar blandita que no engaña a nadie y mejora a su predecesora

Hubo un tiempo en el que Santiago Segura estuvo muy asociado a la idea de una renovación del cine español. Todo empezó con su inolvidable José María de 'El día de la bestia', siguió con su tremendo cameo en 'Airbag' y tocó techo con 'Torrente, el brazo tonto de la ley'. Su enorme éxito provocó que su carrera como cineasta se centrarse en esa franquicia durante casi 20 años hasta que la dio por finalizada con el estreno de 'Torrente 5: Operación Eurovegas'.

Por aquel entonces, Segura ya había mostrado una cara más orientada al entretenimiento familiar con su paso por dos ediciones de 'Tu cara me suena', algo que parece que influyó en su carrera posterior como director. Pronto consiguió otro triunfo con 'Sin rodeos', pero no encontraría su nueva franquicia hasta 2019 con el lanzamiento de 'Padre no hay más que uno'. Apenas pasó un año hasta la llegada de la secuela y este verano ha lanzado 'Padre no hay más que uno 3' con la promesa de dar cierre a la trilogía. Está por ver que la cosa vaya a quedarse ahí tras su genial funcionamiento en taquilla y la verdad es que se trata de una película que no engaña a nadie e incluso mejora levemente a su predecesora.

Continuista

Conviene recordar que la primera parte tenía el aval de ser el remake de la cinta argentina 'Mamá se fue de viaje', algo que hasta cierto punto era una guía inmejorable para saber qué era lo que había conectado con el público de esta historia. Personalmente no disfruté demasiado con ella, ya que ese cambio de Segura a un cine de corte más familiar también va asociado a un enfoque más conservador que lleva a que esta franquicia perfectamente podría haberse hecho hace varias décadas sin que fuera necesario introducir cambios de envergadura.

En la tercera entrega sí que se juega un poco con el tema de las redes sociales en una de las tramas, pero el corazón de la película sigue siendo el mismo. No obstante, algo que parece haber aprendido el dúo de guionistas formado por Segura y Marta González de la Vega, quien también se reserva un pequeño papel, es que lo que despierta más simpatía en este tipo de producciones son las ocurrencias y líos que organizan los niños. Obviamente, su protagonismo no es absoluto, pero sí que se convierte en el verdadero motor de la función.

Tengamos en cuenta que el eje de la primera parte era que el padre interpretado por Segura se quedaba solo al cargo de los niños, mientras que la llegada del personaje interpretado por Loles León marcaba la segunda. Aquí es verdad que hay una acertada adición con el fichaje de Carlos Iglesias -en un papel inicialmente previsto para Antonio Resines, quien se tuvo que bajar del barco a última hora por sus problemas con el coronavirus-, pero su peso es menor y casi parece una excusa para traer de vuelta a León. En cambio, los hijos de la familia protagonista tienen aquí tramas tanto por separado como en conjunto, siendo en la segunda vertiente cuando la película se acerca más a conseguir esa frescura con la que pretende enamorar al público. También es entonces cuando los miembros más jóvenes del reparto transmiten una mayor naturalidad, pues en otras situaciones llega a dar la sensación de estar todo un poco forzado de más.

Es lo que es

Y no digo pretende por casualidad, ya que, obviamente, 'Padre no hay más que uno 3' también recicla varios elementos de las anteriores entregas confiando en que lo que funcionó una vez, volverá a hacerlo. Con esto no quiero decir que sea simplemente más de lo mismo, pero sí que los parecidos son muy evidentes. Hay hasta algún caso en el que se incluyen escenas del momento en cuestión a modo de flashback para recordárselo al espectador.

Eso ayuda a convertir esta tercera parte en una propuesta confiable, hasta el punto de que si disfrutaste con las anteriores se me hace sencillamente imposible concebir que no vayas a pasártelo bien con 'Padre no hay más que uno 3'. No obstante, eso también aplica en la otra dirección, pues aquellos que sufrieron viendo sus dos predecesoras, ni siquiera deberían sopesar la idea de verla. No deja de ser curioso que eso suceda con una saga que tiene como principal objetivo conectar con toda la familia, pero vivimos en tiempos en los que cada segmento del público tiende normalmente a formar parte de un nicho concreto y se muestra poco interesado por lo demás.

Más allá de eso, 'Padre no hay más que uno 3' cuenta con alguna que otra frase aquí o allá con la capacidad de sacar al menos una sonrisa al espectador más escéptico y Segura sabe controlar bastante bien todo lo referido a los cameos. Ahí me llama poderosamente la atención el de Florentino Fernández que parece dar a entender que '¡A todo tren! Destino Asturias' forma parte del universo de esta franquicia. No deja de ser una gracia puntual, pero la consecuencia directa de la misma es esa.

En resumidas cuentas

'Padre no hay más que uno 3' da exactamente lo que promete: una comedia familiar blandita con una aparente capa de modernidad pero que a la hora de la verdad podría haber sido perfectamente una heredera directa de 'Médico de familia'. Personalmente no conecto demasiado con este tipo de propuesta, pero aquí han sabido pulir algunos problemas de la anterior entrega y ofrecer un producto compacto, pero tampoco esperéis ningún cambio realmente considerable respecto a las dos primeras partes.

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