'Valhalla Rising' es la mejor película de Nicolas Winding Refn: una experiencia sensorial hipnótica y salvaje

Aunque el mercado doméstico siempre haya existido, los avances tecnológicos y las tendencias sociales y de consumo han propiciado que hoy en día podamos disfrutar de todo tipo de producciones —incluyendo estrenos— en la comodidad de nuestro hogar; algo que, aunque presente beneficios como pueden ser la inmediatez o el acceso a grandes catálogos, continúa estando a años luz de la mal llamada "experiencia cinematográfica".

Una pantalla gigantesca y un sistema de sonido bien calibrados en la oscura calidez de una sala de cine pueden redimensionar por completo un largometraje e intensificar sus efectos sobre el espectador hasta límites insospechados; multiplicando cada sensación hasta hacerla sentir a flor de piel, incrementando la escala de unos primeros planos que golpean las retinas y haciendo que cada nota de la banda sonora estimule los tímpanos de un modo imposible de replicar en un home cinema.

Es por esto que, aunque sea con doce años de retraso, no pueda más que celebrar el estreno en cines españoles de la, hasta ahora, inédita 'Valhalla Rising'; un pequeño milagro sensorial dirigido por Nicolas Winding Refn que no supone, en absoluto, su pieza más accesible, pero que, sin duda, se eleva como la obra más redonda de su ya de por sí interesantísima filmografía.

1096: Una odisea de las Highlands escocesas

Es completamente lógico que, de buenas a primeras, sorprenda que Nicolas Winding Refn encorsete su 'Valhalla Rising', ambientada a principios de un siglo X dominado por la espada, la religión, la superstición y la muerte, dentro del género de la ciencia ficción; etiquetándola además como su propia versión —casi reverencia— de la eterna '2001: Una odisea del espacio'.

No obstante, esta aventura vikinga comparte vínculos mucho más sólidos de lo que cabría esperar con la obra maestra de Stanley Kubrick, todo ello sin necesitar transportarnos a un futuro extraterrestre marcado por el auge de los avances tecnológicos y las inteligencias artificiales; nexos que se condensan en el hecho de que ambas cintas, independientemente de escenarios y ambientaciones, encierran historias de transformación.

Mientras que en '2001' el objeto de metamorfosis es el Dr. David Bowman, en 'Valhalla Rising' lo es el Un Ojo de Mads Mikkelsen; un guerrero silente, alineado con los —anti—héroes de 'Drive' y 'Solo Dios perdona' y en las antípodas de la verborrea de 'Bronson', sumido en una salvaje espiral de venganza y búsqueda de redención tan simple en su planteamiento narrativo como densa en lo artístico y conceptual.

Si bien el libreto de la película es de una sencillez tremenda, con Un Ojo dejando atrás sus días de esclavo y uniéndose a un grupo de cristianos nórdicos en camino a las cruzadas, el camino de conversión en una suerte de figura mesiánica del protagonista se ve fuertemente enriquecido gracias a unas duras lecturas con la teología, la colonización y la yuxtaposición entre la cruz y la espada como telón de fondo.

Esta densidad temática, rebosante de simbolismos, está trasladada a la gran pantalla con un claro gusto por lo experimental y con todas las señas de identidad que se asocian al cine de Nicolas Winding Refn; comenzando por un tempo pausado y lánguido que predomina en unos ajustados 90 minutos de metraje, y que se ve interrumpido puntualmente por breves estallidos de una violencia y una visceralidad estremecedoras.

La descomunal banda sonora de Peter Kyed y Peter Peter, en la que predominan las atmósferas sobre la práctica ausencia de melodías, y una dirección de fotografía soberbia de Morten Søborg, que convierte las Highlands escocesas en un paraje desolador y atemporal que bien podría pertenecer a un futuro post-apocalíptico, terminan de redondear un hipnótico y excepcional ejercicio de estilo, digno de estudio y de ser disfrutado en las mejores condiciones audiovisuales posibles.

Dice Nicolas Winding Refn que lo primero que se necesita para poder logar una aproximación visual única y magnética es "no tener mucho dinero para, así, no tener demasiadas opciones". Con 'Valhalla Rising', el danés tan sólo necesitó un puñado de actores y unos parajes naturales sobrecogedores para firmar una muestra de ese grandísimo cine que trasciende a su condición de historia narrada en imágenes para pasar a ser considerado como una "experiencia" en mayúsculas.

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