Arnold Schwarzenegger reconoce la gran virtud de Sylvester Stallone como actor pero aclara por qué siguen siendo rivales tras años de amistad: "Es como encender una mecha"

Tras su cruda rivalidad en los años 80, se han convertido en buenos amigos... aunque siguen teniendo sus más y sus menos

Desde la época del Hollywood dorado, las rivalidades icónicas entre algunos de los más grandes intérpretes han estado a la orden del día. No obstante, cuando viajamos a la década de los 80 y posamos nuestra mirada sobre el cine de acción, el número de feudos y la intensidad de los mismos aumentó de forma exponencial, teniendo su máximo referente en el que enfrentó a Arnold Schwarzenegger con Sylvester Stallone.

La extraña pareja

Tras años y años de competición, los dos intérpretes han terminado dejando atrás sus rencillas para convertirse en buenos amigos, y ahí está su colaboración en 'Los mercenarios' para demostrarlo. No obstante, que la bandera blanca ondee no quiere decir que hayan aparcado completamente sus diferencias, que trascienden a la gran pantalla para centrarse también en sus modos de vida.

Durante una entrevista con People con motivo del lanzamiento de su libro autobiográfico y de autoayuda 'Be Useful: Seven Tools for Life', Schwarzenegger ha explicado que su modo de relajarse difiere del de Sly. ¿Que el protagonista de 'Rocky' le invita a dar una vuelta en yate? Conan tiene otros planes para desconectar y disfrutar del día a día...

"Sly me llama: '¿Quieres venir al yate?' ¿Qué, crees que voy a preguntarte que a qué hora es la cena? No va a suceder. Puedo conseguir mi propio yate. Ese no es mi estilo. Ni siquiera puedo relajarme bajo esas circunstancias.
No planeo mis días libres para ir de vacaciones a Europa o subirme a un barco como la mayoría de mis amigos. Puedo relajarme en casa. Puedo relajarme en mi oficina cuando trabajo. O puedo ir al Instituto Schwarzenegger de la USC y pasar el rato con los estudiantes".

Eso sí, detrás de las fanfarronerías de rigor, nuestro Chuache ha admitido querer a su otrora rival para, a continuación, tirarle flores al marcar la verdadera diferencia entre ambos: su temperamento.

"Realmente le admiro. Le quiero. Simplemente somos diferentes. Él es mucho más crudo y está mucho más conectado con sus emociones.
Cuando se enfada, se enfada de verdad. Es como encender una mecha; la suya explota de inmediato. ¡Boom! La mía va más despacio, 'Shhh'. Tarda dos días en llegar al verdadero ¡Boom!. Eso hace que sea tan bueno actuando, porque siente las cosas de inmediato".

Mi reino por ver a estos dos iconos compartir una tarde de barbacoa y birras —o batidos de proteínas, quién sabe—.

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