Esta entretenida miniserie de época de Apple TV+ con Brie Larson quiere ser alta cocina pero termina siendo comida rápida. Y tiene un episodio narrado por un perro

La protagonista de 'Capitana Marvel' es una científica frustrada en 'Cocina con química'

Cuando haces alguna serie a fuego lento, a veces se corre el peligro de sobre cocinarla y que cuando llegas a cierto punto culmen, el sabor se haya estropeado. O al menos, las especias no le dan el punto que necesitas. Algo así ocurre con 'Cocina con química' (Lessons in Chemistry), la miniserie protagonizada por Brie Larson.

No es que la creación de Lee Eisenberg ('El jurado') a partir de la novela homónima de Bonnie Garmus, carezca de interés ya que tiene elementos de sobra. Es más bien que no logra acompasar bien la historia que quiere contar con los importantes temas que trata (imaginad, estamos en los años 50) terminan quedando algo decorativos, planos incluso.

El problema no es tanto que no les interese hablar de más evidentemente machismo/patriarcado empresarial (por ejemplo, el primer episodio vemos a la frustrada técnico de laboratorio obligada a participar en un concurso de belleza) o incluso de luchas civiles (hay una subtrama con la construcción de una autopista que destruiría un barrio negro) si no por la bidimensionalidad de los antagonistas de nuestra Elizabeth Zott.

Un menú con fisuras

Estas costuras causan una sensación de alegato "de marca blanca" a lo largo de toda la serie en lo que la protagonista intenta hacerse oír y, sobre todo, trabajar haciendo lo que le gusta. A partir de ahí ya será cuestión del espectador ver lo que valora más en una ficción de este estilo.

Creo que, en ese sentido, es casi mejor quedarnos con la idea de que 'Cocina con química' como un buen drama de época (con esa estética perfecta de los 50) que necesita su tiempo para avanzar y moverse entre géneros y entre años. Comienza casi como una serie romántica (con el romance con el Calvin de Lewis Pullman) y continúa hacia algo más. Donde aparentemente hay una temática feminista, pronto eso se convierte en algo sobre lo impredecible que es la vida. Las vueltas que da.

La serie, pues, se toma su tiempo para mostrarnos a la Elizabeth Zott presentadora de televisión. De hecho, tras una breve presentación en el primer episodio no la volveremos a ver frente las cámaras hasta una vez superado el ecuador de la miniserie. Una decisión con mucha lógica ya que necesitamos ver todo ese contexto anterior para que entendamos a la nueva "persona" que tenemos.

Hay otras decisiones que son un tanto extrañas. El tercer episodio gira en torno a la depresión post tragedia y está narrado desde el punto de vista de Six Thirty, el perro de la pareja (al que da voz BJ Novak). Ignoro si esto viene tal cual del libro, pero desde luego en la pantalla queda mucho menos emotivo de lo que se pretende.

No es culpa del perro (evidentemente) sino de un guion por lo general algo blandurrio. Menos mal que los mejores aliados de la serie son un acertadísimo reparto. Brie Larson está espléndida dotando de matices un personaje que navega entre una personalidad fuerte (e incluso borde) y cierto carácter algo obsesivo en su búsqueda de la excelencia.

En definitiva, 'Cocina con química' es una serie que por unas cosas y otras jamás logra trascender. Lo que podría haber sido una magnífica saga sobre un fascinante personaje se diluye mucho. En vez de alta cocina, termina siendo una comida rápida. Más de microondas que de franquicia de hamburguesas, eso sí.

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