'Miércoles' lo tenía todo para ser una de las mejores series de Netflix pero va de más a menos y llega agotada de ideas al final

Está claro que 'Miércoles' es uno de los últimos grandes estrenos de Netflix en 2022, en buena medida por la popularidad que 'La familia Addams' ha mantenido durante décadas, estando aún bien reciente el éxito de las dos películas animadas orientadas a un público familiar. Con la serie protagonizada por Jenna Ortega todo apuntaba a un entretenimiento algo más adulto que no esquivase en ningún momento el humor negro característico de estos personajes.

Ya hace unos días os dejé mis primeras impresiones sobre 'Miércoles', las cuales fueron bastante positivas, principalmente por lo mucho que había disfrutado con su primer episodio. Por desgracia, luego cada capítulo ha ido gustándome menos que el anterior, hasta el punto de no tener nada claro que quiera una segunda temporada si la fórmula empleada va a seguir siendo esta.

Perdiendo la chispa

Si algo espero de una serie sobre Miércoles Addams es que sea la protagonista absoluta de la función y también que el personaje sea reconocible en todo momento. Lo primero puede decirse que sí se cumple en esta producción de Netflix, hasta el punto de que el bache de interés es notable en los escasos momentos en los que la atención se centra en otros personajes, pero lo segundo es bastante más dudoso.

Siempre he sido defensor de que cualquier adaptación ha de buscar su propia voz para justificar su existencia, pero en el caso de 'Miércoles' sucede algo curioso, y es que la protagonista va evolucionando de tal forma que sus rasgos más característicos van perdiendo fuerza, lo cual provoca que todo aquello que podría convertirla en una serie singular se va desvaneciendo. De hecho, llega un punto en el que lo que encontramos aquí acaba pareciendo más una versión ligeramente oscura de Nancy Drew que Miércoles Addams.

Eso lleva a que la chispa cómica de la serie también languidezca. Inicialmente gustará más o menos el enfoque elegido, pero el toque de humor macabro es innegable y va perfectamente en la línea de la inevitable interpretación contenida de Ortega. Lo que sucede después es que eso va perdiendo cada vez más presencia hasta el punto de acabar resultando hasta forzado en los momentos puntuales en los que la serie lo recupera. Casi como si fuera un trámite para que sus responsables nos recuerden que es la serie de la hija de los Addams.

No han sido pocos los que han comparado a 'Miércoles' con una serie de The CW, algo bastante lógico, pero no tanto si se usa como un referente puramente negativo cuando de esa cadena salieron varios títulos más que defendibles. Aquí al principio sí se nota un poquito la mano de Tim Burton, director de los cuatro primeros episodios, pero no esperéis nada al nivel de sus mejores trabajos, ya que todo va normalizándose un poco en ese punto de equilibrio entre sacar adelante una serie vistosa con un puntito oscuro.

Se acomoda

De hecho, llega un punto en el que la serie se acomoda tanto en lo técnico como en lo visual para no ofrecer ya nada especialmente estimulante. Sí es cierto que siempre mantiene una solvencia incuestionable, pero es que como si 'Miércoles' no quisiera ir más allá y se conformase con ir desgranando el gran misterio que propone.

El problema es que su parte más de suspense nunca resulta memorable y tampoco se desarrolla de tal forma que provoque la necesidad de saber qué es lo que está pasando en la peculiar academia Nunca Más. Eso resta tanto empaque a la gran conclusión que se acaba sintiendo como una mera estación de paso en la vida de Miércoles Addams en lugar de algo realmente memorable.

Tampoco ayuda que el resto de personajes acaban condenados a ser meros complementos, incluso cuando la serie parece querer dar un poco más de cancha a sus tramas propias, quedando así al descubierto sus limitaciones. Por ejemplo, Emma Myers encaja muy bien por oposición a Ortega, pero todo lo referente a sus problemas para desarrollar sus habilidades pincha en hueso.

Llega hasta un punto en el que ni siquiera apariciones especiales como la de un acertado Fred Armisen como Fétido animan lo suficiente la función -por no hablar de lo inane que resulta una trama en la que Gómez pasa a primer plano-. Es una lástima que una propuesta así se quede en tan pocos episodios, pues recordemos que la primera temporada consta de apenas ocho.

En resumidas cuentas

'Miércoles' es una claro ejemplo de serie que va de más a menos, gastando sus primeras balas en el primer episodio para luego ir perdiendo gancho, primero poco a poco y luego de forma cada vez más evidente, hasta llegar agotada al final. Ni siquiera el buen trabajo de Ortega lo compensa, pues hasta llega un momento en el que sus responsables no parecen tener claro qué hacer con ella, aunque justo es reconocer que no llega a aburrir. Desesperar por lo que prometía y luego no es, un poco sí. Lástima.

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