'La mujer del viajero en el tiempo': una ligera miniserie de HBO Max en la que Steven Moffat no logra salvar su incómoda premisa

Cinco años después de cerrar su etapa en 'Doctor Who', Steven Moffat vuelve a acercarse al género de la ciencia ficción temporal, con sus paradojas y demás, en 'La mujer del viajero en el tiempo' (The Time Traveler's Wife), la nueva serie que llega hoy a HBO Max.

Una nueva adaptación (ya tuvimos hace años una con Rachel McAdams y Eric Bana) de la novela homónima de Audrey Niffenegger, que relataba la relación de una mujer con su marido, quien sufre una condición que le hace viajar en el tiempo.

El giro de la premisa, y lo que la hace bastante problemática, es que este viajero (interpretado por Theo James) ha ido visitando a su mujer (Rose Leslie), intermitentemente, desde que ésta tenía seis años (con el rostro de la joven Everleigh McDonell) y él treinta y algo.

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Una suerte de reverso incómodo a, por echar la mirada a la filmografía de Moffat, a la relación entre el Doctor de Matt Smith y su companion Amy (Karen Gillen) a partir de la temporada 5 de 'Doctor Who' y la relación temporalmente cruzada de este con River Song.

El caso es que la naturaleza de la relación entre Henry y Clare se ve empañada con este dato. Algo que se puede llegar a considerar lo que en el mundo anglosajón se conoce como grooming, es decir, una actitud de conectar emocionalmente con un menor para acabar seduciéndolo.

No sé, hasta qué punto podemos hablar de esto como "engaño pederesta", pero el caso es que toda esta parte de la relación, que vertebra la serie, es tremendamente inquietante. No ayuda tampoco que uno de los primeros diálogos, cuando Henry (con 28) conoce por primera vez a Clare (ya con 20 años), que le cuenta que llevan viéndose 14 años, sea de índole sexual.

Un jardín en el que se mete de lleno Steven Moffat, que abraza este problema pero no sabe cómo presentarlo sin que sea incómodo de ver. Es una de esas cosas que, o trabajas mucho para profundizar en ello, en sus aristas y los grises que tiene esta relación, o mal lo tienes para remontar toda la miniserie.

Una historia romántica sin demasiada fuerza

Pero más allá de que podamos considerar la miniserie problemática o no, el mayor problema de 'La mujer del viajero en el tiempo' radica en una historia sin apenas fuerza con un guion que se debate entre qué quiere contar y cómo.

Y elementos hay de sobra con los que trabajar: a la eminente presencia del drama romántico se agrega cierto misterio cruento, exploración de tragedias del pasado y un toque de enrevesados saltos temporales con sus paradojas propias y la proclamación de la inevitabilidad del destino.

Sin embargo, todo esta presentado de manera repetitiva, dando aún más sensación de que hay cierta pereza a la hora de contar o explorar esta relación de Henry y Clare. Y, lógicamente, esta desgana se traslada al espectador... tanto al que viene por el elemento fantástico como por el que viene por lo romántico.

Ni Moffat, que siempre ha sido bastante bueno a la hora de presentar sus series (otra cosa es que nos convenzan del todo), ni David Nutter logran convertir el material original en algo que atrape realmente. Sí que la miniserie es llamativa, pero el resultado final es que 'La mujer del viajero en el tiempo' queda como un pasatiempo ligero en el que el estilo prevalece a la sustancia.

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