Cuando Jim Carrey tuvo uno de los peores años de su carrera sin estrenar ninguna película (pese a que ya era una de las mayores estrellas de Hollywood)

Jim Carrey ha regresado a primera línea gracias a su participación en 'Sonic: La película', cuya segunda entrega llegará a los cines este mismo año. Sin embargo, hubo un tiempo no tan lejano en el que fue una de las mayores estrellas de Hollywood. De hecho, en 2003 nos llegaba 'Como Dios', la película más taquillera de toda su carrera con 484 millones de ingresos mundiales, pero apenas tres años después tuvo uno de sus peores años sin que ningún trabajo suyo llegase a los cines.

Lo cierto es que las siguientes grandes producciones tras el gran éxito de 'Como Dios' no estuvieron a la altura de lo esperado. 'Una serie de catastróficas desdichas de Lemony Snicket' fue un sonoro fracaso en 2004, mientras que 'Dick y Jane, ladrones unas risas' se quedó en decepción al año siguiente. Ese fue uno de los motivos por los que en 2006 encadenó hasta tres películas que se quedaron finalmente en nada.

Las películas perdidas

'Used Guys', 'Ripley’s Believe It Or Not' y 'A Little Game without Consequence' fueron las tres películas que Carrey estuvo a punto de liderar en 2006 y que se quedaron en proyectos nunca hechos. En la primera iba a volver a meterse de lleno en la ciencia ficción para llevarnos a un futuro dominado por las mujeres, hartas de que los hombres les hayan fastidiado ya en demasiadas ocasiones. Aquí los hombres serían clones que se pueden adquirir como si fueran coches.

La película iba a suponer también el reencuentro de Ben Stiller con Jay Roach, director de 'Los padres de ella', ya que él habría interpretado al modelo de clon fiable, mientras que Carrey estaba llamado a interpretar al modelo pensado para mantener despierta toda la noche a las mujeres. El objetivo era hacer algo en la línea de 'Idiocracia'. El presupuesto se disparó y Fox decidió paralizarlo, ni siquiera bastando con el hecho de que Carrey aceptó rebajar su salario de 20 a 13,5 millones de dólares. Años después se intentó reactivar con Stiller todavía implicado pero la cosa no salió adelante.

Mucho más avanzado estaba 'Ripley’s Believe It Or Not' antes de que Paramount echase el freno cuando apenas faltaba una semana para que Tim Burton arrancase el rodaje de una película que le reunía con Larry Karaszewski y Scott Alexander, guionistas de 'Ed Wood', uno de sus mejores trabajos, y también de 'Man on the Moon', uno de los títulos más celebrados de la filmografía de Carrey.

Aquí tampoco ayudó demasiado que esta cinta sobre las aventuras de Robert Ripley fuese a costar la friolera de 175 millones de dólares, pero el factor clave para que el proyecto se paralizara para nunca volver a arrancar fue el propio Carrey. El actor tuvo varias ideas para mejorar la película, las cuales agradaron a Burton, pero suponía hacer muchos ajustes. El estudio pausó el tema y Carrey tuvo que pasar a otro proyecto.

También doloroso fue el caso de 'A Little Game withour Consequence', ya que hubiese sido su reencuentro con Cameron Diaz más de una década después de 'La máscara'. Se trataba de un remake de la cinta francesa 'Un petit jeu sans conséquence' estrenada apenas un par de años antes que contaría la historia de una pareja que decide fingir que ha rodo para ver cómo reacciona la gente.

Gabriele Muccino, que por aquel entonces estaba a punto de estrenar 'En busca de la felicidad', había sido contratado para dirigirla, estando previsto que el rodaje arrancase en octubre de ese año de cara a su estreno en verano de 2007, pero las complicaciones llegaron cuando apenas faltaban unos días para arrancar el rodaje.

Tanto Muccino como Carrey y Diaz se bajaron del barco a última hora. El estudio Focus Features apostó entonces por intentar retener a los actores haciendo cambios en el guion, pues las estrellas de la película no estaban contentos con el enfoque. La compañía quiere un final más comercial y los actores no estaban muy interesados en ello, así que la reescritura no logró convencerles para quedarse. Ang Lee llegó a sonar para dirigirla en 2007 pero nunca se concretó nada.

Cambio de agente

Merece la pena señalar que poco antes de la debacle de 'A Little Game', Carrey sorprendió a todos con un movimiento totalmente inesperado: el despido de su agente Nick Stevens en septiembre de 2006. Stevens fue la persona que apostó fuerte por el éxito del actor en la gran pantalla, aceptando la petición del actor de ocuparse solamente de esa faceta profesional suya cuando donde estaba ganando realmente dinero era con sus espectáculos de comedia en vivo y gracias al programa televisivo 'In Living Color'.

Fue con la ayuda de Stevens cuando se convirtió en una gran estrella de Hollywood, llegando a ser el actor mejor pagado del mundo y el primero que ingresó 20 millones de dólares por una película. Algo que se consiguió en tiempo récord, pues pasó de cobrar 450.000 dólares por 'Ace Ventura, detective de mascotas' a 20 millones por 'Un loco a domicilio' menos de dos años después.

Deadline realizó un pormenorizado repaso a lo que motivó a Carrey a actuar de esa forma, pero no dejó de ser una piedra más en un año totalmente para el olvido. Y es que es cierto que no estrenó ninguna película, pero sí tuvo tiempo a rodar una en la que volvió a demostrar que no tenía miedo a dejar atrás su imagen habitual para protagonizar títulos más arriesgados.

La cinta en cuestión era 'El número 23', un thriller de Joel Schumacher que no conquistó al público, pero tampoco dio pérdidas gracias a su contenido presupuesto. Eso sí, el actor tampoco quiso seguir por esa vía y regresó rápidamente a la comedia con la reivindicable 'Di que sí'. Sin embargo, su estreno no tendría lugar hasta 2007, y Carrey ya había dejado entonces atrás su aciago 2006. Le queda el consuelo de que el año que recibió el MTV Generation Award...

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