‘Maricón perdido’: nueve cosas que tienes que saber sí o sí de la serie de TNT que todo el mundo quiere ver (incluido tú)

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Creada y escrita por Bob Pop, ‘Maricón perdido’ es una de las apuestas más atractivas de la ficción actual. El próximo viernes 18 de junio, a las 22.00 h., se emiten los primeros tres capítulos de una serie que coquetea entre la ficción y la biografía, donde la escritura de Bob Pop toma clichés y los rompe en mil pedazos para después recomponerlos desde una perspectiva personal.

Y que no te ‘asuste’ su título: ‘Maricón perdido’ es una ficción para todos, un proyecto mainstream que puede disfrutar cualquier persona. Tras una muy buena acogida en el Festival de Málaga, ya es hora de descubrir por qué este proyecto merece toda tu atención.

Uno: ¿quién es Bop Pop?

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Bajo este pseudónimo encontramos a Roberto Enríquez (Madrid, 1971), un feroz crítico televisivo, experto en moda, bloguero y columnista —en ‘Mongolia’, eldiario.es o ‘La Marea’— nacionalmente conocido por sus colaboraciones con Andreu Buenafuente en ‘Late Motiv’, si bien años antes ya trabajó como colaborador en ‘+Gente’, el programa de La 1, y en ‘En el aire’ (laSexta).

‘Maricón perdido’ no es su primera incursión en la ficción televisiva. Además de su cameo en ‘Foodie Love’, también se ha dejado ver en tertulias y, por supuesto, tampoco podemos olvidar su colección de novelas, poemas y ensayos, donde destaca ‘Mansos’, lanzada en 2010, y ‘Cuando haces Bob ya no hay stop’, un estudio de los enfados clave que cambiaron el mundo.

Dos: ¿y su elenco?

‘Maricón perdido’ presenta a un Bob Pop interpretado por Gabriel Sánchez, y por Carlos González en sus años universitarios —el Juanjo de ‘Señoras del (h)AMPA’—, en un constante juego de espejos saltando del pasado al ‘presente’. Candela Peña hace de la madre de Bob en la ficción y Carlos Bardem del padre. Y con ellos cuatro, ya tendríamos bastante.

Pero aún debemos sumar a Alba Flores (‘La casa de papel’), Guillermo Toledo (‘7 vidas’), Marc Martínez (‘El mundo de Chema’), Ramón Pujol (‘Cita a ciegas’), Júlia Molins (‘Servir y proteger’, ‘Hogar’) o Fernando Valdivielso (‘No matarás’) en el apartado actoral. La dirección corre a cargo de Alejandro Marín, salido de la ESCAC —Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya— y que da lo mejor de sí, y en la producción encontramos nombres como José Skaf, Berto Romero y el director general de El Terrat, Andreu Buenafuente.

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El propio Andreu Buenafuente apuntaba a propósito de la serie que es “tan personal, incorrecta y desafiante que me parece maravilloso que se haga. Hay una valentía y ganas de aportar por parte de TNT que hay que aplaudir. Esta serie es un sueño y a veces se cumplen”. Un sueño que muchos jóvenes hubiesen querido descubrir hace varias generaciones.

Los actores viven cada minuto hasta el extremo. A propósito de su interpretación, Candela Peña destacaba que “ha sido uno de los viajes creativos más brutales de mi vida. Esta madre me ha permitido pegarme un viaje sideral. Ya soy actriz”. Y profundiza:  “Ha sido duro recrear una madre tan castradora y tan perversa, pero como actriz no había llegado nunca tan lejos”.

Tres: es una metaficción

Algunas de las más grandes comedias, como ‘Louie’, pasando por otras españolas como ‘Mira lo que has hecho’ o ‘El fin de la comedia’, acuden a un término narrativo donde parte de la ficción convive con la realidad. Una nueva biografía se construye a partir del relato, su sublima o incluso lo reescribe. Algo que podemos descubrir —se trata de un spoiler mínimo— durante los primeros diez minutos, donde se le da la vuelta a un hecho traumático bajo el hilo conductor de ‘A sangre fría’ (Truman Capote).

Incluso podríamos encontrar un paralelismo con la ‘Mira lo que has hecho’ de Berto Romero: ‘Maricón perdido’ toma pequeños matices biográficos para construir una ficción hiperrealista, revolucionaria dentro de su formato. Un exorcismo cómico —y dramático— que nunca se queda a medias.

Cuatro: es española

Dos

Eso que llaman factura técnica, dos palabras muy acomodadas para hablar de encuadres, de iluminación, de vestuario inteligente, de maquillaje, de elecciones de set cuidadas, de ambientación y de un largo etcétera, en ‘Maricón perdido’ alcanza un verdadero pico.

Sin perder el equilibrio y a lo largo de seis episodios, esta serie original de TNT producida por El Terrat (The Mediapro Studio) para WarnerMedia es el proyecto audiovisual más ambicioso de todas las partes implicadas.

Cinco: es mágica

Tres

Lo que está claro es que ‘Maricón perdido’ es mágica. Así de claro. Es imposible explicarlo, pero lo vamos a intentar: podríamos decir que se trata de un acercamiento íntimo pero sin violar la privacidad, capaz de enfocarse en momentos donde las relaciones se desarrollan y los sentimientos afloran pero sin tropezar con sexualidades o acentos vulgares. “Ha sido importante saber cómo quería contarme. La serie tenía que tener mi voz, mi tono. Ser emocional, pero sin ponernos tremendos”, ha dicho el propio Bob Pop.

En suma, avanza y se desarrolla de una forma tan orgánica que, cuando quieres darte cuenta, te has devorado todos los capítulos, has reído y has llorado y sus personajes ya viven contigo para siempre. ¿Se puede decir eso de todas las series?

Seis: tres más tres

Quizá por esa vocación de maratón, en TNT han decidido emitirla en dos tandas: tres más tres episodios. Seis capítulos inferiores a 30 minutos conforman la serie.

Siete: tiempo congelado

Ataque

‘Maricón perdido’ resucita una época de descubrimiento. La imaginación de Bob Pop se revela prodigiosa y su memoria incisiva y atenta en los pequeños detalles. Pero, por otro lado, la serie no se queda solo aquí, en los tonos sepia, las gafas de carey y el papel pintado, sabiendo subvertir de esa ‘memoria tramposa’ y construir un relato atemporal, sin fecha de caducidad.

La valentía de mirar al pasado a veces desvela monstruos imposibles de volver a guardar en el armario. Por suerte, ese es justo uno de los puntos a tratar en ‘Maricón perdido’: no hay monstruos, solo una sociedad a la que se le hacen bola ciertos progresos que deben ser tragados.

Ocho: nunca repite una idea

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Y quizá parte de su clave narrativa reside en algo tan sencillo como no subrayar, pasando de puntillas por todas las zonas comunes del descubrimiento sexual, la homosexualidad, la intolerancia y el acoso escolar, el drama familiar y el relato personal navegando sin salpicar, concediendo a cada palabra su peso adecuado para que después resuenen en nuestras cabezas, cotejemos con nuestra memoria y redescubramos.

Nueve: un claro valor social

Siete

Bob Pop no es un hombre de medias tintas. Algunos de sus monólogos y parlamentos han hecho mella en la sociedad debido a su frontalidad. No hay tapujos, ni cortinas de humo, ni eufemismos, ni medias tintas. Y gracias a su arrojo y a su capacidad para poner sobre la mesa cuestiones incómodas, ha sido capaz de despertar a muchas personas más allá de la frase-para-camiseta.

¿Y en qué se traduce? En que ‘Maricón perdido’ va más allá de lo cultural: si alguien homófobo se toma la molestia —el placer, más bien— de ver esta serie al completo, se curará de inmediato. ‘Maricón perdido’ pasa a situarse en el olimpo de tantas otras series que ayudaron a vindicar y visualizar —desde la ‘Pose’ de Ryan Murphy hasta la ‘Sense 8’ de las hermanas Lilly y Lana Wachowski—.

Es por ello que solo podemos decir: “Larga vida a Bob Pop”. Cuántos lo querríamos como amigo. Y si no lo crees, compruébalo. Ya sabes: el próximo viernes 18 de junio, a las 22.00 h., en TNT.

Fotos | TNT

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