Netflix explica la petición que ha roto las negociaciones con los actores mientras se prepara para una nueva subida de precios: "Es ir demasiado lejos"

Tras llegar a un acuerdo que ha puesto fin a la huelga de guionistas, la AMPTP se ha encontrado con un muro de hormigón llamado "sindicato de actores"

Ayer os contábamos cómo Hollywood se había topado con un muro de hormigón difícil de franquear después de que las negociaciones entre SAG-AFTRA —el sindicato de actores— y la AMPTP —la asociación de productores— hayan entrado en punto muerto. Los mandamases de los grandes estudios han abandonado las mesas de negociación y todo parece indicar que la cosa va para largo.

Los representantes del sindicato de actores compartieron ayer los motivos que les han hecho permanecer en el escenario de huelga, asegurando que las condiciones propuestas por los estudios son "peores de las que se propusieron antes de la huelga", incluyendo la negativa a proteger a los intérpretes de los reemplazos vía IA y a incrementar los pagos residuales, así como otras mejores respecto a seguros de salud, pensiones y demás compensaciones.

El precio de Sarandos

Ahora, durante una conversación con Bloomberg, Ted Sarandos, coCEO de Netflix, ha aportado su punto de vista sobre la verdadera razón que ha roto las negociaciones con SAG-AFTRA. Una suerte de "impuesto" a los suscriptores que Sarandos considera que supone ir "demasiado lejos". Netflix, actualmente, cuenta con 238 millones en todo el mundo.

El mandamás de la Gran N del streaming explicó que la AMPTP, en contraposición, puso sobre la mesa un "bono basado en el éxito" similar al que había pedido el sindicato de guionistas. Sarandos asegura que hacer lo mismo con los actores costaría a los estudios de 4 a 5 veces más de lo que pertocaría a los guionistas, pero no hay de qué preocuparse, porque los intérpretes rechazaron su oferta.

"Ese problema que resolvimos con los escritores no solo fue aceptado en el acuerdo, sino ratificado por un voto del 99% del sindicato de guionistas. Sé que todos estos gremios no son iguales y todos tienen necesidades diferentes y más personalizadas. Pero, como dije, eso funcionó. Eso recompensó el éxito, con lo que estuvimos de acuerdo, pero ¿un impuesto además de nuestros ingresos o por suscriptor sin conocimiento de los ingresos por suscriptor? Parece que es ir demasiado lejos como para agregarlo a la negociación".

La respuesta de SAG-AFTRA no se hizo esperar, afirmando que la AMPTP estaba utilizando "técnicas de intimidación" al compartir los detalles de sus propuestas a los medios de comunicación, y detallando que esa suerte de impuesto a los suscriptores "costaría a las compañías menos de 57 centavos por suscriptor cada año".

Subida de precios a la vista

Este escenario de caos llega después de que Wall Street Journal informase a principios de este mes de octubre de que Netflix estaba preparándose para subir sus tarifas en todo el mundo, centrándose únicamente en sus planes sin publicidad y descartando alterar la tarifa más económica con anuncios. Una medida que se tomaría una vez se cerrasen los acuerdos con los guionistas y los actores y se pusiese fin a las huelgas de ambos sindicatos.

Actualmente, las tarifas de Netflix son las siguientes:

  • Básico con anuncios: 5,49 euros al mes / 1 dispositivo simultáneo
  • Básico: 7,99 euros al mes / 1 dispositivo simultáneo
  • Estándar: 12,99 euros al mes / 2 dispositivos simultáneos
  • Premium: 17,99 euros al mes / 4 dispositivos simultáneos.

Al hecho de que las básicas tengan una resolución máxima de 720p y la premium sea la única con streaming en 4K hay que sumar la medida para evitar el intercambio de contraseñas: cobrar 5,99€ por subcuenta extra que vaya a utilizar alguien que viva fuera del denominado como "hogar Netflix".

Veremos cómo termina todo esto, pero cada vez parece más claro que el modelo de negocio del streaming tendrá que renovarse tarde o temprano. Veremos.

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