La familia Simpson ha acompañado a millones de espectadores en todo el mundo a lo largo de sus treinta y cinco temporadas. Una de las claves de este éxito es cómo, en el corazón de su humor absurdo, siempre ha habido una familia con la que excentricidades de sus personalidades aparte, era fácil empatizar.
Como la mayoría de los artistas Matt Groening se inspiró en su propia vida para crear a la icónica familia. Casi que se podría decir que se inspiró demasiado. Como muestra un obituario de Portland (de donde es originario Groening) del año 2013, el día 22 de abril falleció pacíficamente mientras dormía una tal Margarette Groening a los 94 años. Se dice de ella que era una mujer inteligente, "amante del lenguaje" y graduada en la Universidad de Linfield.
También se habla de que se casó con Homer Groening, quien fuera su compañero de clase y al que eligió porque la hacía reír. Por si fuera poco, se especificaba que en aquel momento le sobrevivían sus hijos: Mark, Matt, Lisa y Maggie. Once años más tarde, este emotivo obituario es una lectura llena de pequeñas coincidencias para los seguidores de la familia de animación.
Una familia autobiográfica
Más allá de los nombres, la familia de Matt Groening fue una gran inspiración para el autor. Entre otras curiosidades, el libro sobre la creación de la serie 'The Simpsons: An Uncensored, Unauthorized History' cuenta que Bart, el único que no se corresponde con ningún familiar, es una mezcla de las personalidades de Matt y su hermano mayor Mark.
Hay algo del creador en cada uno de sus personajes, pero en concreto el gamberro de Bart tiene mucho que ver con el guionista. Aburrido en el colegio, Groening recuerda haber tenido que escribir en la pizarra "Debo estar callado en clase" 500 veces cuando sus profesores le llamaban la atención.
Hay elementos en los que, afortunadamente, la realidad se aleja de la ficción. Su padre Homer, al contrario que la nociva relación entre Homer y Bart Simpson, fue una gran inspiración para Matt. Cineasta y documentalista, se decía que tenía un gran sentido del humor y que fue el que causó en Matt el germen de la escritura. Un niño inquieto que necesitaba una salida para su vívida imaginación.
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