Cuando los más grandes iban a la escuela: los primeros pasos de Scorsese, Spielberg y compañía

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El ecosistema del cine es un mundo propio. Uno voraz donde conviene ir preparado y, a su vez, tan versátil, amplio y veleidoso que podemos encontrar todo tipo de profesionales prosperando en él. Billy Wilder era periodista y comenzó a escribir guiones en Berlín. Akira Kurosawa estudió pintura y caligrafía y Stanley Kubrick comenzó tomando fotos a los 13 años. Otros grandes como Pedro Almodóvar ni siquiera pudieron estudiar cine: pasó doce años sobreviviendo en Madrid, trabajando de teleco mientras aprendía de cine por su cuenta. Es decir, ninguno pisó jamás una escuela de cine.

Otros, por suerte, lo han tenido más fácil y sus carreras son resultado de su estudio y formación a conciencia. Y en ellos nos queremos fijar, en cómo han trasladado sus comienzos salvajes a unas carreras que han hecho historia.

Además, como veremos más adelante, en la actualidad ya no tenemos nada que envidiar a la tradición académica anglosajona. En España podemos encontrar centros de formación oficial como ILERNA Online, reconocido, homologado y autorizado por la Generalitat de Catalunya y la Comunidad de Madrid. Que nadie crea que en nuestro país no contamos con academias o escuela de cine preparadas para formar a los nombres propios del futuro.

Martin Scorsese

Mientras medio mundo se pregunta por qué ‘El Irlandés’ no se estrena en su ciudad, esos 209 minutos donde se ven las caras tres de las más grandes estrellas del cine moderno —De Niro, Pacino y Joe Pesci—, no olvidemos que Scorsese empezó desde abajo del todo, sin mucho dinero y sin apenas recursos.

El Martin Scorsese que cumple 77 años el mes que viene comenzó en la Tisch School of the Arts de Nueva York. Y pronto destacó con varios cortos de lo vino a denominarse periodo cómico oscuro. Si no has visto 'The Big Shave' aquí lo adjuntamos, una crítica feroz a una generación traumatizada post-Vietnam publicada durante 1967.

Su vida académica fue determinante. Muchos años después, a la clásica pregunta de las influencias y las figuras paternas, el de Little Italy siempre mencionaba al profesor de cine Haig P. Manoogian.

Ingmar Bergman

Es fácil tender a romantificar el cine, a dar por sentado que es un nicho cerrado a las grandes fortunas a los genios más obstinados. Pero sólo hace falta recordar la carrera de Bergman para entender que hay más aristas en este poliedro académico. En su infancia no había manera de sacarlo del cine y pronto se esmeró en aprender los entresijos de la dirección.

Participó en decenas de obras de teatro para después escribirlas y adentrarse también en la creación de guiones de ópera, antes siquiera de acabar la Universidad. Sus proyectos le valieron un trabajo en 1942 para la Svensk Filmindustri y un amor, su matrimonio con Else Fisher, apenas un año después. Tal vez Bergman no consideró su debut real hasta su primera filmación en exteriores, pero el autor de algunas de las más grandes joyas, de 'Persona' y 'El Séptimo Sello', se forjó en las entretelas de la facultad.

David Fincher

Además, para el cine no hay edad. El gigante James Woods entró en el MIT para estudiar Ciencias Políticas —como si fuera tan sencillo— y terminó abandonando, enamorado del cine, para volcarse en la carrera de actuación. Y tampoco es imprescindible ajustarse a unos horarios draconianos. ILERNA Online cuenta precisamente con matrícula modular y semestral, de forma que cualquier estudiante puede elegir cuántas asignaturas coge por semestre. Cada alumno es distinto y de esta forma, cada estudiante marca su propio ritmo.

Dicen que David Fincher supo que quería ser director desde los 9 años, cuando entonces ni siquiera sabes que las películas se ruedan, sólo salen por la tele. Vecino de George Lucas, a esa tierna edad emitían en televisión un documental cómo-se-hizo de 'Dos Hombres y Un Destino'. En ese mismo instante entendió que las películas eran cosa de muchos meses de trabajo, producciones con muchas personas implicadas.

Y así hizo, trabajar en una. Tras terminar sus estudios en la Ashland High School y con varios proyectos rodados con su querida 8mm, primero como empleado en Korty Films, siendo un proyeccionista humilde que veía una y otra vez las mismas obras. Después se convirtió en productor de efectos visuales y, finalmente, fue contratado por Industrial Light & Magic en 1983, para trabajar con foto mate. No fue hasta el año siguiente cuando la American Cancer Society le contrató para rodar un corto que, aún hoy, se considera pura vanguardia.

El pulso de un genio que, como Michel Gondry o Spike Jonze, se terminó de formar en Propaganda Films, realizando videos musicales y comerciales para marcas como Levi's, Pepsi o Chanel. Recursos y encargos que aprovechó como laboratorio de pruebas, para convertirse en ese virtuoso precoz autor de Seven.

Steven Spielberg

¿Te suena de algo este nombre, verdad? Obviamente, el padre del blockbuster también tuvo que vérselas con el mundo académico. Primero en la Arcadia High School de Phoenix y, tras la mudanza de sus padres a California, en la Saratoga High School, donde se graduó en 1965.

La vértebra de su capacidad analítica, su ojo como director, llegó tras el divorcio. Primero se marchó con su padre a Los Ángeles, con intención de estudiar en la escuela de cine de la Universidad del Sur de California. El gusanillo ya le había picado tras unos pequeños trabajos no remunerados en Universal, como editor de metraje en varios cortos. En cualquier caso, fue rechazado por sus malas notas, así que unos meses después probó suerte en la Universidad Estatal de California, donde se licenció.

Una vez logró rodar su primer proyecto, el vicepresidente del estudio quedó tan impresionado que le extendió un contrato para siete años. Con varios galardones mediante, se convirtió en el director más joven en lograr esta posición en Hollywood.

Una ocasión que supo aprovechar en sus primeros papeles para televisión: tras rodar con Joan Crawford, Spielberg se ganó su amistad regalándole una rosa dentro de una botella de Pepsi. Era finales de 1969 y Crawford le prometió, pese a su fama de huraña, que haría todo lo posible porque este chaval de Cincinnati lograse su merecido reconocimiento.

La escuela del siglo XXI

Cine 2

Sí, está claro que la precocidad posee cierto exotismo adicional: Lars Von Trier, quien estudió teoría del cine en la Universidad de Copenhague y dirección en la Escuela Nacional de Cine de Dinamarca, con apenas 25 años ya había ganado dos premios a Mejor Película Escolar en el Festival Internacional de Escuelas de Cine de Munich. Pero tampoco olvidemos que Ridley Scott estrenó 'Los Duelistas', su primer film, con 40 añazos. Aquí puedes consultar una curiosa infografía para obtener cierta perspectiva.

Pero en cuestión de perspectiva, un campus es el hogar donde convivir con iguales, a tu ritmo, donde retarte a ser mejor y donde mantener ese contacto humano, cognitivo, con el lenguaje cinematográfico. Una puerta abierta para tender los primeros puentes.

Esta es una de las fortalezas de ILERNA Online, ya que aporta formación y evaluación continua. Por ejemplo, cada semana se imparte una videoclase en directo para cada asignatura. Todo queda registrado en caso de no poder asistir.  Cada semestre se han de realizar una serie de actividades y ejercicios que determinan el 40% de la nota total de cada asignatura.

Para los exámenes finales, el equipo de ILERNA Online se desplaza a las capitales de provincia para ello, además de contar con un Campus Virtual propio, muy importante para tratar dudas, tareas, eventos, para poder participar en foros con los propios profesores y el resto del alumnado, para descargar materiales, etc.

Ilerna

Hay clases presenciales y en cada matrícula se incluyen dos convocatorias a exámenes y todos los materiales interactivos, los derechos de examen y demás —las asignaturas van de los 99 a los 199€—. Puedes consultar desde aquí el resto del programa.

Decía Kurosawa, tan solemne como siempre, que se puede morir tranquilo, si uno ha cumplido su vocación. Él también llegó muy tarde a consumar sus logros: aunque su primer rodaje no llegó hasta los 33, su reconocimiento internacional tardó mucho más, a través de figuras europeas y dos pesos pesados como George Lucas y Steven Spielberg, quienes ejercieron de productores en 'Kagemusha'.

Y al fin, podríamos seguir hablando de cine eternamente, pero nunca olvidemos que antes hay que aprender a leerlo, a escucharlo, a sentirlo. Como el mismísimo Tarkovsky diría, una vez de ser aceptado en el Instituto Estatal de Cinematografía (VGIK) «el cine es un misterio». El misterio más excitante de desentrañar.

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