'La isla mínima', la nueva joya del cine español

'La isla mínima', la nueva joya del cine español
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Todos aquellos que llevéis un tiempo leyendo mis artículos en Blogdecine sabréis que estoy muy lejos de ser uno de esos cinéfilos que tiene problemas para disfrutar con el cine español. De hecho, elegí un título nacional para liderar mi lista de mejores películas de 2011 y otro también para la de 2012, pero llevaba ya un tiempo sin disfrutar tanto con una cinta española que me resulte difícil no recomendársela a cualquiera que muestre algún interés en acercarse a su cine más cercano. Eso ha cambiado gracias a 'La isla mínima' (Alberto Rodríguez, 2014).

Fueron muchos los que encumbraron a Alberto Rodríguez tras el estreno de 'Grupo 7' (2012), estimable thriller policíaco que para mi gusto se quedaba algo lejos de alcanzar esa grandeza que sólo se veía puntualmente. Con 'La isla mínima' eso ha cambiado, ya que la consistencia es uno de los rasgos distintivos de una apasionante película que supera con creces a 'True Detective', la serie americana con la que muchos están queriendo compararla -aunque su parecido sea relativo, ya que hay otras obras a las que se parece más-, y que ojalá tenga el éxito que se merece.

'La isla mínima' es una gran película

Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez en

Cuando hablamos de que hay gente que no tiene muy claro de qué estamos hablando cuando decimos que una película tiene una atmósfera fascinante, que es exactamente lo que sucede en el caso de 'La isla mínima', hasta el punto de que sería mucho peor de no contar con ella. En el caso que nos ocupa, el logro de Alberto Rodríguez es conseguir que en todo momentos tengamos la sensación de que hay algo turbio, ya sea porque le vaya a pasar a alguno de los personajes o por las propias motivaciones de los mismos.

Rodríguez acentúa eso haciendo que los paisajes andaluces utilizados se conviertan en otro personaje imprescindible, ya que consigue ese encanto especial que añade un plus difícil de concretar tienen otras localizaciones cinematográficas. Me viene a la mente el caso de Nueva Orleans y su relación con el vudú, pero aquí es diferente, ya que se explota al máximo el contexto histórico utilizado -la democracia acababa de llegar, pero aún estaba en pañales- y el choque de mentalidad entre las dos Españas de la época para añadir unas capas de interés adicionales a una ya de por sí interesante investigación por el asesinato de dos adolescentes.

Además, Rodríguez ofrece una puesta en escena impecable, agobiando al espectador cuando la escena lo requiere, pero también insuflando tensión, preparando y ejecutando planos, aprovechando su limitado presupuesto -holgado para una producción española, pero es que ya quisieran muchas películas americanas tener un look visual tan atractivo y atrayente como el de 'La isla mínima'- sin que eso no haga daño alguno en un impresionante trabajo de producción que tiene varias cimas, pero el clímax con esa densa lluvia es insuperable.

Donde sí hay alguna pequeña debilidad es en el guión de Rafael Cobos y el propio Rodríguez, ya que hay algún personaje secundario que no está del todo bien perfilado y un par de detalles a nivel argumental que no se administran con tanto nivel como lo demás, pero no es algo que se convierta en una mancha de importancia en un conjunto tan deslumbrante al que se podría buscar similitudes con cintas como 'Zodiac' (David Fincher, 2007) o 'Memories of Murder' ('Salinui chueok', Bong Joon-Ho, 2003) más que con 'True Detective', pero 'La isla mínima' tiene personalidad propia y eso forma parte de su genialidad.

Un reparto impecable

Dejando de lado las semejanzas en el esqueleto argumental, una de las cosas que más me hacía pensar en 'True Detective' de 'La isla mínima' era su peculiar dúo protagonista, ya que juntar a Raúl Arévalo con Javier Gutiérrez me sonaba tan peculiar a priori como poner al frente de un relato de estas características a Woody Harrelson y Matthew McConaughey, pero en ambos casos había visto en varias ocasiones que eran capaces de ofrecer actuaciones bastante estimables, pero en ningún caso esperaba que fuesen capaces de unas interpretaciones de tanto nivel.

Como es lógico, Gutiérrez y Arévalo dan vida a dos policías muy diferentes, el primero en representación de la vieja guardia y el segundo de los necesarios aires de renovación. Rodríguez incide de forma notable en ello durante los primeros compases para luego, con la excepción de la subtrama protagonizada por un excelente Manolo Solo, ir concentrándose todo más en la investigación, pero aprovechando en todo momento sus peculiaridades para que la historia vaya progresando en función a ello. Guión y actuación encajan a la perfección.

Antonio de la Torre y Nerea Barros

Además, lo hacen huyen de todo exceso innecesario y mostrando sus motivaciones de las formas más sutiles y coherentes posibles -hay algún detalle de guión un poco fuera de lugar, pero nada que no puedan salvar con celeridad-. El resto del reparto también cumple holgadamente con su cometido en personajes, como ya he comentado, que no siempre están satisfactoriamente desarrollados, llamando la atención ver a dos de los protagonistas jóvenes de 'El Niño' (Daniel Monzón, 2014) en papeles menores y ofreciendo un trabajo mucho más estimable, en especial en el caso de Jesús Castro.

Dejaré de lado detalles como que siempre sería mejor disfrutar de más minutos en pantalla del gran Antonio de la Torre, pero es más por ser él el actor que porque el personaje realmente lo necesitara, ya que es Nerea Barros, que da vida a la esposa del primero, la que realmente hubiese requerido de un poquito más de presencia para evitar que su gran escena dejase un poco la sensación de estar pensada para que consiga como mínima una nominación a los Goya. Ojo, ningún problema con su trabajo, pero justo es reconocer que también hay ciertas pegas en una cinta tan conseguida como la que nos ocupa.

Escena de

En definitiva, 'La isla mínima' es la nueva maravilla del cine español, una de esas películas que debería servir para terminar de convencer a aquellos que tengan tantos prejuicios hacia el séptimo arte de este país. Es también una de las mejores películas del año, ya que sus pequeños y escasos problemas palidecen en comparación al gran nivel de todo lo demás. Tenéis que verla -se estrena este próximo viernes 26 de septiembre- y a poder ser en cine, que si queremos que se hagan más películas así en España, hay que demostrarlo donde realmente importa.

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