'El último superviviente', los secretos de un formato

'El último superviviente', los secretos de un formato
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Me habíais recomendado ‘El último superviviente’ muchas veces, sobre todo cuando comentábamos algo de ‘Desafío extremo’, y ya he podido dedicarle el tiempo necesario a un programa que, de no ser por el espacio de Jesús Calleja, habría podido tener su hueco en prime time. Está claro que Cuatro no va a poner a competir un producto extranjero contra una producción propia, aunque a mí me parece que ofrecen puntos de vista compatibles, así que las aventuras de Bear Grylls se han tenido que confirmar con un horario de mañana los fines de semana. A pesar de eso, la fidelidad de los espectadores que ha conseguido dice mucho a su favor.

Hoy podemos leer en El País una entrevista a Bear Grylls que nos descubre algunos de los secretos del programa. La notoriedad internacional que ha alcanzado su propuesta lleva a muchos a cuestionar el grado de preparación de las aventuras pero lo cierto es que las lesiones, las dificultades y los métodos de superviviencia que nos ofrece son reales. Viaja con un equipo formado por cuatro personas y se enfrentan al medio en el que aterrizan con todo lo que la naturaleza pone a su alcance.

Lo más llamativo del espacio y, a la vez, lo más desagradable es la falta de escrúpulos que tiene a la hora de ingerir según que cosas. Ésa sería la cuota de morbo necesaria. Lo interesante para mí es verle construir refugios de la nada, sacar el máximo provecho a las cuerdas que lleva en la mochila al más puro estilo MacGyver y, sobre todo, escuchar sus reflexiones a la hora de tomar todo tipo de decisiones. El hecho de que nos haga partícipes de sus razonamientos es muy instructivo y, al mismo tiempo, consigue que el espectador se involucre más en el formato. Eso sí, a veces incluso puede hacer duro porque la crueldad del medio y la necesidad de supervivencia pueden dejar imágenes impactantes.

Quizá en lo que más se parezca a ‘Desafío extremo’ sea en la edición y en la grabación. En ambos casos se sigue al aventurero muy de cerca, la edición es rápida y los dos buscan superar un reto en la naturaleza. Jesús Calleja busca culminar aventuras de corte más colectivo y simbólico mientras que Bear Grylls opta por desafíos menos públicos y más en solitario, por eso decía antes que me parecen dos formatos compatibles.

En cualquier caso, ‘El último superviviente’ es una gran opción para comprender y conocer otros medios naturales desde un punto de vista cercano y el mérito es, como en la mayor parte de los casos cuando hablamos de programas de este tipo, de Bear Grylls, el aventurero que se juega el tipo con total llaneza, sin presumir de poderes extraordinarios y sufriendo con honestidad cuando llega el momento. Grylls cae simpático, se nota que sabe de lo que habla y muestra destreza, habilidad, coraje, valor y las dosis justas de imprudencia y riesgo. Su química con la audiencia es innegable y eso, sin lugar a dudas, es la clave de su éxito.

Vía | El País
Más información | El blog de Bear Grylls
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