'Glow' gana el combate: es una delicia en todos los sentidos

'Glow' gana el combate: es una delicia en todos los sentidos

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'Glow' gana el combate: es una delicia en todos los sentidos

La lucha libre era poco menos que una religión en Estados Unidos a mediados y finales de los 80. Hulk Hogan, actualmente de actualidad por el estreno del documental ‘Nobody Speak: Trials of the Free Press’, era el mesías de un amplio grupo de luchadores con personalidades muy características. Todo eso sin duda bien merecería una serie propia, pero ha sido el programa 'Gorgeous Ladies of Wrestling' el que ha acabado sirviendo de base para el último estreno de Netflix.

‘Glow’ ha estado asociada durante bastante tiempo a ‘Orange is the New Black’, algo en lo que no pocos han incidido a la hora de valorarla. Por mi parte lo veo como un gran error, ya que Jenji Kohan solo participa como productora y apenas una de las dos creadoras trabajó como guionista en esa serie. Dicho de otra manera, es una conexión débil y que se queda en prácticamente nada durante su deliciosa primera temporada.

Una apuesta decidida y con las ideas claras

Brie Gilin

(A partir de aquí pequeños spoilers)

Lo cierto es que la auténtica génesis de la serie está en un documental que llevó a Liz Flahive y Carly Mensch, sus dos creadoras, a centrar sus esfuerzos en un espacio televisivo de lucha libre muy olvidado en la actualidad pero que en momento gozó de una gran acogida. El mismo supuso una oportunidad de oro para que las mujeres encontrasen su hueco en un “deporte” en el que hasta entonces su presencia era bastante reducida.

Sospecho que habrá quien piense que algo así solo puede interesar a los amantes de la lucha libre o a aquellos seriéfilos que busquen propuestas de corte femenino. Haríais mal en pensar así, ya que es cierto que ambos aspectos tienen una fuerte presencia, pero aquí lo que realmente importa es que también tiene un trabajo de ambientación de primera, una puesta en escena solvente que sabe darnos momentos que reproducen la magia de la lucha libre, unos guiones muy inspirados y un fenomenal trabajo de su reparto, pero será mejor que vayamos por partes.

Imagen Glow

Puede que Hulk Hogan fuera poco menos que un Dios cuando surgió ‘Glow’, pero un programa de lucha libre construido en exclusiva alrededor de mujeres sonaba a proyecto loco condenado al fracaso. Además, ¿ya había luchadoras preparadas para que no acabase siendo un espectáculo lamentable? Todo eso es el gran esqueleto argumental de la primera temporada y Flahive y Mensch se lo toman con calma para que todo fluya con naturalidad y al mismo tiempo vayamos conociendo a sus personajes.

De hecho, la lucha libre casi acaba siendo el refugio de aquellas que no logran encajar, ya sea porque no consiguen trabajo como actriz o porque su estilo de vida poco menos que la convierte en un personaje ideal para subirse al ring. Es cierto que no todas tienen el mismo desarrollo, pero también que las motivaciones de todas ellas quedan correctamente expuestas y en la mayoría de los casos van evolucionando al mismo tiempo que lo hace la historia.

Un gran reparto

Protagonistas Glow

No obstante, sería injusto reconocer que el gran trío de ‘Glow’ son los personajes interpretados por Alison Brie, Betty Gilpin y Marc Maron, las dos primeras grandes amigas separadas para una traición imperdonable y el segundo un guionista algo pasado de todo pero con la visión necesaria para hacer que el programa pueda ser un éxito. Eso le lleva a querer que Ruth (estupenda Brie) y Debbie (también muy inspirada Gilpin) trabajen juntas porque la química entre ellas es la necesaria para que suceda algo especial en el ring.

Ahí van definiéndose los personajes, no solo por sí mismos, sino como luchadoras, ya que cada una de ellas asume una identidad propia que sea fácil de asociar a la imagen de héroe o villano. Por ejemplo, Rush se convierte en Zoya la destructora, claramente inspirada en una de las luchadoras del programa original. De hecho, todas ellas beben en mayor o menor medida de ellas, y lo hacen sin que resulte forzado, simplemente encaja, incluso la multitud de cameos de luchadores profesionales o el hecho de que una de fijas sea no solo combata en la vida real, sino que sea esta prestigiosa luchadora.

Además, Flahive, Mensch y el equipo de guionistas van explorando diferentes conflictos de índole más personal a medida que el programa va camino de materializarse, desde la luchadora cuyo padre, que también peleaba, no quiere que lo haga hasta la aciaga vida personal del promotor. Todo discurre en paralelo a los altibajos por las que pasa la creación del evento que va a dejar claro si ‘Glow’ tiene futuro o no.

‘Glow’, una celebración de la lucha libre

Escena Glow

Lo más llamativo de todo es la naturalidad con la que se trata hasta el último detalle, empezando por la impecable selección musical y pasando por todos los implicados. No tengo ningún problema en quien centre su lectura de ella en términos de empoderamiento femenino y que viene genial que se sigan haciendo series con personajes femeninos fuertes, independientes e interesantes –las dos primeras requieren de la tercera para no quedarse en un simple intento-, pero lo que yo realmente disfruté, y es algo que sobrevuela en todo momento, es la maravillosa aproximación a la cultura de la lucha libre.

Seamos justos, este entretenimiento deportivo nunca ha estado especialmente bien considerado, ni siquiera cuando arrasaba en audiencias, pero sí que tiene un encanto especial fruto de la combinación de las peleas y las historias propias de un culebrón. Habría sido muy fácil acercarse a ello desde el cinismo, sobre todo teniendo en tiempo que esa es la visión que impera en la actualidad. Ese cruce de inocencia, sinceridad y entusiasmo le sienta de fábula y encaja muy bien con ese tono amable pero no demasiado distendido de la serie.

Al final, ‘Glow’ es una celebración tanto de la mujer como de la lucha libre, pero cuenta con multitud de fortalezas para que los diez episodios de los que consta su primera temporada se pasen volando. Vale que es cierto que podía haber profundizado en más cosas, pero eso también puede verse como que deja con ganas de más. Y hace todo esto con una historia cerrada y abierta al mismo tiempo. Vamos, que encantado de que siga adelante, pero como está también funciona, un dato a tener en cuenta para los escépticos que igual no quieren animarse por si Netflix la cancela.

En definitiva, ‘Glow’ probablemente no se cuele en muchas listas de lo mejor del año cuando toque hacerlas, pero es una serie sin ningún defecto relevante y que sabe cómo unir las armas que tiene a su disposición para dar forma a una primera temporada muy disfrutable busques lo que busques en ella. Algunos querrán lucha libre y otros se centrarán en sus buenos personajes femeninos, pero lo esencial es que está muy bien, lo mires como lo mires.

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