Frank Grillo lo tenía todo para haberse convertido en uno de los grandes héroes de acción de Hollywood del cine reciente, pero a la hora de la verdad apenas ha tenido oportunidades para demostrarlo. Desterrado a papeles secundarios -él mismo confesó lo descontento que quedó con el trato que le dieron en Marvel- o a subproductos anodinos, el director Joe Carnahan ha demostrado ser el que mejor entiende sus virtudes como actor.
Es cierto que Carnahan y Grillo colaboraron por primera vez en 'Infierno blanco', pero fue hace poco encadenaron dos trabajos juntos. El primero de ellos fue 'Muere otra vez' ('Boss Level'), un genial espectáculo que mezclaba ciencia ficción y acción para dar forma a una de las películas con viajes en el tiempo más estimulantes de los últimos años. De hecho, estoy convencido de que es la mejor heredera que hayamos visto hasta ahora de la alucinante 'Al filo del mañana'.
Con las ideas claras
Rodada en 2018, lo cierto es que no pudimos ver 'Muere otra vez' hasta tres años después, y además fue imposible hacerlo en cines, pues a España nos llegó de la mano de Amazon Prime Video. Fueron muchos los países en los que debutó en streaming -aunque curiosamente sí pudo verse en salas en Portugal y otro puñado de lugares en los que debieron comprar sus derechos con suficiente antelación- y eso quizá haya afectado a una cinta que lo tenía todo para seducir al público.
Por un parte, la atractiva premisa de 'Muere otra vez' nos recuerda de inmediato a la de videojuegos de antaño, cuando tu avance no iba guardándose a medida que avanzabas la historia y tenías que empezar. Aquí eso se expresa a través de un bucle temporal en el que su protagonista lleva ya mucho tiempo atrapado, lo cual se traduce en un desgaste que Grillo sabe reflejar a la perfección.
De hecho, 'Muere otra vez' es una película que podría haberse venido abajo de no contar con una actuación estelar por parte de Grillo. Muy convincente en las numerosas y bastante violentas escenas de acción, el actor también sabe dar con la tecla emocional para conectar con el espectador, aprovechando para ello la oportunidad que le brinda el guion para que este contundente pasatiempo de ciencia ficción tenga también su puntito de corazón.
Es cierto que eso lleva a que uno se quede con la sensación de que, por ejemplo, Mel Gibson podría haber aportado más a la película, pero no deja de ser una decisión acertada para encontrar frescura en un relato que podría haber acabado volviéndose demasiado repetitivo en lo narrativo. Además, el vigor que aporta a las imágenes Carnahan resulta decisivo para exprimir a fondo sus 45 millones de dólares de presupuesto. Anda que no hay títulos mucho más caros que lucen bastante menos.
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