"Quería ser pequeña y que nadie me viera". La doble de cuerpo de Gwyneth Paltrow en 'Amor ciego' estuvo a punto de morir tras el rodaje tratando de perder peso

"Quería ser pequeña y que nadie me viera". La doble de cuerpo de Gwyneth Paltrow en 'Amor ciego' estuvo a punto de morir tras el rodaje tratando de perder peso

"Solo quería hacer reír a la gente, no ponerla triste"

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Amor Ciego

Una muestra de cómo el mundo ha cambiado (para bien) y el cine con él es que hoy por hoy a nadie se le ocurriría hacer una comedia como 'Amor ciego', en la que todo el chiste era que Jack Black se enamoraba de una mujer con sobrepeso encarnada por Gwyneth Paltrow en uno de esos casposos "trajes de gordo". Lo que no sabíamos es que la película acabó causando problemas mentales en otra persona del reparto: el doble de cuerpo de Paltrow, Ivy Snitzer.

No ser vista

Snitzer era, en el año 2000, una estudiante de interpretación de veinte años que vivía en Los Angeles y consiguió su primera oportunidad de manos de los Hermanos Farrelly. Para ella, 'Amor ciego' era progresista, como ha declarado a The Guardian: "En aquel entonces, si veías a alguien obeso en una película, era un villano. Pero Rosemary era guay, popular, tenía amigos". Poco imaginaba que el chiste iba a acabar siendo ella.

La actriz, que ahora es la dueña de una agencia de seguros en Philadelphia, solo tiene buenas palabras hacia Black y Paltrow (ella, de hecho, alabó su trabajo en varias entrevistas de la época). Pero claro, no se le ocurrió que la película sería vista por millones de personas y en el día de la premiere se quedó de piedra: "Las peores partes de estar gorda se magnificaban y nadie me dijo al terminar que yo era divertida".

Snitzer

El tour de entrevistas por platós de televisión no ayudó. Como ahora sabemos todos los que estamos encerrados en Twitter, decir frases como "Estar gorda no es lo peor que te puede pasar" es una invitación a que personas extrañas sin vida propia decidan meterse a husmear en las ajenas. Ahora cibernéticamente, entonces por la calle: Snitzer acabó teniendo tanto miedo que dejó su vocación y volvió a Nueva York con sus padres donde trabajó como camarera y rechazó todos los papeles que le ofrecieron porque "no quería interpretar a una mujer tan fea y solitaria que acosaba a los jóvenes porque es la única manera que tenía de conseguir afecto. Solo quería hacer reír a la gente, no ponerla triste".

Lo que tiene que hacer

Dos años después de la película, Snitzer tenía un desorden alimenticio que la estaba, literalmente, matando de hambre. Se hizo una operación de balón gástrico que salió mal y tuvo que alimentarse tres meses de bebidas para deportistas y batidos nutricionales aguados. "Estaba tan delgada que podías ver mis dientes a través de mi cara y mi piel era gris". Para tanto era la cosa, que los doctores decidieron que por las noches se pusiera una bolsa de fluido intravenoso para no morir. Eso sí, por la calle afirma que la trataban mucho mejor que antes. La doble moral de siempre.

El motivo de su pérdida de peso no es otro que el que estáis imaginando: "¡Porque es lo que se supone que tenía que hacer! Si estás gorda, se supone que tienes que intentar no estarlo". Curiosamente, se sentía bien al respecto: "Sentía que tenía control sobre la situación que todos me decían que tenía que controlar. Quería ser pequeña y que nadie me viera".

No ha vuelto a ver 'Amor Ciego' y no tiene ningún interés de ponérsela a su hija de trece años. "Es una cosa guay que hice una vez. No me hizo sentirme mal sobre mí misma hasta que, ya sabes, otras personas empezaron a decirme que probablemente debería sentirme mal sobre mí misma". Al menos está viva para contarlo. No todo el mundo tiene la misma suerte.

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