Estar nominado al Oscar, cuestión de estadística

Estar nominado al Oscar, cuestión de estadística
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Que estar nominado al Oscar y tener talento no siempre van de la mano es algo que hemos pensando todos en algún momento, sobretodo cuando nuestro actor favorito se ha quedado fuera (somos así, que le vamos a hacer), pero esta reflexión tan subjetiva también está respaldada por la estadística, que demuestra que son otros factores los que se tienen principalmente en cuenta a la hora de elegir candidatos a la estatuilla dorada.

Según informan en el diario Corriere della Sera, Nicole Esparza de Harvard y Gabriel Rossman de la Universidad de California, han realizado un estudio estadístico que indica los criterios de selección que siguen los miembros de la Academia de Hollywood, para las nominaciones.

A grandes rasgos las conclusiones que se derivan de este estudio, en el que se han examinado todos los nominados al Oscar desde 1927 a 2005 (171.539 interpretaciones), son que tienen mayores posibilidades los actores que forman parte de un drama, los que participan en grandes producciones, y las mujeres.

Como ya reivindicaron en la pasada gala Will Ferrell, Jack Black y John C. Reilly en un estupendo número musical, la comedia tiene más éxito en la taquilla, pero el Oscar se lo lleva, con (casi) toda seguridad, el que nos hace llorar.

En segundo lugar, cuestión de lógica, tiene más posibilidades el que se encuentra en film bien distribuido, es decir el más visto, el que más ha dado que hablar, el que no hemos podido olvidar, ni queriendo, porque ha aparecido durante todo el año en todas partes.

Las mujeres entran en estos primeros factores por una simple cuestión de números, al parecer hay menos actrices "nominables" que actores, pero el número de estatuillas es el mismo para ambos sexos, así que la posibilidad para ellas es mayor, así de simple (y triste).

Tras estos elementos más importantes también se encuentran, favoreciendo a los candidatos, el Efecto San Mateo y el Efecto Forster.

El primero consiste en una cierta ventaja para los candidatos que hayan sido nominados anteriormente, utilizando las palabras del evangelio según San Mateo (25-29) que dice lo siguiente:

Porque a quien tiene, se le dará y tendrá más, pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene.

Aquí se podría añadir: Y cuando sea un pobre viejecito, con un poco de suerte se le entregará un honorífico. Pero cualquiera se pone ahora a cambiar la Biblia.

El Efecto Forster se refiere a que las probabilidades de optar al Oscar aumentan en función del currículum del resto del reparto. Si trabajas con algún premiado, estás también más cerca del premio.

El nombre de esta teoría se refiere al actor Robert Forster, que recibió la nominación como actor secundario en 1998 por su trabajo en Jackie Brown, película dirigida por el ganador de un Oscar Quentin Tarantino, que incluía en su reparto al ganador de un Oscar Robert de Niro, y al candidato al Oscar Samuel L. Jackson.

El estudio concluye indicando que conocer a alguno de los miembros de la Academia no influye para nada en los resultados. Es decir que no se tiene en cuenta en primer lugar el talento, pero afortunadamente tampoco sirve el enchufe, algo es algo.

Hoy conoceremos las nominaciones para la próxima gala de los Oscars, que se celebrará el próximo 24 de febrero, y podremos comprobar cuanto tienen de cierto estas afirmaciones basadas en la estadística. En cualquier caso, si no estamos de acuerdo con los resultados, siempre podemos recurrir a ellas, para dar más peso a nuestro (habitual) pataleo. ¿Es que no vamos a aprender nunca?

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