Es posible que el constante bombardeo para no caer en el olvido, unido a una mayor consciencia colectiva de los mecanismos en funcionamiento para intentar volverse estrella (aunque algún “fenómeno inesperado” nos siguen colando), esté acelerando el paso para que algunas figuras terminen quemadas. Ciertamente hay casos que parecen calcinados de estar pegados demasiados al Sol (o demasiados soles).
A Taika Waititi no parece haberle sentado nada bien este paso por intentar ser Mel Brooks, una estrella cómica delante y detrás de las cámaras. Y también un pelin sensiblero de más, como Roberto Benigni. Cierto, el proceso le ha dado taquillazos y un Oscar como guionista, pero la percepción reciente muestra un desgaste que igual ha afectado a una película a priori con mucho a su favor como ‘El peor equipo del mundo (Next Goal Wins)’.
Reto: ganar (no se puede)
El director y guionista (y actor secundario) aplica su particular y característico toque a una historia real que parece venirle al dedillo. Comunidades indígenas, un relato de marginados y perdedores, y también sentimientos inspiradores, siguiendo un modelo de biopic deportivo con salsa cómica protagonizado por Michael Fassbender y ya disponible para ver en streaming a través de Disney+.
En ella, el equipo de fútbol nacional de Samoa Americana es el constante hazmerreir en las competiciones de la FIFA. Nunca ganan, ni siquiera son capaces de meter goles, y en cierto punto recibieron la mayor goleada de la historia con 31 goles en contra. Su reacción para cambiar la tendencia pasa por contratar a Thomas Rongen, un entrenador holandés muy riguroso con los sistemas, de mal temperamento, alcohólico y caótico en su vida personal.
No hace falta saber de logaritmos para hacer la operación aritmética que aquí se produce. Ambos van a resolver sus diferencias y encontrar un camino común que, lleve al éxito deportivo o no, les permitirá crecer personalmente. Waititi refuerza de paso su interés por contar historias desde perspectivas no occidentales, tratando de plasmar el complejo contexto de estos samoanos.
‘El peor equipo del mundo (Next Goal Wins)’: poca circulación de la pelota
La película eso sí, trata de presentarse más subversiva de lo que realmente es, un problema del director neozelandés desde que saltó al Hollywood. Hay bastante fórmula que sólo consigue torpedear a base de chistes que, en su mayoría, no resultan demasiado graciosos. Lo que en ‘Jojo Rabbit’ o ‘Hunt for the Wilderpeople, a la caza de los ñumanos’ sí podía funcionar aquí se muestra como desgastado y quizá demasiado preocupado por agradar de cara a premios a los que, como se ha visto, no ha optado.
Es posible que esta historia hubiera conseguido sus propósitos, y sus personajes habrían resultado mejor desarrollados, de haber seguido la fórmula de Waititi para las series, donde ejerce de productor y cede control a otros cineastas. En ‘Nuestra bandera significa muerte’ vemos como en capsulas de media hora desarrollan mejor situaciones y conflictos. ‘El peor equipo del mundo (Next Goal Wins)’ transmite la necesidad de Waititi de alejarse un poco de la maquinaria, refrescar y reducir las quemaduras visibles que su estilo está sufriendo.
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