'Mrs. América': Cate Blanchett es la antifeminista suprema en una miniserie que no está a la altura de su reparto

'Mrs. América': Cate Blanchett es la antifeminista suprema en una miniserie que no está a la altura de su reparto

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Mrs. America Blanchett

Hay veces en lo que sucede eso de que un gran actor puede elevar un guion que no esté a la altura. Con 'Mrs. América', la nueva miniserie de FX on Hulu que llega hoy este viernes a HBO España, tenemos un claro ejemplo. No es que nos encontremos con un mal guion, ni mucho menos, pero sí que se nota un cierto desequilibrio entre el nivel del reparto y el de la narración.

Creada por Dahvi Waller, retrocedemos unos cuarenta años en el pasado hasta llegar a principios de los años 70 del siglo XX, en pleno auge de la segunda ola del movimiento de liberación de la mujer y la campaña en torno a la ratificación de una de las enmiendas malditas de la constitución estadounidense.

Cate Blanchett es la cabeza de cartel de 'Mrs. América', encarnando a Phyllis Schlafly, la principal oponente a la ratificación de la Enmienda de Igualdad de Derechos (ERA) y mujer de bandera del sector conservador estadounidense. Inteligente y que sabe de lo que habla.

El antifeminismo encarnado

En este sentido, independientemente de lo parecido o no a la personalidad real de Schlafly, Blanchett se lo está pasando bomba con su interpretación. Es una villana (o, al menos, la antiheroína) con una posición muy clara, que no cejará en su empeño por derrotar al movimiento feminista, sus contradicciones, sus encantos y sus modos para conseguir ser la portada.

Aquí podríamos discutir hasta qué punto es conveniente llegar a romantizar una figura que hizo tanto daño al feminismo (y a la enmienda de derechos igualitario). Es una antihéroe, antifeminista pero de esas que tampoco dicen nada especialmente polémico para los estándares de la época (o al menos en los tres primeros episodios). Es el típico discurso que hoy en día tildaríamos de "cuñado".

Para compensar este magnetismo que desprende Blanchett, 'Mrs. América' como serie se pone, en todo momento, del lado pro ERA. Excepto el episodio inaugural, titulado 'Phyllis', el resto de episodios (también titulados como sus protagonistas) ahondan más y mejor en las arquitectas de esta segunda ola del movimiento de liberación femenino.

Una crónica de lo especial de esta era

Mrs America

Es bastante cuidadosa a la hora de querer mostrar lo especial del momento, los idealismos, los excesos y las diferencias de opinión entre este grupo de feministas. Por ejemplo, los intercambios (y los entornamientos de ojos) entre Gloria Steinem (Rose Byrne) y Betty Friedan (Tracey Ullman) son muy divertidos de ver.

El segundo episodio, de hecho, está centrado en Gloria Steinem en uno de los mejores papeles de Rose Byrne en eones y comienza con la fiesta de inauguración de la mítica Ms. Magazine. Un episodio en el que se va dejando claro cómo afecta la brecha generacional a la hora de abordar estos temas y compromisos sociales y políticos.

Si algo destaca en 'Mrs. America' es su reparto. A Blanchett, Ullman y Byrne se les unen Uzo Aduba, Sarah Paulson, Margo Martindale, Uzo Aduba, Elizabeth Banks, James Marsden, John Slattery, etc. Un reparto espectacular que hace que sea todo un gustazo ver esta serie, sobre todo porque se ve que les encanta estar haciendo lo que hacen.

Pero esta diversión a veces usa de cierta caricaturización derivada de un diseño de personajes que, para ser un drama inspirado en hechos reales, se siente algo superficial. Al igual que el guion, que no creo que termine de tocar las teclas correctas a la hora de narrar una historia de por sí fascinante.

En definitiva, 'Mrs. América' es una notable serie pero que, quizás por temática y ambición, aspiraba a ser mejor de lo que es. Y es buena. Reluce esplendorosamente, pero es un brillo moteado por un desarrollo de historia que no da todo lo que gustaría.

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