'The House That Jack Built': Lars Von Trier desnuda su alma en un nauseabundo y magistral autorretrato

'The House That Jack Built': Lars Von Trier desnuda su alma en un nauseabundo y magistral autorretrato

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'The House That Jack Built': Lars Von Trier desnuda su alma en un nauseabundo y magistral autorretrato

Durante uno de los pasajes de 'The House That Jack Built', Lars Von Trier hace cobrar vida a 'La barca de Dante': el óleo de Eugene Delacroix que cuenta con el protagonista de 'La Divina Comedia' y su guía Virgilio mientras descienden al infierno como figuras centrales. Una representación pictórica que no sólo sirve de alegoría para la historia de Jack, protagónico de la cinta que nos ocupa; sino que simboliza el camino al purgatorio que el cineasta danés ha recorrido materializando esta auténtica genialidad.

Porque más que un largometraje al uso, la difícilmente clasificable 'The House That Jack Built', etiquetada por muchos tras su controvertido paso por el Festival de Cannes como el trabajo más personal del autor, es un duro y masoquista autorretrato en el que Von Trier desnuda su alma; buscando una suerte de redención a sus pecados como persona y, sobre todo, como artista, mientras se personifica en un asesino en serie interpretado por un Matt Dillon espectacular.

La trama del filme, en la que seguimos cinco eventos elegidos de forma aleatoria dentro de la trayectoria criminal de Jack, queda relegada a un segundo término a favor de un complejo discurso, vertido a través de dos sobrecogedoras horas y media en las que el realizador abre en canal su pecho y nos invita a explorar junto a él el tortuoso proceso creativo y personal por el que pasa cada vez que firma un nuevo largo y comienza a gestar el siguiente.

Una espiral autodestructiva, impulsada de igual modo por la adicción, la necesidad de catarsis y el placer de alimentar el ego inherente al creativo, que Von Trier proyecta sobre la violenta obra del psychokiller con TOC que da nombre a la película; capturada a través de la cámara libre y precisa marca de la casa con unos niveles de perversión deliciosamente nauseabundos y ese cinismo habitual que deriva en un humor negro como el azabache.

Matt Dillon The House That Jack Built Lars Von Trier

Pero 'The House That Jack Built' es mucho más que un reflejo de la psique de Lars Von Trier. Es una proclama a viva voz de sus opiniones más controvertidas —impresionante su modo de abordar la misoginia en una secuencia antológica— y una suerte de clase magistral sobre cine, teoría de la imagen e historia del arte en la que creación y destrucción se funden en una cinta que presenta la misma dualidad; siendo maravillosa y repulsiva al mismo tiempo.

Acostumbrados a ser vapuleados una y otra vez por el cine de Von Trier, podría resultar impostado afirmar que nos encontramos ante el que, posiblemente, sea su filme más redondo y agresivo hacia el espectador; haciendo partícipe al patio de butacas de su sádico juego y estimulando por igual su sensibilidad artística y un sentido de la moral que queda destrozado tras su visionado. Algo que muy pocos cineastas pueden conseguir y que eleva 'The House That Jack Built' a la categoría de obra maestra.

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