Engaños, lesiones e ilusiones rotas: así fue la experiencia de James Marsters en la infame 'Dragonball Evolution'

Engaños, lesiones e ilusiones rotas: así fue la experiencia de James Marsters en la infame 'Dragonball Evolution'
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¿Os acordáis de 'Dragonball Evolution'? Si la respuesta es afirmativa, creo que lo más adecuado es decir "lo siento mucho" pero, en caso contrario, cabe recordar que fue una adaptación "de aquella manera" del eterno manga de Akira Toriyama dirigida por James Wong —'Destino final'—, y que siempre será recordada como una de las películas más horripilantes de los 2000.

Ilusión perdida

En la producción, James Marsters, el intérprete que dio vida al eterno Spike de 'Buffy Cazavampiros' se encargó de trasladar a la pantalla al mismísimo Rey Piccolo en lo que fue una experiencia no demasiado agradable. Así, en el marco de la Wizard World 2014 de Atlanta, contó cómo le engatusaron para aceptar el rol.

"'Dragon Ball Z' fue importante para mi como padre, así que me interesó mucho cuando me dieron el papel. Y me dijeron que era una película de 120 millones con Stephen Chow produciendo, y Stephen Chow es el director de 'Kung Fu sion' y 'Shaolin Soccer'; películas que, si no habéis visto, hacedlo, porque son simplemente increíbles. Son divertidas, bobaliconas, violentas, aterradoras... Todo lo que necesitarías para que funcionase 'Dragon Ball'".

Pero, claro, no todo el monte es orégano. Al final, había gato encerrado.

"Y de repente llego a Durango, Mexico, y es una película de 30 millones en la que Stephen Chow está sólo sobre el papel para engañarnos y llevarnos al desierto. Ni siquiera quieren pagar para que el doble se caracterice como yo, así que nunca lo usaron; sólo se dedicaron a ponerme cables. Aún tengo una clavícula separada por el rodaje, fue muy desagradable. Pero aún así quería que a mi hijo al menos le gustase mi papel".

El tremendo batacazo

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Tras una tortuosa producción, 'Dragonball Evolution' llegó a los cines de Estados Unidos y, pese a todo, Marsters tenía la esperanza de que funcionase en taquilla lo suficientemente bien como para tener una segunda oportunidad para poder hacer las cosas bien.

"Y aquí llega el final divertido. La película se estrena, y yo quería un éxito, porque tendríamos tres películas más si funcionaba, y tendríamos otra oportunidad de repetir y de adaptar material de 'Dragon Ball Z', y mi personaje se transformaría en el Piccolo que todos conocemos, porque en la película era el Rey Piccolo. Quería convertirme en Piccolo y sorprender a todos".

Pero la noche del estreno, tras un giro inesperado de los acontecimientos, se encontró con la cruda realidad.

"Mi hijo estaba entusiasmado con la película, así que fuimos al multicine y yo estaba en plan 'Por favor, tío, noche de estreno hasta arriba', y entramos en la sala y estaba abarrotada. Olía a ser humano, algo hermoso. Era complicado conseguir tres asientos juntos. Algo en mi cerebro me decía, 'Esto es demasiado bueno para ser verdad'.

Así que me dirijo al adolescente que hay a mi lado y le digo, '¿Esto es Dragon Ball?', y me dice, '¿Qué? ¡No! ¡Es Fast & Furious, tío!'. Así que nos levantamos y atravesamos el hall para llegar a la otra sala; mi hijo estaba tan nervioso que se había equivocado. Yo estaba pensando, 'Por favor, sólo 50 personas...'. Entramos en la sala y, incluyéndonos a nosotros tres, éramos cinco".

Pese a todo, 'Dragonball Evolution' se las apañó para recuperar su presupuesto declarado de 30 millones de dólares gracias a su funcionamiento en territorio internacional. Mientras que en Estados Unidos sólo consiguió 9,3 millones —un 17% del total—, su periplo en el extranjero cosechó 46,3 millones, que hicieron un total de 55,7. Por suerte, no fue suficiente para que volviesen a torturar al fandom con una segunda parte.

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